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Licenciado en Educación - Historia por la UNMSM y diplomado en Estudios Musicológicos Peruanos por el Conservatorio Nacional de Música. Estudios de Musicología en el Conservatorio y en la Universidad de Ginebra. Publicaciones: - El Misterio del Cóndor - Método de Guitarra Andina Peruana - Diversos artículos en revistas y periódicos. Conferencia Magistral sobre El Cóndor Pasa… en el VI Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero. Georgetown University (ATP) Y diversas conferencias en el país. Actualmente está enfocado en investigar la historia de la música popular en la ciudad de Lima.
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martes, 31 de diciembre de 2024

ALEJANDRO AYARZA MORALES "KARAMANDUKA" Y LAS PALIZADAS

   

FOTO: familysearch.org

     Alejandro Ayarza Morales "Karamanduka" es un personaje polémico en las narrativas sobre la música criolla en Lima. Héroe para unos y villano para otros, Alejandro Ayarza nació el 21 de junio de 1884 (según otras fuentes el 27 de julio) y falleció en Lima el 30 de diciembre de 1955, en su casa situada en el Jirón Matías Maestro N° 114 en los Barrios Altos. 

1. Integrante de La Palizada

    De él se dice que de muy joven se incorporó a la famosa "Palizada" formada por Augusto Paz, Jesús Menacho, Pepe Ezeta y Julio Pastor. Comencemos entonces trayendo a la memoria los escrito por José Galvez Barrenechea, quien bajo el seudónimo de Pickwick, escribió en "La Crónica" del 15 de febrero de 1913 LOS faites: 

LA AURORA DE LA PALIZADA

    Precisamente, en los dolorosos tiempos de la guerra es donde debe buscarse el verdadero origen de la palizada que degenerara tanto después. Tal vez la costumbre legitima de caminar en pandilla, de mortificar al transeúnte, de buscar pleito a cualquiera, tuvo su origen en una bella iniciativa de una serie de mozos mataperros de Lima, de familias decentes, quienes, durante la ocupación, se ocuparon de fastidiar al vencedor, de golpearle y ridiculizarle donde podían, organizando tretas y trampas para que cayera y procurando llevar a los oficiales a terrenos donde tuvieran que luchar cuerpo a cuerpo. Muchos nombres se recuerdan en Lima de mozos que durante la ocupación, olvidando sus antiguas mataperradas, se decidieron a amargar toda fiesta en que el vencedor se entregara al regocijo, ideando diabluras y mataperradas sin cuento. Los chilenos, según cuenta la leyenda, andaban desesperados con estos mozos que no les dejaban tranquilos.

LA VERDADERA PALIZADA

    La palizada, tal como apareció en Lima con todo su cortejo de calamidades, fue posterior a la guerra y tal vez, como decimos, tuvo su origen en aquella reunión de mozos que se ocupaba en amargar los goces del vencedor. Se conservó la costumbre, pero ya sin el simpático fin que tuviera y Lima padeció, durante varios años, las insolencias de un grupo de mozos, bien plantados, algunos de ellos pertenecientes a distinguidas familias, que hacían gala de su fuerza, de su destreza para trompear a cualquiera y que armaban en cafés y restaurants y teatros, mayúsculos escándalos. Entonces nació la era inacabable de los cabes, cabezazos, contrasuelazos, y cargamontones, sistema empleado en casos de apuro, lanzándose todos contra el infortunado que había logrado golpear a uno de los de la palizada.

    Los faites, porque entonces nació el tipo genuino del faite, se hicieron temer sobremanera, y abusaron muchísimo tiempo de su situación, alcanzando celebridad. Muchos de ellos, bien dotados por la naturaleza, tipos bellos y finos verdaderamente, tenían dones de atracción personal incuestionable y lastimosamente perdieron sus condiciones, dándose al vicio y viviendo una vida notoriamente desagradable é inferior.

EL FAITE

El faite genuino tuvo hasta indumentaria característica. Usaba sombrero suelto, saco cruzado, pantalón a la Waterloo, y era amo en el teatro, señor de toda señoría en Acho y dueño de todos los corazones que se ponían en alquiler en la ciudad. Abusivo y fachendoso, complacíase en golpear a cuanto desgraciado se ponía a sus alcances, tenia terminajos propios, se reía de la policía, era temido en comisarías y lugares de detención, y amado de las casquivanas dejó que su vida trascurriera en un bullicioso y gastador aturdimiento. Pintoresco dentro de sus daños, y gracioso dentro de sus defectos, el faite constituyó en Lima una personalidad saltante que despertaba la curiosidad y llamaba sonoramente la atención. Conservador, eso sí, de los gustos criollos, era enemigo personal de los caballeritos, detestaba el tongo y el chaqué, se burlaba de los sietemecinos elegantes, puso cátedra de trompeo, y reinó como un pachá en los barrios del bronce, resucitando algunas viejas leyendas, jaraneando en huertas a las que llevó algo de la antigua sangre ligera y del viejo donaire criollo.

Quimboso, y lleno de dicharachos, asustaba por los grandes mostachos, el empaque para amenazar, el movimiento agresivo que tenía en sus actitudes todas, y la voz campanuda, sombría y terriblemente mosqueteril, por su exageración y su tono. Entre los faites de aquellos tiempos, hubo muchos que, como en los viejos tiempos del “mozo malo”, pertenecían a distinguidas familias, de las que fueren niños mimados.

Infinidad de anécdotas se cuentan de estas palizadas originales, que circulaban por las calles centrales, rompían vidrios, golpeaban a la policía, se metían a los teatros y en general a todos los espectáculos sin necesidad de billete, y eran el terror de empresarios, padres de niñas pobres y mujeres desgraciadas. 

EL FAITE INTELECTUAL

No faltó siempre, desde los remotos tiempos del mozo malo, hasta los relativamente inmediatos del faite, el tipo intelectual que improvisaba coplas, era el poeta de la partida, hacia versos, escribía la letra de los cantares de la palizada y gozaba de ascendiente entre los de “su cuerda”.

