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Licenciado en Educación - Historia por la UNMSM y diplomado en Estudios Musicológicos Peruanos por el Conservatorio Nacional de Música. Estudios de Musicología en el Conservatorio y en la Universidad de Ginebra. Publicaciones: - El Misterio del Cóndor - Método de Guitarra Andina Peruana - Diversos artículos en revistas y periódicos. Conferencia Magistral sobre El Cóndor Pasa… en el VI Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero. Georgetown University (ATP) Y diversas conferencias en el país. Actualmente está enfocado en investigar la historia de la música popular en la ciudad de Lima.

jueves, 29 de agosto de 2019

LA LLEGADA A LIMA DE LA ESTUDIANTINA ESPAÑOLA "FÍGARO"


AGOSTO de 1884: LLEGADA A LIMA DE ESTUDIANTINA ESPAÑOLA "FÍGARO"


      El presente artículo trata de aportar algunos datos sobre la llegada a Lima de la Estudiantina Española "Fígaro", su repertorio y  la reacción del público limeño. 

    Si es justo decir que el impacto de la llegada de la Estudiantina "Fígaro" hizo que se formaran muchas estudiantinas en Lima y provincias, no es menos justo afirmar que ya existían, aunque quizás ocasionalmente, algunas estudiantinas en Lima. Esto lo sabemos porque en la edición del día 26 de febrero de 1879 de  diario "El Nacional" se da cuenta de la formación de una estudiantina:

"El Nacional" 26 de febrero de 1879



     En "Apuntes para un Diccionario Biográfico Musical Peruano" escrito por el músico italiano radicado en el Perú, Rodolfo Barbacci, se encuentra la entrada siguiente:

GARCIA, CARLOS: Director de la Estudiantina "Fígaro" que llegó a Lima en Agosto de 1884 y se presentó en el Palacio de la Exposición. Se componía de 4 guitarras, un violoncelo, 7 bandurrias y un violín, que tocaba el director (que a veces se lucía también en la guitarra). Tocaban todo género de música, desde el Ave María de Gounod y Marcha a la Turca de Mozart, hasta pasodobles y sinfonías de óperas. Gustó muchísimo en todas sus presentaciones ofrecidas en todos los locales que había en Lima y Callao. En octubre de 1830 [1890?] regresó a Lima, precedido por el "cuarteto de la Estudiantina Fígaro" con el pianista español Villalba, que actuó en el Teatro Politeama desde el 24 de setiembre y tocó, como antes, todo género de música agradable. (Barbacci 1949: 457-458).
       En el diario "El Comercio" de ese mes y el siguiente hemos encontrado lo siguiente:

        21 de agosto:
 
El vapor que llegó ayer de Paita, según telegrama que publicamos hoy, trae el personal de la ya célebre y deseada Estudiantina Española “Fígaro”. Pronto tendremos pues, espectáculos de un género hasta hoy desconocido por nuestro público. 
Como la música y el baile andan juntos, sería conveniente que en las funciones de la estudiantina tomaran parte algunos artistas del último género, por ejemplo la simpática parejas Espert-Vadillo. 
Insinuamos la idea, a quien convenga, seguros de que la pareja que goza de estimación en el público, amenizara más, si es posible, los espectáculos y atraerá algunos aficionados al arte de Tepsícore. 

Vadillo se ha conducido como un buen vecino del Perú, y se ha guardado de exhibir su habilidad en las horas luctuosas de nuestra patria

"El Comercio" 21.08.1884.

     Ese mismo día se publicó el programa de la primera actuación de la estudiantina, la que se realizó en el Palacio de la Exposición el día domingo 24:


PALACIO
DE LA EXPOSICIÓN
Estudiantina “Fígaro”
La Famosa Estudiantina que llega  a esta capital el Sábado 23 de los corrientes, dará su primer concierto el día después, Domingo 24, en el nuevo salón de conciertos que la Sociedad Administradora de la Exposición tiene arreglado en el Palacio. Los programas del Concierto, que ya corren impresos son como sigue:

GRAN CONCIERTO
Para
EL DOMINGO 24 DE AGOSTO DE 1884
Primera parte
Rumania-, Marcha-Granados
Martha, Sinfonía-Flotow
L’Ingenue, Gavotte-Arditti
Segunda parte
A ti, Vals-Waldteufel
Guillermo Tell, Sinfonía-Rossinni
Granadina, Mazurka-Caro
Tercera parte
Serenata morisca – Chapi
Miserere del Trovador – Verdi
Hamburgo – N.N.

PRECIOS
Asiento central                                      S. 1.50 plata
Idem. De segundo orden                       “  1.00   “
Entrada a los jardines                           “   5.00 billete
El concierto dará principio a las 2 ½ p.m.
      Las localidades se espenden [sic.] en el cigarrería del hotel Maury
Hasta la 6 de la tarde del día Sabado y en el Palacio de la Exposición el Domingo 24.

     
"El Comercio" 21.08.1884.

             El día lunes 25 "El Comercio" hizo este elogioso comentario sobre la "Figaro":
La Estudiantina Española “Fígaro” hizo su estreno ayer en el gran salón de la Exposición como se había anunciado. 
La concurrencia era numerosísima y selecta; el repertorio se llenó en todas sus partes. 
Cuanto se ha dicho en alabanza de la Estudiantina; cuanto se lee en el voluminoso y honorífico Album de ella, es palido y deficiente comparado con la realidad de los hechos. 
Parece increíble que con unas cuantas vihuelas y bandurrias y un violoncelo y un solo violín, haya podido alcanzarse la perfección que no puede dejarse de reconocer en las piezas que toca la Estudiantina. Aquello parece una orquesta completa de eximios maestros. 
Cuanta dulzura en los sonidos; cuanta precisión, cuanta melodía. 
Sentimos que el estado en que la Estudiantina encuentra al país y que tiene preocupados los espíritus de todos, como es natural, nos prive por hoy, de ser más extensos en nuestro juicio, y no nos permita ocuparnos de los detalles, lo que efectuaremos después del segundo concierto.

          "El Comercio" 25.08.1884.

                                                                     
     En la sección "Crónica" de el periódico en mención, una pequeña nota daba cuenta de la detención, por la policía, de dos miembros de la Estudiantina:

                                                        "El Comercio" 25.08.1884.

      Efectivamente en Lima, en agosto de 1884 se dormía "tempranito". Poco se ha hablado de la situación que se vivía en el Perú al momento de la llegada de la Estudiantina. Eran momentos álgidos. La ocupación chilena de Lima tuvo su fin a fines de octubre de 1883, y si bien la vida artística no se interrumpió del todo durante el período de la ocupación, en 1884 el Perú vivía en estado de guerra: La guerra civil entre los "colorados" de Cáceres y los "azules" de Iglesias. Justamente en agosto de 1884 Cáceres se encontraba cerca de Lima y amenazaba con tomarla a sangre y fuego. 

