Carlos Saco
Reproducimos esta entrevista - quizás única- hecha al famoso guitarrista, pianista y compositor en la que se develan algunos detalles interesantes.
BREVE
CHARLA CON EL COMPOSITOR CARLOS SACO
SU IGNORANCIA DE LA MÚSICA.- COMO SE ESCRIBEN SUS
OBRAS.- SUS 25 PIEZAS DE MÚSICA LIGERA.- SU EDAD Y SU PESO.- CARLOS SACO EN EL
PIANO .- GARLOS SACO CON LA GUITARRA.- UN CREADOR DE LA BELLEZA.- HOY DARÁ SU
FUNCIÓN DE BENEFICIO
Todo Lima conoce, por lo menos de nombre a Carlos
Saco, autor de veinticinco piezas de música bailable, entre las que figuran “El
zorzal”, “Las cautivas”, “Suspiros”, “Caída del Sol”, “cuando las rosas caen”, “Murmullos”,
“Cuando el Indio llora”, “El Pellejito”, “El elegante”, “En el cabaret”, “El
caprichoso”, “Atahualpa”, “El Ucayali”, “El Picaflor”, “Cecilia”, “En las
alturas”, “El quitasueño”, “El zancudito”.
¿En cuál salón de Lima no se ejecuta ya sea en
piano o en pianola todos o algunos de estos jazz-camel, one step y fox-trots?
¿Quién en Lima no ha bailado al compás de la
música de Saco?
Carlos Saco conocido nuestro desde hace muchos años,
se reveló hace apenas tres o cuatro como un notable compositor de música
ligera, a tal punto que en nuestro medio, por el colorido y la marcada
tendencia incaica de esta su música, gusta tanto o quizás más que la, música
bailable americana.
LA CRÓNICA quiere ser el primer periódico en presentar
al público desde sus columnas a Carlos Saco y lo hace sin prejuicios y sin más
finalidad que exponer a sus lectores la personalidad del mismo como autor
musical.
Para nosotros (y seguramente para todo el que le
haya escuchado ya sea en el piano o la guitarra) Carlos Saco es un artista.
-¿cuánto tiempo estudiaste música?
-Ni un día…
¿Cómo?
Yo no sé nada de música, apenas conozco las notas
del pentagrama.
Carlos Saco, efectivamente, no conoce nada de la
música. Sin embargo… ¡hay que oírlo! ¡Hay que oírlo en piano y en la guitarra!
Su figura nos era conocida, no es, la de un Adonis, el mitológico personaje.
-¿Y quién te escribe la música?
-Un amigo mío, ante el cual ejecuto mis
composiciones.
-¿Qué edad tienes?
-Tu pregunta es indiscreta. Para salir del paso te
diré que no me acuerdo. Pero ¿sabes oye Don Máximo?, no pongas eso de la edad.
Tengo 34 años.
-Bueno, estate tranquilo, no pondremos nada.
-¿Cuánto pesas?
-Uf, una barbaridad. Ayer me metí a una botica del
Barranco y las pesas todas de la balanza no bastaron para calcular mi peso…
Como se ve, la conversación iba por un lado muy
distinto. Pero es que el cronista necesitaba hacer tiempo para que Palma, el diligente
fotógrafo, ayudante de Benjamín Puente, maestro de fotógrafos particularmente
en el enfoque con magnesio, fuera preparando su máquina.
En nuestra Casa Carlos Saco era natural que le hiciéramos
tocar, por lo menos una guitarra. Y alguien portó una hasta la oficina de la
redacción.
Y Carlos Saco empezó a tocar…. Bueno, una vez más
nos quedamos admirados de la admirable maestría de este hombre gordo.
Saco nació músico. Nació artista. Como todos los
que carecen de cultura musical, Saco, naturalmente, no podía ser juzgado por
críticos de refinada cultura musical. Pero, en este caso y para nosotros, hallamos
que no es indispensable, que no precisa en este artista esa cultura que, por
otro lado, sería imposible de la pudiera adquirir. Es lo cierto del caso que oyéndole
su música ligera, movida, traviesa, cautiva el espíritu y no dan deseos sino de
seguir escuchándole.
-¿ganas mucho dinero?
-No, hombre, que voy a ganar. Claro que vendo bien
la exclusiva de mis obras; pero tengo familia y me gusta vivir bien. Pago casa
cara. La vida está muy difícil. No diré que no me haya ganado algunos centavos o
algunas libras en funciones teatrales. Antes de ahora he tocado en algunos
cines y, como sabes, yo tocaba en los baños de Barranco.
Ahora estoy por celebrar un contrato con la OAX , en
donde ya he tocado varias veces, con éxito, según me han dicho.
-Con éxito positivo-rectificamos nosotros.
-Pienso hacer una gira por la República, en cuanto
termine ciertos compromisos…
-¿Por cuál de tus composiciones sientes más cariño?
-Por todas. Ya te digo que he compuesto
veinticinco piezas. Sin embargo me parece la más expresiva “En las alturas” que
he dedicado al aviador peruano Baltasar Montoya, después de su raid Lima-Puno.
¿No la has oído?
-No.
Y en la guitarra (en piano debe sonar mejor desde
luego) ejecutó “En las alturas” y tan altos nos vimos que nos creímos en pleno
raid.
Miedo tiene el cronista en llamar genio a Carlos
Saco, sin embargo lo cree un genio. Salvada la enorme distancia entre Richard
Wagner y Carlos Saco, plantea el cronista: ¿Es que saco necesita componer
óperas para ser, sin saber ni siquiera las notas del pentagrama un creador de
la belleza? Esa maquinita bailable de jazz, fox, one y tango tiene en Carlos
Saco un formidable creador.
Y para la mayoría de las gentes, de las gentes que
se divierten, que bailan, que cantan, que silban y tararean en sus casas, en las
calles la música de Saco ¿no es ésta acaso un genio?
Va al taller esta crónica volandera, escrita a
razón de noventa palabras por minuto y al correr velocísimo del carro de la
Underwood. Mil perdones pedimos al lector por las incoherencias que sin duda
hallará en ella.
Carlos Saco, según se verá en suelto que aparece
en otro lugar de este número ofrece esta noche en Barranco su función de
beneficio.
DON MÁXIMO
De: “La Crónica”, Lima 6 de junio de 1926
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