LA MULTIPLICACIÓN DE LAS PALIZADAS.

Tan detestable y pintoresca costumbre creó, por espíritu de imitación, una serie de palizadas en diversos barrios, y así hubo la palizada de Abajo del Puente, la palizada de los Naranjos, la palizada de la Chacarilla, la palizada de las Nazarenas, y hasta los muchachos de los barrios organizaron sus palizaditas. En la palizada siempre había alguno que era respetado por todos. Era el más faite, el gallo para echárselo a cualquiera  llegado a la alta categoría superior, por su garbo, su suerte con las mujeres, y sobre todo porque en un día le había pegado una tanda formidable al Cabezota o al Tripa larga, famosos en tal o cual barrio. Se acostumbraba también que una palizada fuera de un barrio a otro, se organizaban desafíos, y el día menos pensado en la noche se sentía en el barrio un estrépito formidable de golpes, juramentos, e imprecaciones.

     Las personas salían de sus casas, los muchachos gritaban, se armaba una batahola infernal, y cuando alguien preguntaba por qué se armaba  tal lio, la respuesta era infalible: “Son los de la palizada de Nazarenas, que se han venido esta noche”. Y así sucesivamente.

    Entre las anécdotas curiosas que hemos oído relatar sobre la palizada, se cuentan algunas graciosísimas, como aquella en que, según la leyenda, los faites, que caminaban con un aire especial por las calles del centro, a lo mejor sacaban sus cuchillos, que según frase de ellos mismos “eran pura vista”, y los afilaban con aire facineroso en el sardinel de la vereda.

EL FAITE DE COLOR HONESTO

El éxito de la palizada llevó a mucha gente de medio pelo a organizar también palizadas, color chocolate, que campeaban también en ciertos barrios, hacían barbaridad y media, golpeaban a los pulperos, les daban palizas formidables a los chinos, y continuando enorgullecidos la leyenda de los faites de alto copete, se daban grandes aires conquistadores y señoriales. Raro era el barrio donde no había dos o tres callejones sin su respectiva palizada, la que tenía preocupados a los pobres cachacos que creían cumplir su deber con el alarmante fiuli del pito que casi nunca daba resultado.

LAS PALIZADAS ESCOLARES

Cosa curiosa, pero lógica dentro  de la sicología infantil y adolescente, era el afán de imitación de los faites que tenían los muchachos de los colegios, que luego en sus barrios organizaban sus palizadas con todas las características de las grandes, hablaban imitando el tono sipilitriple, sabían lo que era un huacarinazo, conocían de memoria la historia de los  más grandes faites de la leyenda limeña criolla, se preciaban de parecerse at tal o cual célebre faiteman, se daban el pisto de hablar de ellos como si fueran íntimos amigos, se enorgullecían con que se les creyese tan faites como los más faites de la ciudad, y andaban a la salida del colegio llenos de guaraguas, decires y quimbosas actitudes. 

UNA ANECDOTA TERRIBLE

Entre las diabluras verdaderamente espantosas de los faites, conocemos una auténtica de un sabor verdaderamente macabro y que podría servir para argumento de un cuento enfermizo, en que se hiciera la sicología torcida y enrevesadamente malévola de algún degenerado. Se trató en cierta ocasión del velorio de una criatura, el clásico “velorio” en que el compadre debía hacer los gastos, correr con el entierro y acudir compungido y pesaroso a la casa de la comadre, donde a la media noche se formaba una parranda silenciosa, aunque parezca paradójico, pues si es cierto que no se bailaba ni se cantaba, en cambio circulaba el licoreo que era una bendición. El  compadre era un faite legítimo. Acudió efectivamente, y a la media hora, sin que nadie lo pensase, se armó una jarana con todas las de la ley. En el cuarto vecino, la criatura, que había muerto a los pocos días de nacer, yacía rodeada de lámparas de aceite, velas y demás accesorios fúnebres; en el fondo una gran olla contenía hirviente y suculento el caldo de gallina que se daría en la madrugada a los veladores. El licor nubló el cerebro del “compadre” y cuando estaban en lo mejor de un tristecito en que se cantaba el dolor de una madre que perdía a su hijo y se consolaba con pisco, se introdujo al cuarto donde yacía la criatura, la cargo, se metió con ella al corralito donde hervía el caldo y ¡zás! la echó en la paila. Luego se quedó dormido. Despertó con un escándalo formidable, gritos de mujeres, llantos desgarradores, y entonces se dio cuenta de la estupidez que había cometido. La madre, al ir a espumar el caldo, se encontré con algo—que no era precisamente un pollo—envuelto en telas; se alumbró con una vela y ¡horror! sacó semisancochado el cadáver de la criatura. Ignórase el resultado y, como en un cuento macabro, se ignora también si alguien se tomó el caldo.

DECADENCIA DE LA PALIZADA

La gran cantidad de imitadores concluyó con la fama de los faites, y comenzaron a surgir mozos fuertes y bravos que en más de una ocasión bajaron el moño a los clásicos. Una avalancha de mocitos apechugó con lo que se le puso delante. Los clásicos optaron por formalizarse a medias, muchos se retiraron in tiempo y la cantidad de gente verdaderamente baja y mala que hizo papel en el género, malogró lo pintoresco, debilitó la acción conjunta, dió pábulo a que fueran subvencionados por lugares de juego, de diversión y de licoreo, se “abragó” la cosa, como ellos dicen y nos encontramos un día con que no se podía deslindar ya entre el “faite”, el guardaespaldas y el apaleador de oficio, que aparecía en las épocas álgidas de la política, organizaba palizadas eleccionarias, pegaba a las mujeres que se abandonaban a sus cuidados, y vivía mala y vergonzosamente.