    A pesar de la situación, la Estudiantina anunció la realización de ocho conciertos en el Politeama. El programa para la función del martes 26 fue el siguiente:

Primera parte.-
Puerto Real, “paso doble” – Juarranz
Siempre o nunca, “valses”, Waldteufeld
Serenata de Schubert
Segunda parte
Marcha turca, Mozart
Poeta y aldeano, “sinfonía” Von Suppé
Un beso, mazurca NN.
Tercera parte
Ave María, de Gounod
Giralda, “sinfonía” Adam.
Viva mi tierra, “marcha” de Juarranz

"El Comercio" 26.08.1884.

       Como hemos señalado la situación era muy tensa. El ataque de las fuerza caceristas fue el jueves 27. Al amanecer de ese día una lluvia de balas despertó a los limeños. Las fuerzas caceristas lograron entrar hasta la plaza de armas pero finalmente fueron rechazadas. En el editorial de "El Comercio" del viernes 28 se leía:
En medio de una verdadera lluvia de balas despertó ayer Lima, para presenciar, durante ocho horas de cruel martirio, el vergonzoso escándalo de un combate a muerte entre hermanos. Las calles de la ciudad han sido teatro de escenas de encarnizamiento apenas comprensibles entre pueblos no civilizados o solo tolerables cuando se defendiera el honor nacional, el hogar y la familia Hemos dado á propios y extraños un espectáculo que desdice la cultura de que nos preciábamos, y que se traducirá para el país en positivo daño ya sea aumentando la desconfianza que detiene al capital europeo, de que tanto hemos menester, ya dificultando la inmigración que necesita para ser fácil y de gente útil, estar persuadida de que habrá orden y y garantías en el pueblo en que va a radicarse. 
(…)

"El Comercio" 28.08.1884.


     En la edición de ese día se publicó un artículo balance de la actuación del día martes:
Politeama.- El martes último se realizó la función anunciada. 
La concurrencia no fue numerosa, circunstancia muy explicable si se atiende a los temores de un trastorno que por instantes, sin duda, se adivinaba; a la copiosa lluvia que puso intransitables las calles, a la escasez de coches, a la falta de anuncios anticipados, pues no se propagó ni anunció ni el espectáculo con la profusión de avisos acostumbrada, ni con la anticipación debida; a la mala interpretación que se hizo, por defecto de redacción y falta de claridad, de los precios de las localidades; sin embargo de tantas circunstancias adversas, los palcos estuvieron ocupados casi todos, por las familias más distinguidas, y la platea por lo más selecto del otro sexo, representado muy particularmente por la colonia española. 
El programa se llenó en todas sus partes, y aún se agregaron dos piezas no anunciadas, condescendiendo con las exigencias del público que se manifestaba cada vez más entusiasmado y entusiasta. Los aplausos a la terminación de cada pieza eran nutridos y prolongadísimos. Pocas veces hemos visto al público más complacido, más satisfecho, no obstante las preocupaciones del espíritu. 
Por lo general, las funciones teatrales, sea cual fuere el género a que pertenezcan, no parecen completas, si en ellas no tiene algún papel el bello sexo. Es preciso, no obstante, confesar que en esta vez, admira, arroba, arrebata tanto a los espectadores, la Estudiantina, con las divinas notas que con tanta maestría y sentimiento arranca de sus armónicos instrumentos, que no queda nada que desear, y que los hombres llegan, a prescindir de todo, contrayendo su espíritu encadenado por sentimientos indescriptibles, despertados al son de las vihuelas y bandurrias. 
No es imaginable el mágico efecto que producen esos pocos instrumentos; no se parece aquello a ninguna de las combinaciones resultado de una numerosa orquesta. 
Se oye perfecta y distintamente el melancólico y espiritual sonido de la flauta, y no puede uno comprender de dónde sale; se perciben sonidos de instrumentos metálicos finísimos, heridos por las vibraciones del aire, sin que existan esos instrumentos. 
Es necesario oír a la Estudiantina para formarse idea del efecto que produce sus conciertos. La pluma impotente porque hay cimas que no se pueden describir como las hay que se sienten y no so pueden decir, y vamos explicar: Las transiciones del forte, fortísimo al piano, pianísimo son verdaderamente sorprendentes. No podemos olvidar las tenues, semidivinas notas del final de la mazurca "Un beso." Las sinfonías "Poeta y Aldeano y "Giralda", según los entendidos, fueron ejecutadas con una maestría e igualdad inimitables. 

Quien desee gozar de unos instantes de purísimo placer está, pues, obligado a oír a la Estudiantina. 
     A pesar de todo la Estudiantina continuó presentándose la primera semana de setiembre. 

        La asistencia no era numerosa, la situación política y el clima lo impedían. El programa para la función del 5 de setiembre fue el siguiente:
Primera parte
Malaga, "polka', Granados.
Esperanza, "valses", Mettra.
Raymond, "sinfonía", A. Thómas.
Segunda parte
Ave María, do Gounod.
Guillermo Tell, " sinfonía ", Rossini.
Hamburgo, "mazurca”, Granados.
Tercera parte
Serenata morisca, Chapi.
Giralda, "sinfonía"' Adam.
Puerto Real, "marcha", Juarranz,
   Hasta aquí mi seguimiento de la “Figaro” en "El Comercio".

    Ricardo Pinto-Basurco, por su parte, afirma que:
Posteriormente, la “Fígaro” se presentó en todos los locales disponibles de Lima y Callao como fue el caso del Casino español de Lima, a la sazón ubicado en un local de la calle de escribanos frente a la Plaza de Armas limeña (Pinto-Basurco, 2015) 
Un dato adicional se encuentra en un periódico de Porto Alegre, Brasil de 1885: En una lista de presentaciones de la Estudiantina se lee que ésta realizó 30 actuaciones en el Perú.

miércoles, 21 de agosto de 2019

LA LLEGADA DEL FONÓGRAFO AL PERÚ


LA LLEGADA DEL FONÓGRAFO AL PERÚ

Luis Salazar Mejía



(Imagen tomada de "El Comercio")

             Un artículo escrito por Luis Alvarado y publicado en la web Infoartes del Ministerio de Cultura[1], es el inspirador del presente que busca dar precisiones sobre la llegada al Perú del fonógrafo y su impacto.

            Inventado por Thomas Alva Edison en 1877, el fonógrafo, aparato capaz de grabar sonidos y reproducirlos, funcionaba por medio de un pequeño aparato (“transductor acústico-mecánico”) que vibraba al llegar las ondas sonoras, las que a su vez movían una especie de aguja o estilete que repujaba unas ranuras sobre un cilindro de cera sólida. Para escuchar la grabación simplemente se retrocedía y el sistema reproducía las ranuras que quedaron en el cilindro. Su finalidad inicial era facilitar los dictados en las oficinas[2]. 

