EL DÚO MONTES Y MANRIQUE EN LOS PRIMEROS NÚMEROS DE "LA CRÓNICA":
ABRIL DE 1912
"La Crónica" diario ilustrado, político, independiente e informativo, salió por primera vez de la imprenta el lunes 8 de abril de 1912. Fue fundado por el fotógrafo y editor Manuel Moral, quien al mismo tiempo publicaba la revista "variedades" siendo director de ambas Clemente Palma.
"La Crónica" Año I N° 9 - miércoles 17 de abril de 1912 |
Entre sus secciones contaba con una titulada "Vida Teatral" y otras "Vida obrera", profusamente ilustrada con fotografías.
Como es de conocimiento público, a principios de 1912 comenzaron a venderse los discos que en 1911 grabaron nuestros compatriotas Eduardo Montes y César Manrique y las diferentes bandas del éjercito y de la Escuela Militar de Chorillos. También es de conocimiento de todos que Montes y Manrique viajaron a Nueva York a "terminar de impresionar" los discos que comenzaron a grabar en Lima tal como lo hicieron las Bandas de Músicos mencionadas.Tenemos que incidir, ya lo hemos hecho en otras oportunidades, que esos discos (91 primero y luego, en homenaje a Jorge Chavez, 92) no eran presentados como de música criolla sino como "repertorio nacional peruano" o "discos peruanos"
"La Crónica" 13 de abril de 1912 |
No es difícil imaginar la fama que Montes y Manrique adquirieron a su regreso a la patria. En "La Crónica" hemos encontrado algunas notas periodísticas que dan muestra de ello.
El 19 de abril una nota firmada por STYLO decía:
Ayer en la noche recibimos una
cuartilla mecanografiada que textualmente dice: “BENEFICIO.- Se está
organizando para el miércoles próximo, una función que tendrá lugar en el
teatro Olimpo, en honor y beneficio de los artistas nacionales señores Eduardo
Montes y Cesar Manrique, que por poco llegaron de Nueva York, en donde han dado
a conocer un gran repertorio de nuestras canciones nacionales. Es de esperas [esperar], dadas las simpatías de que gozan estos
jóvenes el público les favorezca. Con tal motivo se está combinando un programa
en el que figurarán las mejores cintas cinematográficas, que serán intercaladas
con los mejores cantos de su repertorio.
Así, escrita imperativa, sin
consentir objeción posible ¿Qué hacer si no publicar lo que se nos enviaba? No
podrán quejarse de nuestra obediencia los señores organizadores de esa gran
función, destinada a marcar nuevas orientaciones en nuestro público porque no
puede ser de otro modo, cuando en nuestras orejas van a ondular las frases
wagnerianas de las resbalosas y los tristecitos-y ante nuestros ojos, se
van a desarrollar dramas terribles. “La venganza de una tía” o “Las melancolías
de una solterona”, como quien dice, dignos de Esquilo y Shakespeare que
felizmente han muerto.
STYLO (seudónimo de Federico More) volvió a escribir sobre la actuación de Montes y Manrique:
Conforme a mi anuncio del número anterior, el miércoles se realizará, en el Olimpo, la función que ha de beneficiar a los artistas nacionales señores Manrique y Montes, quienes, como ya saben mis lectores, fueron a Nueva York a cantar. A cantar aires peruanos con el objeto de dar un nuevo aspecto musical a los discos de una casa americana constructora. Constructora de fonógrafos desde luego. Mi habitual benevolencia desea a estos artistas, tanto
dinero como ellos pudieran gastar en un nuevo viaje a NY. Un viaje en que vayan
a divertirse y no a impresionar. A impresionar discos, se entiende. De modo que
lo dicho y felices pascuas.
El día miércoles 24, día de la función un anuncio de ese periódico informaba:
El día 26 se publicó esta elocuente nota complementada por las fotografías que mostramos:
VIDA TEATRAL
En el Olimpo
Decididamente nuestro público tiene cosas inexplicables. Verificóse,
hace pocos dios, una función a beneficio de los deudos de Carlos Rodrigo, el
único de nuestros actores nacionales que habla logrado salir de la vulgaridad y
había sabido hacerse conocer en el extranjero y nada el público hizo poco caso
y no acudió. Antenoche dos compatriotas que interpretan hábilmente la música
criolla, y a los que no quitamos sus méritos, dan su función y tienen teatro
lleno. Y la gente acudió al teatro Olimpo agotando todas sus localidades desde
temprano y sin embargo la empresa vendió muchas localidades más y el abuso ha
llegado hasta el punto de que numerosas personas han ingresado a la sala
comprando los talones de los boletos. Como era de esperarse, con el doble de
espectadores de los que el teatro podía contener, sucedieron cosas inusitadas.
El público arremetió contra las vallas, arrollando empleados, en medio del
mayor desorden y escándalo. Pero esto no fue todo. Sucediéronse los cantos
nacionales, los ánimos exaltáronse gradualmente y poco á poro, casi
inconscientemente, el público fue coreando con racial ¡arza! ¡dale!, y omitimos
el condimento, los aires que arrancaban de las guitarras los ágiles dedos de
Montes y Manrique. Y no censuramos ni a los actores ni al mismo público, que es
natural se expansione oyendo los aires del terruño hábilmente ejecutados, sólo
nos preguntamos ¿cómo los encargados de velar por la cultura y la
reglamentación de los teatros han consentido que se venda tal número de
localidades y no han previsto las Inconveniencias de tal hecho, ¿Dónde estaban?
Por los cerros de Úbeda. SAUL ORONGGI.
Estas no fueron las únicas actuaciones de este dúo, fueron muchas más los meses y años siguientes. Volveremos sobre ello.
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