Ya en estos últimos tiempos no hay palizada. Los que tienen sicología de faite hacen su vida como pueden, viven relativamente aislados, alquilan su fuerza si es preciso, y salvo dos o tres genuinos representantes de los tiempos medios que eran malos porque si, sin interesada malevolencia y que hoy se quejan de lo infame que es la vida en Lima, puede decirse que ha desaparecido por completo la palizada. A, pesar de todos sus defectos y de todos sus daños y sus vergüenzas, justo es confesar que la palizada fue pintoresca, graciosa, algunas ocurrencias felices tuvo, pero que día a día degeneró hasta convertirse en algo imposible y verdaderamente ingrato, Sostenedores de lo criollo, el “folklore” nacional le debe algo en justicia, y no es raro encontrar en la musa popular muchos cantares que fueron obra exclusiva del faite.

PICWICK

2. Autor teatral y compositor

    Según el historiador Jorge Basadre, en el Teatro Victoria de la calle Orejuelas, se estrenó el 8 de febrero de 1911 una revista con letra y música de Alejandro Ayarza titulada Música peruana (Basadre 2014 T.17:106). Esto es algo que no hemos podido confirmar. 

    Alejandro Ayarza compuso un vals que es infaltable en el repertorio de los criollos "La Palizada". Este vals fue grabado por el dúo Montes y Manrique en la serie "P" N° 16 de la disquera Columbia. El primer lote de discos discos llegó al Perú a fines de 1911. En ese lote estaba "La Palizada".

"La Palizada" "Colección: Dante González

    El 29 de octubre de 1912 en el Teatro Victoria se estrenó la Zarzuela nacional C.D.P. de Alberto Seminario. Entre los números de música figuraba una original marinera del señor Alejandro Ayarza "que mereció los honores del bis", según informó "La Crónica" del 30 de ese mes.

    El estreno de la "zarzuela de música y costumbres nacionales" "Música peruana" se anunció en el diario "La Crónica" del 28 de noviembre de 1912, en los términos siguientes:

VIDA TEATRAL/ TEATRO VICTORIA/ ESTRENO DE UNA OBRA NACIONAL/ Hoy en este Teatro subirá escena una zarzuela de música y costumbres nacionales, composición y letra del popular y chispeante Alejandro Ayarza. Personas que han asistido a los ensayos nos aseguran que la obrita ha de gustar al público por la comicidad de sus situaciones y por el marcado sabor criollo. La obra se titula “Música Peruana” y ya sabemos que con ella “se resbala cualquiera”.

    "Música peruana" tuvo mucho éxito y pronto pasó al Teatro Mazzi, esta obra se siguió presentando durante muchos años.

  El 13 de enero de 1913, en el Teatro Mazzi, se estrenó PILSEN – LIMA zarzuela de costumbres de Alejandro Ayarza, y en el Teatro  Municipal del Callao  el sábado 15 de febrero.

"El Comercio" 27.01.1913

    En setiembre de 1913 los técnicos de la Victor Talking Machine Co. realizaron grabaciones en Lima. El día 9, Alejandro Ayarza con el actor Luis Romero, grabaron cuatro "diálogos cómicos": "El borracho y el inspector" (de "Musica Peruana, escena comica."), "Los compadres" (de "Musica Peruana, escena comica."), "Los dos serranos" ("Diálogo y huaynito de Música Peruana" y "Entre coletas". El día 25 grabaron dos más: "La tamalera y el emolientero" y "Los macarrones".

    "Los dos serranos se puede escuchar" haciendo clik en:


El_borracho y el_inspector

    El 19 de enero de 1915 se estrenó, en el Teatro Mazzi, "Un paseo en burro".
"La Crónica" 20.10.1915

 3.    El militar
   Como se sabe Alejandro Ayarza perteneció a las fuerzas armadas peruanas, llegóa obtener el grado de Mayor. 

    A fines de agosto de 1916 se inció una huelga de tarbajadores agrícolas en Huacho. Como la huelga comezó a generalizarse, el 01 de setiembre de 1916 llegó a la ciudad de Huacho un tren con 170 militares armados al mando del prefecto de Lima coronel Edgardo Arenas. El 2 de setiembre debía realizarse unas reunión entre los hacendados y los trabajadores. Los hacendados no asistieron a la reunión y eso desaencadenó la ira de los tranbajadores. Según señala el historiador Julio Solorzano Murga:
"después de casi una hora de protesta un contingente de militares al mando del alférez Ayarza, intenta reprimir a los manifestantes haciendo uso de sus armas de reglamento se enfrentaron a la masa trabajadora muriendo dos jornaleros campiñeros don Ernesto Villanueva Maturrano de Luriama y don Cayetano Romero Chinga de Hualmay" (https://anarquismoperu.noblogs.org/post/2010/10/28/movimiento-sindical-en-huacho-ano-1916-1917-parte-1/)
    Como resultado de ese enfrentamiento Alejandro Ayarza resultó herido y trasladado a Lima

"El Comercio" 13.10.1916

    Aunque pocos lo mencionan, este pasaje de la vida de "Karamanduka" y su pertenencia a la palizada han quedado como un baldón.