(Fonógrafo Edison - Imagen Internet)

          Lo difícil era hacer copias de los cilindros grabados y por lo tanto los músicos y cantantes tenían que interpretar varias veces la misma canción para que quedaran diversos ejemplares grabados. El fonógrafo se puso de moda en el mundo entero y llegó al Perú en 1892. Veamos…

            En el artículo de Alvarado al que hago alusión, se cita el poema  “El fonógrafo” del poeta peruano Carlos Germán Amézaga. En la página 60 del libro Poesías completas, publicado en 1948, se lee:
(Impreso en el primer fonógrafo llegado 
a Lima el 23 de marzo de 1892).
 (Imagen cortesía de Luis Alvarado)  
                 
¡Un poema impreso en un fonógrafo! No parece verosímil. Así que comencé a buscar documentación sobre el tema, y la encontré. En el número 255 de la revista “El Perú ilustrado”, del 26 de marzo de 1892, en la sección “Crónica se publicó lo siguiente:
Hemos tenido ocasión de oír un fonógrafo, aparato verdaderamente maravilloso, y del cual cualquier descripción es pálida ante la realidad.
 Un discurso pronunciado en el parlamento , una marcha militar tocada en la calle, una orquesta completa tocando una aria que canta un tenor, la ejecución brillante de una sinfonía a toda orquesta, todo, en fin, lo que merece oírse, está guardado en el fonógrafo, con la misma propiedad con que queda en una fotografía un retrato.
La audición de cada una de estas cosas es tan perfecta, tan distinta, tan sensible que cerrando los ojos se trasporta uno al lugar en que se efectuó y parece verse que se agita, que se mueve, que tiene vida múltiple el fono que va reproduciendo el sonido exacto, matemático de la aria, del discurso, de la marcha militar.
Una reproducción más perfecta, parece imposible, aunque al paso que camina el siglo de Edison, en materia de descubrimientos sujetos a la electricidad gobernada por el hombre a voluntad, queda todavía la idea de alcanzar más, aunque lo que se tiene delante se estima como el non plus del adelantamiento.
La impresión que nos ha causado el fonógrafo que hemos tenido el placer de oír, ha sido grata, maravillosa, sorprendente.
Es preciso oírlo, para formarse una idea de lo que es el fonógrafo, para darse cuenta de que en un aparato pequeño, adherido a tres o cuatro pilas eléctricas y a un fono, todo ello colocado sobre una mesa, y obrando por sí, casi pueda proporcionar a través de enormes distancias y de no pequeño espacio de tiempo, el placer de oír a Adelina Patti, a Nicolini, a cualquiera celebridad del mundo, sin moverse uno de su propio domicilio.
El fonógrafo del que hablamos se exhibe en los altos del Hotel Americano[3]. El valor de la entrada para gozar de tan maravilloso invento, es de un sol. Los niños sólo pagan cincuenta centavos.

Millard, Andre  (2005
America on Record: A History of Recorded Sound 
   
          Víctor Manuel Velásquez, en su libro Lima a fines del siglo XIX, publicado en el 2008, nos da a conocer algunas notas sobre el particular aparecidas en el diario "El Comercio": 
El vasto salón situado en los altos del Hotel Americano, situado en la calle de Espaderos 14, dió cabida, con tal motivo, a mas de 80 personas, entre las que se encontraban, en su mayor parte, hombres de ciencia e inteligentes aficionados de la música y el canto los cuales pudieron oír clara y distintamente las voces de los afamados cantantes y escogidos trozos musicales de los más conocidos maestros. La primera sesión terminó poco antes de las diez habiendo comenzado a las 8 y cuarto". ("El Comercio" 22 de marzo de 1892).
   Como se lee en el artículo mostrado, desde su llegada a Lima, el fonógrafo fue una atracción y se pagaba por “gozar” de sus maravillas. 

    En el mes de abril de 1892 el fonógrafo, propiedad de Bacigalupi y  Taylor, se exhibió en el Hotel de la Estación de la Villa de Chorrillos y luego en el Hotel Americano. Velásquez nos da a conocer que: 
En estas presentaciones el fonógrafo repitió, tanto de día como de noche, partes de zarzuelas, fragmentos de discursos, cancioncitas sueltas y hasta el canto de algunas aves, que el aparato había tomado del actor Mr. Willio con tanta perfección. (Velásquez 2008:92).
   La nota aparecida en "El Comercio" del día 8 de abril de 1892, al referirse al fonógrafo, señala: 
"El salón del 'Hotel Americano' donde diariamente se exhibe ese aparato, estuvo anoche bien concurrido. Al finalizar la primera tanda, Mr. Willio representó un 'Dúo de gatos en los techos de Lima', el cual fue repetido con toda claridad por el fonógrafo" (Ibid.:92)
    Como puede leerse, en las funciones de exhibición, se grababa en los cilindros y lo grabado era reproducido "con toda claridad" por el fonógrafo para asombro y beneplácito del publico oyente.
 
     Este mismo aparato que tanta admiración había causado, se exhibió en la tarde del domingo 17 de abril en el Palacio de la Exposición" por el sistema de tandas. 

    En julio de 1893 el fonógrafo se exhibía en el Salón Estraburgo, cobrándose por tanda de cinco piezas cincuenta centavos.
Dicho aparato tenía las voces de los conocidos artistas Paz, Serrano, la Cifuentes y del literato tacneño cuyo seudónimo era Juan Pagador. Las presentaciones continuaron en el Salón Estrasburgo. El diario "El Comercio" del 3 de octubre hacía alusión al discurso por fonógrafo que manejaba el señor Gazzo, y que había llamado la atención el discurso del ardoroso joven que desde Tacna colaboraba con "El Comercio". (Velásquez 2008:93).
Por un anuncio aparecido el 24 de agosto de 1893 en “El Comercio”, el fonógrafo, sabemos que el salón Estraburgo  cobraba por “tandas” que costaban 40 centavos y para hacer más rentable el negocio se llevaba el aparato a las casas. En el anuncio se lee “se cobra precios convencionales para llevar el aparato a casas particulares”.

            En 1894 el fonógrafo era atracción en lugares públicos. En “El Comercio” de 1° de febrero de 1894 se encuentra el siguiente aviso:




           En la edición de ese mismo diario, correspondiente al día 3 de ese mes se anuncia la venta de Fonógrafos Edison por la firma F. L. Crosby:

"El Comercio" 3 de marzo 1894

    Durante los meses del verano de 1895 el fonógrafo fue parte de las atracciones del pabellón gótico del Parque de la Exposición en Lima, según avisos publicados en  “El Comercio". La exhibición era gratuita.


"El Comercio" 9 de marzo de 1895

    En el Almanaque del Comercio de 1901, se encuentra un anuncio que nos hace ver que Juan Godoy era agente comisionista de los fonógrafos Edison, tenía un buen surtido de fonógrafos y vendía tambien los accesorios y "cilindros impresionados por notables artistas de los principales laboratorios del mundo".

Almanaque del Comercio - 1901



        En la primera década del siglo XX los cilindros no eran únicamente grabados con música. Su uso se hizo extensivo a grabar también clases de idiomas por correspondencia. Una prueba de esto es el aviso aparecido en el Nº 2 de la revista  "Perú-to-day" correspondiente a abril de 1909.

"el fonógrafo elimina la necesidad de un maestro particular"

    
      El fonógrafo en un mercado limeño
Foto: Cortesía de Gérard Borras

     Los cilindros se podían borrar y se podía volver a "impresionar" en ellos. Lamentablemente no se ha podido rescatar, hasta el momento, ni un sólo cilindro grabado en el Perú (salvo los grabado por Brünning en Chiclayo). Pero la vida nos da sorpresas, y esperamos que eso suceda...