4. HOMENAJES
        En 1944, al cumplirse 35 años del estreno del vals "La palizada" se organizaron varios homenajes. El 5 de junio de 1944 "un grupo de amigos le tributó homenaje en el Teatro Segura. En el diario "La Crónica se publicó lo siguiente:
EL HOMENAJE A ALEJANDRO AYARZA "KARAMANDUKA"
Hoy día, en funciones de vermouth y noche, va a realizarse, en el Teatro Segura el homenaje que un grupo de amigos ha organizado a Alejandro Ayarza "Karamanduka", prometiendo alcanzar un buen éxito. Ayarza, el popular compositor, entre otras piezas, del famoso vals "La Palizada", y autor de varias obras teatrales, es un personaje limeño que no necesita presentación. Criollo de pura cepa, formó parte de ese grupo tan popular hace algunos lustros conocido por el nombre de "La Palizada" junto con otros personajes conocidos en nuestro medio, Augusto Paz, Jesús Menacho, Pepe Ezeta y Julio Pastor. En el programa que se ha hecho para el homenaje de hoy se pondrá en escena la revista nacional de costumbres criollas titulada "Música Peruana", en tres cuadros, de cuya música y letra es autor Ayarza. Seguidamente, ofrecerá el homenaje de la Guardia Vieja, el decano de los cantores criollos, César A. Manrique, para terminar con la escenificación del popular vals "La Palizada", con fondo musical del sexteto "Los Chalanes" que dirige Lorenzo Humberto Sotomayor. Van a intervenir en este programa conocidos elementos del teatro y de la radio que en esa forma se asocian al homenaje a "Karamanduka". Estos artistas son: Carlos Ego Aguirre, Paco Andreu, Perico García, Antonia Puro, Luis Mendoza, Enrique Barrios, Carlos Revolledo, Fco. del Pomar, Manolo García, Charito Ureta, los Hermanos Sousa, los hermanos Oxley, etc. Con mucha propiedad será presentada la jarana criolla de la Lima de otros tiempos con sus caracteres típicos que la han hecho famosa.
    El periodista Juan Gordillo Arias escribió lo siguiente:
    Está ad portas el homenaje que los peruanos tributarán a Alejandro Ayarza, uno de los más genuinos intérpretes del Cancionero Nacional, paladin de él y gonfalonero de sus arpegios en el extranjero...
    Perteneciente a aquella pléyade de criollos que afianzaron nuestro nacionalismo dentro del ritmo edificante de sus composiciones, el homenajeado no solo constituye un fiel exponente de ella, sino la supervivencia de ese bello sentimiento de ufanarse legitimamente de haber nacido en este suelo pródigo y hospitalario como el que más.
    Alejandro Ayarza, al igual que sus congéneres, enriqueció nuestro álbum musical con sus composiciones, eran los tiempos de guitarra bicolormente embanderada al brazo y el puro de lca—no el lanza llamas como el de ahora—en el bolsillo del pantalón. Los barrios más famosos de la capital pugnaban en lucha noble y caballeresca por la primacía de sus cantores y de sus composiciones; y en escenarios teatrales, familiares, callejoneros o de media mampara, al aire libre, la contienda adquiría aspectos de rivalidad edificante. ¿Quién ha de olvidar "Mercedes", "Alejandrina" "El 29 de Mayo", "La Palizada", "Las Calles de Lima", "Luis Pardo", "Andarita", "Tus Ojitos", "Pobreza"...? 
    Los conjuntos de las galladas bajopontinas, con los Paulsen, los Andrade, los Ferreyros, los Manrique y otros, llevaron más de una vez en sus filas a Karamanduka; y la picardía ingénita del limeño, paseose en todos los confines de la pequeña urbe capitalina de aquel entonces. Monserrate, La Palma, La Torrecilla, La Rivera, el nuevo Chirimoyo, la nueva Victoria, las 5 Esquinas, El Cercado, La Toma, Pampilla, Malambito, La Confianza, La Carretera del Gas, La Medalla, La Rivera, Contradicción. Malambo, Naranjos, La Huaquilla, el Carmen Alto, los Descalzos, abrieron sus puertas al igual que las huertas del Rimac, a esos portaestandartes del criollismo nacional. 
    Serenatas, sentimentalmente ejecutadas, ya con la lluvia mojando a los cantores o con la presencia de numerosos curiosos en una noche tranquila, ávidos de captar el nuevo "vals" y presenciar la sugestiva jarana, observando la primera educada, la segunda perfecta y admirando a la mano broncínea que a las 5 de la mañana, le sacaba el "jugo" al cajón y hacía bailar las ibéricas castañuelas, con los niños de la palizada.
 Así se enriquecía el Cancionero Criollo; así se robustecía nuestro nacionalismo; así lloraba el criollo o lanzaba sus imprecaciones con el sentimentalismo de su ritmo ambiental, para decir con Arzola, en su vals "Alejandrina", "infame.... sin conciencia y alma negra que hieres al más puro corazón. ¡Tarde será cuando llores tu desgracia...!" o cuando José Herrera, deleitaba a los turfman entendidos: "no ha habido... ni habrá otro superior. Es el orgullo del turf nacional..." 
    Eran los tiempos de apogeo de la musica nacional, porque quienes la difundían, amaban todo lo peruano y eran peruanos de corazón. No faltó la replana; la lengua de los antiguos negros peruanos; y así el blanco fraternizaba democráticamente con el negro y el indio. El ánima rodante de cuatro tabas, por el coche con llantas; el ánima de dos tabas chicueñita que rema en el terrum, por el ave lista para el estofado; el ánima que se vea en el charco grandimio; por el pescado; el palo trinador y el paliso de cuatro tabas, por la guitarra y la silla; la lancha gira espumante, por la cerveza; el feligrés grandimio aparrado a los rayos colorines, por el blanco repleto de libras; la feligresa de crisoles almendrados, por la injerta pícara y entonada; el negro amito le aconfianza el acero pulido al ánima de dos tabas, por el negro amigo le coloca la navaja al gallo; uva gancho, por siga amigo, cinco feligre, por sí amigo... 
  !Loor a Alejandro Ayarza, el Gran Kararnanduka, y a los criollos que como él, sintiéndose orgullosos de ser peruanos, difundieron su música en el suelo nacional y en países extranjeros...! 
        Juan Gordillo Arias 

 

"La Crónica 5.06.1944"

    El 19 de junio se realizó un nuevo homenaje en el Teatro Apolo. "La Crónica informó así":
APOLO –HOY – Grandes funciones de Homenaje de los BARRIOS ALTOS al criollísimo y más puro exponente del costumbrismo limeño Sr. Alejandro Ayarza “Karamanduka”
La Revista Nacional de costumbres criollas
MUSICA PERUANA
Con los 4 ases del Teatro Nacional: Revolledo – Teresa Arce – Andreu – Puro
Estreno de “LA PALIZADA” escenificación del popular vals de KARAMANDUKA Rosita Passano – Hnos. Govea – Dúo Catter – Romero.
Debut del sexteto criollo “LOS CHALANES” que dirige L. H. Sotomayor
Orquesta del profesor Nibaldo Soto Carbajal
    En 1947, Jaime López Raigada publicó 32 reportajes y una crónica, libro en el que uno de los reportajes está dedicado precisamente a Alejandro Ayarza.