[1] Alvarado Luis (2014) Diversidad y electricidad: la música peruana en el siglo XX. Disponible en:

[3] “En 1843 La Bola de oro tenía uno de los mejores comedores, junto a la fonda de Coppola –que databa de 1821, en la calle La Merced, luego convertido en el Hotel Americano, trasladado a la calle de Espaderos– famosa por sus churrascos” (Armas Asín, 2019. Ed. Electrónica). 




martes, 12 de marzo de 2019

JUSTO ARREDONDO: UN MÚSICO CASI OLVIDADO

JUSTO ARREDONDO: 

UN MÚSICO CASI OLVIDADO




     El 12 de marzo de 1926, murió el músico peruano Justo Arredondo, a los 52 años de edad, según consta en su partida de defunción, expedida por la “Alcaldía del Honorable Concejo Distrital de Magdalena”.




Aurelio Collantes en su Documental de la Cancón Criolla dio como fecha de nacimiento 1850, sin mencionar fuente:
ARREDONDO, Manuel Justo (Lima 28.05.1850 – Lima 12.03.1926) Compositor, bandurrista y profesor de música. Compuso marchas militares e introdujo la quena en las instrumentaciones que realizó. Es probable que sea el compositor de los valses “Canto a Luis Pardo”, “La Alondra” y “La Bóveda Azulada” (los dos últimos atribuidos también a Pedro Bocanegra (Collantes, 1972).

En el Archivo General de la Nación se encuentran las partidas de nacimiento de los cinco hijos que tuvo con doña Felipa Martínez, natural de Jauja.  Al asentar las partidas de nacimiento respectivas, Arredondo declaró ser natural del Callao, ser soltero y de ocupación carpintero.  Sobre su edad y dirección declaró lo siguiente:

Al declarar a su hija Francisca Arredondo Martínez, nacida el 29.01.1905, declaró tener 31 años, y domiciliar en Lampa Nº 1157
Al declarar a su hijo Arturo Arredondo Martínez, nacido el 14.09.1906, declaró tener 35 años y domiciliar en Arequipa Nº 643
Al declarar a su hija Virginia Arredondo Martínez, nacida el 05.05.1908,, declaró tener 36 años y domiciliar en Arequipa Nº 643
Al declarar a su hija Marina Arredondo Martínez, nacida el 04.02.1910, declaró tener 37 años y domiciliar en Arequipa Nº 643
Al declarar a su hijo Luis Arredondo Martínez, 05.08.1911, declaró tener 38 años y domiciliar en Arequipa Nº 643.

De acuerdo a esos documentos, el año de nacimiento debió ser 1873.


     En la segunda década del siglo XX, ya era un destacado músico, director de la Estudiantina Chalaca en la que tocaba la bandurria. Grabó para el sello Victor en 1913 y en 1917, 21 canciones con la Estudiantina Chalaca y con la Estudiantina Lima.  Como guitarrista grabó 93 canciones, según consta en la EDVR.

DAHR - on line


     Se puede escuchar el tondero El Trujillano grabado por Miguel Almenerio en la bandurria y Justo Arredondo en la guitarra en este enlace:

https://adp.library.ucsb.edu/index.php/matrix/detail/600001557/G-2380-El_trujillano


     Justo Arredondo fue un músico muy importante en el ambiente limeño y en las grabaciones interpretó todos los géneros musicales de ese entonces: valses, marineras, resbalosas, “canciones”, polkas, tristes, tonderos, yaravíes, “danzas” y un “huaynito”.

     De su obra como compositor, se le atribuye la música de varios valses, entre ellos el “Canto a Luis Pardo”, y “La oruga”. La única partitura que se le conoce es el yaraví “La flor del cariño”, Yaraví con letra de Abelardo Gamarra "El tunante", publicada en su álbum Música popular peruana.

Música popular peruana

 


"LA FLOR DEL CARIÑO" - Detalle












sábado, 19 de enero de 2019

PANCHO FERREYROS, LAS ZARZUELAS Y EL VALS CRIOLLO "LA PASIONARIA"


          Pancho Ferreyros fue un cantante criollo, cuya memoria casi se ha perdido. Sólo los antiguos cantantes y compositores lo recordaban con cariño. En una entrevista que la revista Cascabel hizo en 1936 a Antonio Salerno (del dúo Salerno y Gamarra), éste se refirió a Pancho Ferreyros con estas palabras:

—Pancho Ferreyros cantaba muy bonito. Era de oírlo cuando estaba en copitas. Tenía un gusto especial. Atrajo, en su época la atención de los gustadores de lo criollo. … Mi afición a lo criollo nace con oír al difunto Pancho Ferreyros. (“Casacabel” N° 69 1° de febrero de 1936).

Así mismo, Víctor Correa Márquez, en una entrevista que le hizo José Antonio Llorens, en la década de 1980, contó que Pancho Ferreyros era tramoyista y que a principios del siglo XX “…. él sacaba de las zarzuelas, sacaba todos sus musicales a cantar… y todo se lo aprendía y todo eran zarzuelas nada más….  En esa entrevista, Víctor Correa afirmó que “… me dices que no me quieres a mí que tanto te amaba”, [se refería al vals “La pasionaria”], esa es “La fiesta de San Antonio”, esa es una zarzuela”.

Años más tarde Gerard Borras y Fred Rohner en el folleto que acompaña el disco “Montes y Manrique 1911- 2011 Cien años de música peruana” volvieron a mencionar la relación de La pasionaria, grabada por Montes y Manrique con la zarzuela “La fiesta de San Antón”.

             Las partes de esa zarzuela que se cantan en la versión de Montes y Manrique pueden escucharse haciendo click en:


La versión de Montes y Manrique de "La Pasionaria" haciendo click en:


Lo que hasta ahora no se ha mencionado que la primera parte del vals: “Aquí está la pasionaria, flor que cantan los poetas” pertenece a otra zarzuela: “La alegre Trompetería”, música del compositor Vicente Lleó y libreto de Antonio Paso. Esta zarzuela fue estrenada en el teatro Eslava de Madrid en 1907.



Los personajes son:


y finalmente la letra de la pasionaria:



          La canción "Aquí está la pasionaria", de esa zarzuela fue grabada en 1907 en el sello Zonophone por Antonia Sánchez Jiménez con acompañamiento de la orquesta dirigida por Rafael Callejo Gómez.

Para escucharla, haga click en:
https://www.youtube.com/watch?v=_y7lw04eTEU

        
La utilización de textos de zarzuelas ha sido señala por la mayoría de tratadistas. Como se puede ver, esta fue  una etapa en el proceso de peruanización del vals.  Falta estudiar la música...

miércoles, 2 de enero de 2019

EL PLEBEYO: LUIS ENRIQUE, MI MARTA Y LOS OTROS PLEBEYOS



EL PLEBEYO: LUIS ENRIQUE, MI MARTA Y LOS OTROS PLEBEYOS

Luis Salazar M.


Los periódicos mienten, los historiadores mienten, la televisión hoy miente… Vivimos en la mentira y, si sabes que te mienten, debes vivir instalado en la sospecha”  
Umberto Eco
              

     Considerado uno de los más hermosos valses compuestos por Felipe Pinglo Alva, y a la vez uno de los más difundidos y grabados, este vals tiene una historia y muchas leyendas. En este artículo, se analizan algunos aspectos  del proceso de este constructo.

1.- UN POCO DE HISTORIA

Sobre la historia de El Plebeyo conocemos poco, porque —convertido en todo un símbolo de la música criolla— ha sido objeto de decenas de notas y  artículos celebratorios pero no de estudios que problematicen los diferentes aspectos de este vals. En el presente artículo voy a revisar lo escrito sobre su autoría,  su fecha de creación, los cambios de letra y música y su semejanza con el vals argentino Mi Marta.

— LUIS ENRIQUE, EL PRIMER PLEBEYO.

                El 2 de febrero de 2015 me encontraba  en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú revisando el diario “La Crónica” correspondiente al mes de junio de 1952. Mi objetivo era documentar las fiestas del 24 de junio en las pampas de Amancaes de ese año. Como los periódicos están encuadernados por mes, comencé a revisar desde el 1° de junio. Cuando llegué al día 6, vi en grandes letras:
“He venido a defender a la viuda de Pinglo” dice el co-autor de “El plebeyo”
SE DESEMPOLVA UN AUTÉNTICA NOVELA DE AMOR EN TORNO DEL DISPUTADO VALS
                Después de unos días compartí en mi facebook la foto de la carátula de “La Crónica” y me reservé los comentarios toda vez que no tenía los elementos suficientes para dar mi opinión sobre el asunto.

"La Crónica" 9 de junio de 1952

                El 15 de julio de ese año, en Radio Nacional del Perú, en el programa recordatorio del nacimiento de Felipe Pinglo Alva realizado en “El Heraldo Musical” que conduce Celeste Acosta, mencioné los avances que había hecho sobre el tema[1], leí algunos pasajes de las ediciones de “La Crónica” del 6 y 7 de junio[2]. Dije que un tal Pedro Montalva afirmaba ser autor de la música del vals y haber mandado imprimir, en 1933,  doscientos ejemplares de la misma en la editorial “La Rosa Hermanos” y que —al parecer— nadie poseía ejemplar alguno de esa partitura.

                Quien hubiera pensado que apenas un año después apareció un ejemplar de esa partitura con el título de  Luis Enrique  el plebeyo. Las cosas ocurrieron así: El investigador Darío Mejía, radicado en Australia, en sus vacaciones del 2016 llegó a Lima, en el mes de mayo, y casi de inmediato  viajó a Arequipa a conocer la impresionante colección de discos de Don Adrián Apaza Spengler. Aprovechando la presencia de Darío en Arequipa, Don Adrián convocó a Luis Pareja y Juan Guillermo Carpio Muñoz, destacados investigadores arequipeños y después de haber disfrutado de las delicias gastronómicas regionales en una picantería, se dirigieron al domicilio de Carpio Muñoz.  Darío cuenta que ya casi al despedirse vio en una pared algo que lo dejó paralizado un instante:
“En la pared de Juan Guillermo Carpio Muñoz, en un cuadro, se encontraba la primera partitura del vals El Plebeyo de Felipe Pinglo, que fue editada cuando Pinglo estaba vivo. La partitura fue editada por Ediciones Musicales La Rosa Hnos., de la calle Afligidos No. 125, Lima”[3]
Fig. N° 1. Partitura de Luis Enrique el plebeyo propiedad de Juan Guillermo Carpio Muñoz. 
Fotos: Luis Pareja - Darío Mejía.

            Antes de referirme a la música que está en la mencionada partitura debo señalar las singularidades de ésta:
-  El título es Luis Enrique  el plebeyo y no simplemente El plebeyo.
-  En la carátula y la primera hoja con la música se señala: “Música y Letra de Felipe Pinglo y Pedro A. Montalva”.
-   Está indicado “Es propiedad de los autores. Derechos registrados conforme a Ley”.
-    La partitura tiene la marca de un sello donde se lee “Pedro A. Montalva I.”.
-  Está indicado “Próximamente VOLUBLE lindísimo vals de los mismos autores”.
-    Tiene una dedicatoria que Felipe Pinglo hace a su amigo Guillermo D’Acosta, un  importante músico limeño de la década del 30. La dedicatoria está firmada de puño y letra y fechada el 23 de marzo de 1935.
-  La partitura tiene una dedicatoria impresa: "Dedicado a la señora Cristina de Coz. Afectuosamente". 
-    La melodía del primer compás de la partitura Luis Enrique el Plebeyo no es la misma que se ha popularizado y grabado  en discos y que aparece en partituras posteriores. La melodía que conocemos y cantamos desde hace por lo menos ochenta años tiene el mismo motivo melódico que el vals argentino Mi Marta del compositor argentino Vicente Spina.

               En 1952 el cantante mexicano Pedro Infante incluyó el  vals  El Plebeyo en su primer LP. grabado para el sello Peerless, y dado el éxito de ventas, la empresa cinematográfica “Galindo Hermanos” de México decidió hacer un film basado en ese vals. La productora comisionó  al productor  Luis Manrique para firmar  contrato con  la familia de Pinglo, representada por el periodista César Augusto Huertas. En esas circunstancias apareció  como concesionario de los derechos del popular vals, el editor musical y empresario Carlos Maldonado, quien alegó poseer un documento firmado por el mismo Pinglo[4] y  notificó al productor mexicano Luis Manrique para que se abstuviera de firmar contratos con otras personas.  Ante el problema planteado por Maldonado, Hermelinda Rivera viuda de Pinglo le entabló un juicio.  El diario limeño  “Última Hora” del 26 mayo de 1952 lo informó así:

Fig. N° 2. Diario “Ultima Hora” 26.05.1952.

   Como se lee el “lío”, en un primer momento, fue entre la casa editorial Maldonado que había editado una partitura de El Plebeyo sobre la cual tenía derechos en Perú, México, Chile y otros países y la Viuda de Pinglo. En esas circunstancias, Pedro A. Montalva, quien llegó a Lima  a principios de junio de 1952, se presentó como co-autor del vals Luis Enrique el Plebeyo, que ya en esa época se conocía sólo como El Plebeyo. Montalva (aparece también como Montalvo)  afirmó haber mandado publicar en la Editorial La Rosa Hnos., en 1933, doscientos ejemplares del vals, pero no pudo mostrar prueba alguna. y dijo además que El Plebeyo había sido registrado en 1935, en la Biblioteca Nacional, a nombre suyo y el de Pinglo.

Fig. N° 3. Diario “La Crónica”  6 y 7 de junio de 1952.

La viuda de Pinglo rechazó las declaraciones de Montalva y dijo que éste solo había sido el copista, pero, el registro del vals en 1935, en la Biblioteca Nacional  a nombre de Pinglo y Montalva daba derechos a ambos.  (En los anexos he incluido una transcripción completa de los artículos mencionados). 

En agosto de 1956 ocurrió el desenlace del juicio. Las diligencias concluyeron en distribuir en dos partes el valor de los derechos de autor provenientes de la película. Es decir el reparto de 15,000 soles para los deudos de Felipe Pinglo y 15,000 soles para Montalva. El veredicto "levantó una ola de protestas según lo dio a conocer el semanario EXTRA.