32 reportajes y una crónica. López Raigada, 1947


lunes, 29 de julio de 2024

PARA UN BRINDIS DE CHICHA


COLECCION de algunas poesías publicadas desde la entrada del ejército libertador
en la ciudad de los libres
. Lima. 1822. p. 69.

    La única canción (con letra y música) que se ha rescatado de la época de la gesta independentista de 1821, es una que conocemos como "La Chicha", que fue publicada en Lima, en 1822 en la COLECCION de algunas poesías publicadas desde la entrada del ejército libertador en la ciudad de los libres, por Manuel del Río:

COLECCION de algunas poesías publicadas desde la entrada del ejército libertador
en la ciudad de los libres
. Lima. 1822.

  En las páginas 69 y 70 de esa obra se encuentran ocho octetos de "Para un brindis de chicha - letrilla" (composición poética de versos cortos, que se divide en estrofas, una de las cuales se repite como estribillo), que actualmente conocemos como "La Chicha, sin señalarse autor:


   
   A esta primera publicación hay que sumar la obra de Robert Proctor, escritor inglés que llegó al Perú en 1823 y publicó en Londres en 1825 el libro Narrative of a Journey across of the Cordillera de los Andes and of a residence in Lima and other parts of Perú, in the years 1823 and 1824. Una traducción al español se editó en la Argentina en 1920: 

Fuente: Internet Archive

    En esa obra, en el capítulo XLII, Proctor describe su paso por Lobrajillo (¿Obrajillo, Canta?): 
Dejé Lobrojillo al día siguiente de retorno a Lima y marché duro para llegar a Cocoto el mismo día, distancia de cuarenta millas. Al aproximarme a unas cuantas cabañas diseminadas que componían el villorrio, pasamos una choza solitaria donde la rama colgando en la puerta anunciaba al indio sediento que la deliciosa chicha se vendía adentro. Aquí se reunían numerosos jinetes que al vernos se pusieron a gritar: uno de ellos, desprendiéndose del grupo, se acercó a mi compañero y con sable empuñado le ordenó que le siguiese. Aunque sospeché al hombre ebrio, temí, sin embargo, haber caído en malas manos, y sacando una pistola, caminé hacia el sujeto, y poniéndole la pistola montada en la cabeza, le ordené dejar el sable. Sus compañeros se adelantaron y me suplicaron no descerrajase, pues el hombre no era ladrón sino "un cristiano borracho". El jinete la escapó buena, pues mi dedo estaba en el gatillo a punto de apretarlo, y díjele cuán cerca había estado de pagar por gastar bromas con pasajeros tranquilos. El pobre muchacho hizo después todo lo que pudo para expiar su locura y nos invitó a pasar la noche en su rancho, a lo que accedí, para convencerle de que no le tenía mala voluntad. 
Halléle propietario de gran parte del valle y, para indio. hombre rico: él y sus amigos empinaban el codo en la pulpería, cuando viéndonos aproximar se ciñó el sable de una persona de Lima, con la intención única de asustarnos. Era un loco alegre, y mientras marchábamos a su casa, hacía saltar su caballo adelante y atrás sobre las altas pircas con riesgo inminente de quebrarse el pescuezo. Cuando llegamos al rancho pidió de cenar con gran aire autoritario, y, mientras se cocinaba, tomó la guitarra y cantó la siguiente canción española en elogio de su licor nativo: 
Patriotas el mate
de chicha llenad
y alegres brindemos
por la libertad.

Esta es más sabrosa,
que el vino y la sidra
que nos trajo la hidra,
para envenenar.

Es muy espumosa
y yo la prefiero
a cuanto el Ibero
pudo codiciar.

Coro,
Patriotas el mate, etc.

El Inca la usaba
en su regia mesa,
con que ahora no empieza,
que es inmemorial.

Bien puede el que acaba,
pedir se renueve
el poto en que bebe
a su caporal.

Coro,
Patriotas el mate, etc.

¡Oh licor precioso!
tú licor peruano,
licor sobrehumano,
mitiga mi sed!

¡Oh néctar sabroso
de color del oro,
del indio tesoro,
patriotas bebed!

Coro,
Patriotas el mate, etc.

Aunque la letra es española y es obvio tuviese origen subsiguiente al estallido de la guerra en el Perú, el tono era del indio, y sin duda adaptado a palabras quichúas, aunque después de averiguar, no pude procurarlas. La música, monótona, pero de ninguna manera desagradable, fue poderosamente gozada por los alegres y rientes compañeros del cantor, que coreaban clamorosos. (Proctor 1920: 206,207).

Fuente: Internet Archive

    Llama la atención que Proctor encuentra que aunque la letra es en español "el tono era del indio" y considera que está adaptado del quechua. Estamos frente a una canción popular, ¿Quizás una cachua?, no lo sabemos...

    Esta canción casi quedó en el olvido. Sin embargo, en el Álbum de Ayacucho, publicado en 1862, aparece como "canción popular cantada en las fiestas que se dieron a la llegada del General San Martín" teniendo como autor de la letra a Juan A. Ugarte (llamo la atención sobre el hecho que no dice Jose de La Torre Ugarte) y de la música a Juan Tena. (Juan Bautista Tena fue un músico peruano que en 1821 participó en el concurso en el que ganó Alzedo. Era considerado uno de los buenos músicos de Lima).


Álbum de Ayacucho

    Otra publicación de "La Chicha", fechada en 1899, se encuentra en "Repertorio de Himnos y Canciones Patrióticas..." publicada por Carlos Prince.
Foto: facebook.com/profile/100064404143695/search/?q=La%20Chicha

Foto: facebook.com/profile/100064404143695/search/?q=La%20Chicha

    Ya en el siglo XX, el investigador musical José Félix García la encontró publicada en "El Cancionero de Lima" N° 427 de diciembre de 1922 (nemovalseblog):

"La Chicha"

    Después de otro silencio, en "El Comercio" del 28 de julio de 1939, se anunció la "reaparición" de "La Chicha":

        El artículo esta firmado por Carlos Raygada y en él se afirma que, según Cipriano Coronel Zegarra, esta canción se estrenó en las fiestas que se organizaron en honor a San Martín a su llegada a Lima. Raygada obtuvo una partitura de "La Chicha" como obsequio del profesor Julio Kuapil, hijo del músico autriaco  José J. Kwapil quien fué director de las bandas del Ejército. La partitura está editada en Alemania por la famosa casa editorial Los Hijos de B. Scott, tiene como título "La Chicha - canzoneta peruana" y como autor a J. B. Alzedo.

Fuente: Plataforma digital BNP
    
    En la partitura está la letra publicada en 1822 pero sin indicación de autor.


Fuente: Plataforma digital BNP

    Carlos Raygada dedujo que la partitura fue impresa después del regreso de Alzedo de Chile, es decir después de 1864 y posterior  a la primera impresión de la Marcha Nacional (la de Beyer) ya que ésta lleva como número el 13656 (1840) y "la Chicha" el 19351.

    Se podría decir que, como ésta canción se difundió de manera oral, tuvo varias músicas y la única que ha llegado a nosotros, por estar impresa, es la música que le puso Alzedo. 

    Sobre el autor de la letra, tendrán que ser posteriores investigaciones las que establescan quien fue Juan A. Ugarte y porqué se atribuyó a Juan de la Torre Ugarte la letra de ésta canción.

    Una versión de "La Chicha" interpretada por Carlos Cerquín y Sabor del 900 se puede escuchar en:




  

lunes, 8 de abril de 2024

VICTOR ALBERTO GIL MALLMA "PICAFLOR DE LOS ANDES"

 

     Hijo de don Bernardo Gil y de doña Francisca Mallma Huamán, Víctor Alberto Gil Mallma, el gran "Picaflor de los Andes", nació el 8 de abril de 1929. Fue declarado en el año 2022 personalidad meritoria por el Ministerio de Cultura, pero, desde los inicios de su carrera artística en 1960, fue un ídolo popular. ¿El lugar de nacimiento? Hay controversia, una versión afirma que nació en la ciudad de Huanta del departamento de Ayacucho, otra, que nació en la calle Huanta de El Tambo, en Huancayo. Dejémoslo ahí, es parte de la leyenda.

    En el diario "La Prensa", con motivo de su fallecimiento, se publicó una semblanza biográfica:

Víctor Alberto Gil Mallma, había nacido en la ciudad de Huancayo. Estudió parte de su primaria en Villarica, en el Alto Perené, donde su familia vivió un tiempo, y la cóntinuó en la Escuela del Jirón Puno 581 y en el Colegio Santa Isabel de su ciudad natal. Siendo un adolescente comenzó a trabajar en las minas como chofer.
Si bien se consagró como intérprete de nuestra música serrana, "Picaflor de los Andes" se inició cantando el género ranchero mexicano. En 1959 vino a Lima para probar fortuna en un concurso de música foliclórica que promovió Radio Excelsior y logró triunfar. Su primer éxito fue el huayno "Aguas del Río Rímac" que ha dejado grabado en dos disqueras di-ferentes. Fundó la organización de publicidad Folklórica radial "Clarinadas Peruanas". Dejó grabados 14 LP. La disquera Virrey editó un disco doble con motivo de sus Bodas de Plata con sus mejores éxitos.

    En "La Crónica" del 3 de mayo de 1967 se publicó este artículo:

"La Crónica, 03/05/1967

Al “Picaflor de los Andes” se le discute pero “arrastra” público
  La pequeña estatura, el rostro neutral y la mirada taciturna son las principales características físicas de Víctor Alberto Gil, “El Picaflor de los Andes” uno de los más populares y discutidos intérpretes folklóricos del presente.
  Nacido en Huanta, se forjó en la ciudad de Huancayo, donde se adentró en el rebelde espíritu de los huancas, asimilando su dialecto y costumbres, que ahora le sirven para ser considerado como el "Rey del Huaylas".
  A diferencia de los pioneros del folklore andino, está de moda desde hace algunos años y constituye una razón de alta taquilla para los promotores y empresarios de coliseos, teatros y emisoras, y gran venta de grabaciones. Este cotizado artista hace reverberar en sus intervenciones las vivencias de su propia lucha y sufrimientos con un tinte casi siempre irónico lo cual gusta poderosamente a la masa popular de tierra adentro.
  Su voz está identificada como la máxima expresión masculina de la canción del Valle del Mantaro. Como compositor se le discute también, pues se le acusa de no componer de acuerdo al verdadero sentir de los pueblos huancas desdiciéndose en el fondo y forma del verso andino.
"Picaflor de Los Andes", es el intérprete mejor pagado de nuestros días, hecho q' no pudo hacerse extensivo a sus colegas de arte al asumir la Secretaria General del Sindicato de Artistas Folklóricos del Perú.
  Es y fue siempre un hombre de trabajo y lucha, derrochando energías en las carreteras del abrupto Ande peruano, con el campo de la rudeza de la mecánica industrial. Su mundo personal ha influido poderosamente también en que se le discuta, pero de todos modos es Innegable que es el cantor vernacular que más éxitos y aplausos cosecha en los escenarios, hoy por hoy.

En 1968, José María Arguedas, en su artículo "De lo mágico a lo popular, del vínculo local al nacional" le dedicó una líneas llenas de admiración:

"El Comercio" Dominical 30.06.1968

    Ya en esa época su salud le causaba problemas y lo alejaba de los escenarios, pero su determinación hacía que se recupere y vuelva a actuar.

"La Crónica" 5 de julio de 1970

"La Crónica" 2 de enero de 1972

    En 1974 su salud estaba bastante deteriorada, desde julio de ese año estuvo postrado en silla de ruedas. El 18 de ese mes "La crónica" publicó una nota en la que él se expresa largamente sobre la problemática de la música popular y sus intérpretes.