"Extra" N° 82 - 14 de agosto de 1956

 La película se filmó en México, con algunos pasajes filmados en Lima y se estrenó en 1953. En los créditos aparecen Pinglo y Montalva como co-autores de El plebeyo. Montalva, al parecer satisfecho con el arreglo económico, no volvió a efectuar reclamo alguna. La APDAYC[5] creada en 1952, registró las obras de Pinglo como autor de letra y música retirando el nombre de Montalva de los valses impresos como coautoría con él: Luis Enrique el Plebeyo, Rosa Luz, Pasión y Odio y El huerto de mi amada (Salinas, Op. Cit.).

La participación de Montalva fue señalada por todos los que la conocían como de “simple copista”. Aurelio Collantes escribió:
“Para escribir el pentagrama de ésta pieza [El plebeyo] y ser editada por la Editorial Maldonado del Pasaje Carmen (hoy Correo) solicitó Pinglo a Pedro Montalva para transcribir la pauta musical, circunstancia que años más tarde aprovechó el referido pianista norteño, para pretender derechos y regalías de coautor, que en realidad no le correspondían, por haber sido su labor, de simple copista” (Collantes 1977: s/n).
    Collantes se equivoca dos veces ya que en la partitura publicada por “Maldonado”, probablemente después de la muerte de Pinglo, aparece como arreglista Carlos J. Moya y no Montalva quien, como he señalado, publicó no en “Maldonado” sino en “La Rosa Hnos.” Sin embargo la partitura editada por Maldonado es la más conocida y de la que existen varias ediciones.

Fig. N° 4. Partitura “Maldonado” 
  Arreglo de Carlos Moya
        Partitura “Maldonado”: 
   colección de José García Alva
    
Otra afirmación es que Montalva trabajaba como arreglista para la editorial “La Rosa Hnos”. No hay documentos que prueben ello. De las tres partituras que se conocen que fueron publicadas como co-autoría Pinglo-Montalva, dos están editadas en “La Rosa Hnos.” (Luis Enrique el plebeyo y Rosa Luz) y la tercera en la casa editorial “René Fort”. Es de destacar que la casa “Maldonado” publicó varias partituras de Montalva, algunas anteriores a la publicación de  Luis Enrique el plebeyo y otras posteriores. También es necesario señalar que en varias partituras de “La Rosa Hnos.” aparece Víctor M. Odría como arreglista de esa editorial.

Volvamos a la partitura. Como la gran mayoría de ellas, no tiene fecha de publicación. La fecha de la dedicatoria firmada por Pinglo es 23 de marzo de 1935, lo que indica que la partitura fue impresa antes. Según declaración  de Montalva, habría sido  en 1933[6], fecha que no se puede descartar. Tampoco se puede confundir la fecha de publicación de la partitura con la fecha de creación del vals. Con respecto al año de creación de  Luis Enrique el plebeyo, Montalva en sus declaraciones a “La Crónica” afirmó haber compuesto la música en 1926 o 1927 y que Felipe Pinglo fue el autor de la letra. Montalva señaló que en Radio Nacional “lo dieron a conocer” pero que en ese entonces “sólo gustaba la música extranjera”. ¿Por qué Pedro Montalva, en 1952,  afirmó que Luis Enrique el plebeyo se creó en época tan temprana? ¿Sería para anticiparse a la fecha de creación del vals argentino Mi Marta, que tiene un motivo melódico similar al de los primeros compases de El plebeyo?. Por el momento esto queda sin respuesta.

Fig. N°5..Guillermo D’Acosta a quien Pinglo dedicó un ejemplar de
Luis Enrique el plebeyo.

Existen otras fechas con respecto al año de creación de  El plebeyo: El 16 de mayo de 1934 según lo escrito por Juan Rasilla Moreno en “La Crónica” del 31 de mayo de 1945 y  otra fecha relacionada con el supuesto de estreno de ese vals en el Teatro Alfonso XIII del Callao en la voz de Alcides Carreño, estreno supuestamente realizado en 1930 (o 1931.)  No existen documentos que puedan probar la veracidad de las versiones señaladas.

                Lo que se puede constatar es que Luis Enrique el plebeyo comenzó a hacerse popular en 1934. La letra se publicó repetidas veces en “El Cancionero de Lima”,  siendo el N°1004 la edición más antigua donde se le ha ubicado (Juan Antonio Jiménez Llontop lo dio a conocer en su facebook). Dos semanas después, en  el N°1006 el título había cambiado: sólo es El Plebeyo y se indica “letra y música de Felipe Pinglo”. No he podido revisar sistemáticamente los demás números de “El Cancionero de Lima”, pero en los números en que lo he encontrado  continúa apareciendo solamente como El plebeyo. ¿A qué se debió este cambio? Por el momento no encuentro explicación. 

"LUIS ENRIQUE EL PLEBEYO" - "El Cancionero de Lima" N° 1004
Colección particular Carlos Cerquín Hidalgo



"EL PLEBEYO" - "El Cancionero de Lima" N° 1006
Colección particular Carlos Cerquín Hidalgo

              Las letras publicadas en “El cancionero de Lima” difieren de las letras de la partitura publicada en Editorial La Rosa Hnos.[8]  y también de la letra de una hoja mecanografiada que tiene una dedicatoria de Felipe Pinglo a Ricardo Rivera, posiblemente su cuñado. Una copia de esa hoja la compartió Raúl Álvarez Russi en su facebook en mayo de 2018. Probablemente esta hoja, con la letra mecanografiada y la dedicatoria, haya hecho que Hermelinda Rivera afirmara que El plebeyo fue dedicado a su hermano según declaró su hija Carmen el año 2008[9].  Debemos señalar que también entre éstos dos documentos, existen algunas diferencias en las letras.

Fig. N° 7Letra que aparece en la partitura Luis Enrique el plebeyo

En la partitura el texto presenta las diferencias que he resaltado en negrita:

Verso
Primera parte (Estrofa 1):
1
(.…) con un negro crespón (en otras versiones: con su negro crepón).
4
(.…) que esconde en las sombras (en otras versiones: que esconde en sus sombras).

Verso
Segunda parte (Estribillo):

2
6

(...) condenarnos suelen a gran dolor (grande dolor)
(.…) se anida incomparable amor (en otras versiones: mi incomparable amor).
8
(.…) ni es distinta la sangre…. (en otras versiones: no es distinta…).

                La hoja mecanografiada con la letra y la firma de Felipe Pinglo también tiene ligeras diferencias:
                                                                       
Fig. N° 8. Copia mecanografiada con la firma de Pinglo
y la dedicatoria a Ricardo Rivera. Foto Raúl Álvarez Russi.

                Como se observa, ya en 1935 existían versiones diferentes de las letras, algo natural si se tiene en cuenta  que, a pesar de los impresos,  las canciones se transmitían principalmente de manera oral.

Otra interrogante que propone la partitura publicada por la editorial “La Rosa Hnos.” es que está dedicada a la Sra. Cristina de Coz.   Ninguno de los que han visto la partitura se ha preguntado quien pudo ser esa dama y que relación podría haber tenido con Felipe Pinglo para ser objeto de una dedicatoria.  Montalva por su parte declaró en 1952 a “La Crónica”:
“El Plebeyo” nació a raíz de un amor imposible. Yo estaba por aquél entonces enamorado de una dama de sociedad, así que animé a Felipe a que creara una letra conforme a una idea mía” (Montalva 1952. Anexo N°2).
                Cabría la posibilidad de que la dama en cuestión haya sido la señora Cristina de Coz.