Picaflor de los Andes
Un paso más en la vida

Para algunos interpretes vernaculares, expresar nuestro sentir popular en los coliseos representa casi una forma de distracción o esparcimiento. Pero, para un artista andino que ama su tierra entrañablemente, que canta sus angustias y alegrías, que lleva en la sangre el espíritu del folklore, significa mucho más que su propia vida: Es el caso del Picaflor de los Andes.

En efecto, para Victor Alberto Gil Mallma, huancaino, conocido como "El Picaflor de los Andes" nunca han existido barreras ni obstáculos para difundir el folklore que conoció y aprendió a querer desde niño y que ya, a los 17 años, exteriorizaba en los asientos mineros y fabricas de Huancayo, su tierra natal. Lamentablemente, el "genio de Huayta-pallana", como lo recuerdan sus paisanos cariñosamente, sufrió el reto de una delicada enfennedad que lo tiene postrado en un sllón de ruedas desde hace seis mesas.

Una mielitis —irritacion de tipo infeccioso a la medula espinal— pudo haberle impedido que sigua actuando en los coliseos y en contacto con su publico.

Sin embargo, la reacción del "Picaflor de los Andes" fue sorprendente. Valiente, es el termino más adecuado. Tal vez muchos en su lugar se habrían sumido en la desesperación por no poder caminar. Por el contrario, para el hijo predilecto de Huancayo y de mas de una veintena de distritos de la region, la temporal invalidez ha sido incentivo para seguir difundiendo el folklore huanca y marcha adelante con su empresa "Clarinadas Pcruanas", productora de programas andinos para radio, así como para continuar en la búsqueda de nuevos valores vernaculares.

UNA NUEVA ETAPA EN SU VIDA

"Mi enfermedad —nos dice— ha marcado el comienzo de otra etapa en mi vida y que, para mi, sólo puede tener una culminación, la realización de todos sus proyectos. pese a mi impedimento físico.

El conocido artista huanca, que tiene en su haber doce grabaciones de larga duración y medio centenar de 45 rpm, difunde sus canciones en radio Agricultura de Lima, Andina de Huancayo y Chinchaycocha de Junin, acaba de hacer dos presentations publicas y grabar su docimotercer LP bajo el titulo "Un paso más en la vida", dedicado a quienes siempre le alentaron a seguir expresando el sentir del hombre andino.

"EL FOLKLORE REQUIERE UNA LEY"

Para victor Alberto Gil, qua surgió al mundo artistico hace más de 15 años en un programa vernacular que conducía Gonzalo Toledo en radio Excelsior, los problemas de antaño de nuestro folklore continuan latentes y se han hecho casi crónicos.

El intérprete y compositor huanca considera que la difusión de la música andina atraviesa por una caótica situación toda vez que son muchos los interpretes que no tienen conocimientos ni formación artistica. En nuestro país, señala, hay una variedad de expresiones folklóricas, y cada vocalista o conjunto que surge como le viene en gana los ritmos autoctonos sin que exista ningun organismo que supervigile o controle la calidad de los mismos".

Considera que mientras Bolivia se identifica con su taquirari, Chile con su cueca y Mexico con su ranchera, nuestro folklore se identifica con una serie de huaynos y mulizas de distinto origen y que siempre no están de acuerdo a una estetica, que en la mayoria de los casos distorsionan la verdadera esencia de nuestra música. Anota que el plagio y el desconocimiento en los ritmos son problemas capitales de nuestro folklore, y que compete al Instituto Nacional de Cultura y a las autoridades respectivas tomar cartas en el asunto.

IMPOSTERGABLE: LA CAPACITACION

Precisa que el Sindicato de Artistas debe desarrollar ciclos de capacitación para todos sus asociados, con la participación de musicólogos, etnólogos y otros especialistas, así como propiciar la apertura de más fuentes de trabajo.

El artista huanca de 44 años, padre de dos profesionales y cinco menores, subraya que los dos escenarios que existen en Lima no son suficientes y que los interpretes no pueden seguir expresando su sentir en canchas de futbol, por ejemplo.
"El sindicato —agrega— debe conseguir que el artista tenga un solo carnet pan trabajar en los escenarios". Confiesa que son muchos los vocalistas que actúan únicamente en el Coliseo Nacional porque tienen carnet solo de la Municipalidad de la Victoria. Pide además, que no se tome al folklore como una simple actividad recreativa de aficionados, la mayoría de los cuales laboran durante la semana en mercados "paraditas" y los domingos se transforman en cantantes y bailarines. "Hasta el momento —termina— ninguna institución se ha preocupado por solucionar estos problemas que ponen de relieve el atraso en que nos encontramos en lo que se refiere a música vernacular. Sería necesario hacer una evaluación de los interpretes y establecer rigidas disposiciones que normen y controlen la difusión de nuestra música andina...".
"La Crónica" 18 de diciembre de 1974

En la foto que se muestra se puede apreciar las carátulas de los discos que grabó:

Foto: Internet - Sitio Oficial

    Falleció en el hospital de Chulec, La Oroya el 14 de julio de 1975. Eso será materia de otra nota...


viernes, 12 de noviembre de 2021

"DISCOS NACIONALES PERUANOS": 110 años de grabación y algunas interrogantes

 "DISCOS NACIONALES PERUANOS": 

110 años de grabación y algunas interrogantes


    Los "Discos Nacionales Peruanos" fueron grabados a mediados del año 1911 en Lima y en Nueva York, se fabricaron en los Estados Unidos y llegaron al Perú en 1912, pero comenzaron a publicitarse desde inicios del mes de noviembre de 1911. "Tristes, yaravíes, marineras, tonderos, jaranas, etc.", aparecían en los avisos, que, como me lo hizo notar el peruanista francés Gerard Borras, el anuncio no incluía al vals, la polca y otros géneros musicales que fueron grabados. Se impone la pregunta ¿Por qué ocurrió esto? Hay que tener en cuenta que, entre los "discos nacionales" si se encontraban valses, polcas, canciones habaneras, himnos, marchas y "cachaspares" y "piezas imitativas y descriptivas", por lo que al anuncio da a entender que éstos géneros, de menor importancia para el que redactó el anuncio,  estaban incluidos en el "etc.".