Fig. N° 9. Detalle de la partitura de Luis Enrique el Plebeyo con la dedicatoria.

               Montalva afirmó que fue co-autor con Pinglo de quince valses y que cuatro fueron publicados por él: El Huerto de mi amada, Rosa Luz y Luis Enrique el plebeyo  en la casa editorial “La Rosa Hermanos” y, Pasión y Odio, partitura que no tiene el nombre de la editorial en la portada (En el ejemplar que he podido examinar, propiedad de Dante Guzmán, figura un sello donde se lee: René Fort y Cía. - Augusto Fort sucesor, pero no se puede afirmar si Fort era la editorial o sólo la casa que vendía la partitura).  

    Con respecto a la partitura de El Huerto de mi amada, por el momento no he podido encontrarla, pero si una referencia a ella en la partitura del pasodoble Coplas y toros publicada por la editorial La Rosa Hermanos, sin mencionar el autor, sólo "adaptado para piano de Josefina Barbat. El estado de la partitura no permite leer con exactitud el número que aparece en la parte superior derecha, numero que comienza con 3 y que permite pensar que es anterior a la partitura de Luis Enrique el plebeyo que, como lo ha hecho notar el investigador José Félix García, Nemovalse, lleva el número 410).

"Coplas y Toros". La Rosa Hermanos N° 3xx - detalle.
 
     Tengo que agregar que Montalva no pudo ser sólo el copista de esas partituras ya que esas partituras son arreglos para piano y él tuvo que hacerlo.

 Fig. N° 10. Partituras donde figuran  Felipe Pinglo y Pedro A. Montalva como autores.

      Esas tres partituras y el Huerto de mi amada, también publicada, debieron ser impresas en vida de Pinglo. En la revista Cascabel, Juan Francisco Castillo, el periodista que lo entrevistó escribió:
“[Pinglo] Nos cuenta la vía crucis del compositor nacional, que debe convertirse en una especie de pordiosero para lograr que su música se imprima. Por su parte, y merced a mucho esfuerzo, sólo tres piezas han podido ser publicadas; las demás... solo en el cancionero” (En: Cascabel, 25.04.1936, p.8).   
Con respecto a la dedicatoria, como he señalado antes, Montalva afirmó haber estado enamorado de una dama de sociedad de la que no mencionó el nombre. Esa dama pudo haber sido Cristina Carranza, joven limeña que se casó con el reconocido médico cirujano Armando Coz que en esa época tenía su consultorio en la calle Carmen Alto 1197. Cristina Carranza de Coz podría haber sido  la Cristina de Coz a quien está dedicada la partitura. Tendremos que seguir investigando.

Fig. N° 11Anuncio aparecido en “La Crónica” – octubre de 1933

— ¿Quién fue Pedro A. Montalva?

                Pedro A. Montalva quizás no fue tan desconocido como se piensa. Según sus declaraciones a “La Crónica” nació en Trujillo en 1905 y llegó al Callao a los tres meses de nacido. Se educó en  el Instituto Chalaco que dirigía el profesor Gerónimo Zúñiga y comenzó su carrera artística en Lima en el año 1923. Rodrigo  Sarmiento, en su artículo “Los tres plebeyos. Tras la primera melodía del famoso vals de Felipe Pinglo” (Sarmiento 2018) da a conocer algunas de las composiciones en las que Montalva figura como co-autor:

Montalva, P. & Juanita (1930). Óyeme, Armando. Lima: Editorial Musical La Rosa Hnos. 
Montalva, P. y Márquez Talledo, E. (1930). ¡Qué iba a creer! Lima: Editorial Musical La Rosa Hnos. 
Montalva, P. y Silva, 0. (1930). Qué importa. Lima: Editorial Musical La Rosa Hnos. 
Montalva, P. A. y Villanueva, E. (1930). Escucha mujer. Lima: Editorial Musical La Rosa Hnos. 
Montalva, P. y Rivero, G. (1931). Gata. Lima: Editorial Musical La Rosa Hnos.

                En el Boletín de la Biblioteca Nacional desde 1944 hasta 1958 apareció una sección dando a conocer las boletas de registro de la propiedad intelectual otorgadas por la Biblioteca Nacional. Las relacionadas con Pedro Montalva son las siguientes:

PEDRO A. MONTALVA y EDUARDO VILLANUEVA: "Escucha mujer". Vals. Música y letra. 2 páginas; 305 x 220 mm. Impreso por Edit. La Rosa Hnos., y editado por el autor. Precio: SI. 3.00. Número: 43.
PEDRO A. MONTALVA y FLORINDO DENEGRI: "Penumbras". Vals. Música y letra. 2 páginas; 310 x 225 mm. Impreso por Edit. La Rosa Hnos. Precio: SI. 3.00. N° 93.
PEDRO A. MONTALVA y MANUEL BASAURI: "Nélida". Vals. Música y Letra. 2 páginas; 310 x 225 mm. Impreso por Edit. Musical La Rosa Hnos. Precio: SI. 3.00 N° 94.
PEDRO A. MONTALVA y OLGA SILVA R.: "Qué importa". Vals. Música y letra. 2 páginas; 310 x 225 mm. Impreso por Edit. Musical La Rosa Hnos. Precio: S/. 3.00. N° 95.
PEDRO A. MONTALVA y ADALBERTO GORE P.: "Abuelita". Vals. Música y Letra. 2 páginas; 310 x 225 mm. Impreso por Edit. Musical La Rosa. Hnos. Precio: SI. 3.00 N° 96.
PEDRO A. MONTALVA y EDUARDO MARQUEZ TALLEDO: "¡Qué iba a creer!". Vals. Música y Letra. 2 páginas; 310 x 225 mm. Impreso por Edit. Musical La Rosa Hnos. Editado por P. Montalva. Precio: SI. 3.00 N° 98.
PEDRO A. MONTALVA y EDUARDO MARQUEZ TALLEDQ: "Callejón del Viejo Barrio". Vals. 2 páginas; 305 x 220 mm. Impreso por Editorial Musical La Rosa Hnos., editado por los autores. Precio  S/. 3.00. N° 100.

Callejón del Viejo Barrio aparece en el Boletín de la Biblioteca Nacional  como registrado en Noviembre de 1952, sólo algunos meses después de la disputa por los derechos de autor de El plebeyo.

                Algunas  composiciones de Montalva fueron editadas en  partituras por la Editorial Maldonado y otras en la Editorial La Rosa Hnos. La partitura de 20 años “vals criollo con letra de Don Adelf”, editada por “La Rosa Hnos.” tiene como número de edición 2118[10], por eso se puede suponer que es de la década de 1950.



Fig. N° 12. Partituras con composiciones de Pedro Montalva.

                Aury- Lena fue grabada para el sello Brunswick por Los Castilians en junio de 1930. Los Castilians grabaron también otras composiciones de Montalva entre ellas Juventud que te vas, Vestales del sol [11] y Allá en la montaña.