    El anuncio más antiguo que he encontrado sobre llegada de los "Discos nacionales" es el publicado en "El Comercio" del 9 de noviembre de 1911. Ese mismo aviso se publicó repetidas veces en ese mes. 

"El Comercio" 9 de noviembre de 1912

    En las siguientes líneas voy a hacer un recuento de este acontecimiento y tratar de corregir el sesgo "criollo", ya que cuando se cumplieron los cien años de esas grabaciones fueron presentadas sólo las grabaciones de "Montes y Manrique".


Montes y Manrique1911-2011. Cien años de música peruana.
Rohner, Fred y Gérard Borras (comps.)
Lima: IDE, PUCP. IFEA, 2010

 ANTECEDENTES

    La industria del disco tuvo como antecedente al cilindro. La "Columbia Phonagraph Company" fue originalmente la distribuidora y vendedora de los fonógrafos de Edison y sus respectivos cilindros. Columbia empezó vendiendo discos grabados y fonógrafos en forma paralela a los sistemas de cilindros en 1901. Por una década, "Columbia Records" compitió tanto con la compañía de cilindros de Edison como con la compañía de discos "Victor Talking Machine", siendo uno de los tres grandes nombres en la industria transnacional del sonido grabado. 

     Desde 1905 la Columbia y la Victor realizaron grabaciones a los dúos mexicanos Rosales & Robinsón (Maximiano o Maximiliano Rosales y  Rafael Herrera Robinsón) y Abrego y Picazo (Jesús Ábrego y Leopoldo Picazo) y al dúo colombiano Pelón y Marín (Pedro León Franco Rave y Adolfo Marín) los que, debido al éxito de sus grabaciones, se convirtieron en "modelo a seguir". El cantante e investigador Carlos Cerquín, cuando escuchamos discos de 78 en la BNP, se dio cuenta que muchas canciones del repertorio de "la guardia vieja" eran canciones grabadas por esos dúos. 
    
      "La golondrina" por Rosales & Robinsón (1906):

    


     "Paloma blanca"   por Abrego-Picaso



     "Lagrimas De Mis Ojos" por Abrego-Picaso



  
HOFFAY

      En 1910 (según Gino Curioso) llegó a Lima Joseph Hoffay representante de la Columbia con la finalidad de grabar un repertorio peruano con bandas de músicos y un dúo que tuviera las características de los que hemos mencionado lineas arriba. Hoffay firmó contrato de exclusividad con Eduardo Montes y César Manrique que fue el dúo elegido:
Hoffai (sic), representante de la Columbia, vino con un contrato hecho para escoger la mejor pareja de cantores. y por nuestra fama, variedad de repertorio, etc., nos escogió a nosotros. El doctor Benjamín Lama, recuerdo bien, ofreció revisar el contrato que nos ofrecían. Pero nunca se logró tal revisión. Total, que firmamos un contrato leonino sin fijarnos bien en las cláusulas. Según él, nos obligaban a la exclusiva por veinte años (En: "Cascabel" Nº 69 - 1936)

     Según la revista "Variedades", Montes y Manrique comenzaron a grabar en Lima y luego, el 28 de agosto de 1911, se embarcaron para Nueva York para continuar grabando:

Esos dos jóvenes han sido contratados por la casa «Columbia» de Nueva York, para imprimir en discos y cilindros fonográficos todas esas canciones populares, que ellos cantan y poseen á la perfección, como antes lo habían hecho en Lima en el ya popular bazar de Boza, de Flores y Benero, que es todo un filón de músicas y canciones, de sabor criollo inestinguible (En: "Variedades", 26 de agosto de 1911).

   Según esa misma revista, La casa Holting (de propiedad de Rodolfo L. Holting) financió el viaje y se grabaron 91 discos a los que la Columbia asignó la letra "P":

La casa Holtig (sic) ha fijado de modo indeleble piezas genuinamente nacionales, que tendrán seguramente un éxito colosal. Como casi toda esa música popular no está escrita, al realizarse esta feliz iniciativa, no se perderán aires originales, algunos verdaderamente inspirados. Se han impreso 91 discos dobles con 182 piezas, en 5 series de 18 (En: "Variedades", 17 de febrero de 1912).

 LAS BANDAS DE MÚSICOS

    La mayoría de las 182 grabaciones de la serie "P",  de los 91 discos dobles, las hicieron el dúo Montes y Manrique. Sin embargo en el Perú, como en otros países existía una tradición de bandas de músicos. La Columbia grabó a las siguientes bandas:

Banda del Primer Regimiento de Artillería

Himno Nacional del Perú P1

 


    Llama la atención el hecho de que la versión grabada no es la versión oficial de 1901 (la versión restaurada por Rebagliati), sino la versión de Alcedo, que posee una particular introducción de 16 compases. Algunas personas creen que esta grabación fue hecha en los Estados Unidos por alguna de las bandas de la Columbia.

Banda de la Escuela Militar de Chorrillos:

Cachaspares              P2

         Cachaspares P2 

    (En esa grabación se escuchan dos huaynos y un carnaval) 

Yaraví Nº 3                 P3

             Yaraví Nº 3

Marcha de Banderas  P19 

 

 

Banda del Regimiento de Gendarmes de Infantería:

Ataque de Uchumayo              P1

             Ataque de Uchumayo

Marinera                                  P54

 

Marcha Fúnebre De Moran     P19


Tondero                                   P38

        (Ese tondero es una versión del conocido "San Miguel de  Piura")

    Yaraví No. 1                            P73

         (No he podido encontrar ese disco)

    Yaraví No. 2                            P74

 

    A continuación dejo algunos enlace relacionados al tema:

Montes y Manrique - Joseph Hoffay (El Agente)