Fig. N° 13. Discos Brunswick con canciones de Pedro A. Montalva.
(Imágenes: //frontera.library.ucla.edu/recordings/juventud-que-te-vas y Darío Mejía

                Montalva (algunas veces aparece como Montalvo) figura en 1933 en un expediente de la prefectura de Lima cediendo sus derechos de autor de la pieza musical “Dígalo con flores” a Francisco Ruiz Alarco.  Este documento muestra que Montalva conocía bastante  bien la  parte legal de los derechos intelectuales en esa época. En ese entonces estaba vigente la ley del 3 de noviembre de 1894.

Fig. N° 14Anuncio de “La Crónica” 04.06.1933 y Fondo prefectura 1933 - AGN 

                En 1935 Luis Enrique el plebeyo  fue inscrito en la Biblioteca Nacional a nombre de Pinglo y Montalva.  La viuda de Pinglo declaró al respecto:

Conozco perfectamente la paladina declaración que Montalva hizo a mi abogado en su primera visita, que duró más de dos horas, en el sentido de que Felipe le pidió SOLAMENTE la escritura de la partitura para piano, limitándose él a distribuir las notas musicales en el pentagrama. Mi abogado que conoce bien esta verdad, le aclaró a Montalva que a pesar de tal convicción le asistía indiscutible derecho a las perspectivas económicas por la edición del vals, toda vez que mi marido había inscrito aquella producción a nombre de los dos, es decir Pinglo y Montalva, tal como aparecía en la constancia de depósito en la Biblioteca Nacional en el año de 1935, que el profesional le mostró en ese mismo momento. (“La Crónica” 7 de junio de 1952).

Lamentablemente la constancia del depósito es inubicable hasta el momento. Ni en la Biblioteca Nacional del Perú ni en INDECOPI dan razón de ella….

                Los doscientos ejemplares de la partitura de Luis Enrique el plebeyo que fueron impresos en “La Rosa Hnos.” pronto desaparecieron de circulación. No he podido determinar en qué año la casa editorial “Maldonado” publicó una partitura de ese vals con el título de El plebeyo en arreglo de Carlos J. Moya, de la que se hicieron varias ediciones. Lo cierto es que en la década de 1950 la casa “Maldonado” aparecía como concesionaria de los derechos del popular vals y el editor musical y empresario Carlos Maldonado alegaba poseer un documento firmado por el mismo Felipe Pinglo (Ver Anexo N°1).


— El vals Mi Marta de Vicente Spina

         1935 fue el año en que comenzó el auge de la radiotelefonía en el Perú. La radio, que en el Perú se inició en 1925, comenzó a tomar nuevos bríos. La Peruvian Broadcasting reactivó su emisora denominada OAX 4A, la que, al igual  que radio DUSA OAX 4C, comenzó a contratar conjuntos musicales, orquestas y cantantes y a ofrecer transmisiones en vivo. Lo mismo hizo la recién inaugurada Radio Weston OAX 4E. Por su parte Radio OAX 4F  de la Casa Castellano a propalaba en sus emisiones la música de los discos Victor de la que era representante.

 A pesar de que la música argentina,  el fox trot y el one step dominaban el ambiente musical limeño, las radios comenzaron a contratar músicos nacionales. El 11 de abril de ese año en la tercera parte de la programación de Radio DUSA, de 7 a 8 de la noche, el dúo Santillán – Carreño —integrado por el guitarrista argentino Ángel Santillán y por el cantante y guitarrista trujillano Alcides Carreño— interpretó como parte de su programa de diez canciones, dos valses argentinos: El Aeroplano  de Pedro Datta y Mi Marta de Vicente Spina. Ambos valses habían sido grabados por la Victor Talking Machine. Mi Marta de Vicente Spina es un vals instrumental cuyo tema central es similar a los primeros compases de El Plebeyo. Pienso que debería haber llamado la atención el hecho que Carreño —quien supuestamente estrenó El Plebeyo en 1930— haya sido uno de los intérpretes de Mi Marta. No ocurrió así.

Unos días después,  el 20 de ese mes, en Radio Weston, a las 11 de la noche se inició el “programa PACOCHA” en el que la cantante Mery Ames interpretó tres canciones siendo la primera el vals El Plebeyo. Por su parte Mi Marta volvió a ser interpretado el 18 de mayo por los “Trovadores criollos” que actuaban en Radio OAX4F  de la Casa Castellano y, al día siguiente, 19 de mayo, el “Trío de cuerdas” de radio DUSA interpretó El Plebeyo.

Como puede verse, ambos valses —Mi Marta y El plebeyo— convivieron en la programación de las radios sin aparente conflicto. Mi Marta quedó en el olvido, pero algunos discos con esa grabación fueron celosamente guardados por algunos coleccionistas.

En 1945 Juan Rasilla Moreno (que usaba el seudónimo de JURAMO) escribió un extenso artículo sobre Felipe Pinglo en “La Crónica”. Rasilla entre otras cosas se quejó que la obra Pinglo era plagiada:

No solamente en el Perú sino también en tierras extranjeras han plagiado la música de Pinglo. En Buenos Aires en el año 1936, apareció un vals titulado "Mi Marta", del que toda su primera parte es igual al vals que hiciera inmortal a Pinglo: "El Plebeyo" que fue compuesto el 16 de mayo de 1934. (“La Crónica” 31.05.1945, p. 13).

                JURAMO no sabía que Mi Marta había sido grabada en junio de 1932 en Buenos Aires por Vicente Spina y su conjunto según consta en los registros de la VIctor Talking Machine Co.[12]. Algunos años más tarde fue Collantes en su libro Pinglo inmortal quien escribió lo siguiente:

Sobre el discutido vals: Luis Enrique “El plebeyo” cuyos compases musicales se asemejan algo al antiguo vals argentino titulado “Mi Marta”, fue concluido por el “Maestro” al finalizar el año 30 y aparece publicado por primera vez, en el Nº 283 de “Lira Limeña”[13] (Collantes 1977: s/n).

           Manuel Acosta Ojeda opinó al menos en dos oportunidades sobre Mi Marta y El Plebeyo, al parecer alguna vez tuvo en sus manos la partitura de Luis Enrique el plebeyo y recordaba una melodía con algunas notas distintas. Esto lo veremos más adelante.

             El asunto es que las referencias a Mi Marta y a la melodía de la partitura de Luis Enrique el plebeyo se hacían sin sustentarse en pruebas documentales. Como dije, en mayo del 2016 apareció un ejemplar de la partitura y en el mes de octubre de 2018  el disco con Mi Marta. Relato brevemente como sucedió esto: Carlos Cerquin Hidalgo, cantante e investigador había hecho una relación de discos antiguos ("discos de carbón" o "78") existentes en la Biblioteca Nacional del Perú en el 2016, pero no podía escucharlos por no contar esa institución con los equipos necesarios. Enterado de que el médico y bandurrista Dante Guzmán poseía un tornamesa apropiado, nos convocó a él y a mí para —con el tornamesa de Guzmán— escuchar los discos. Así ubicamos y escuchamos el disco Victor 37236 que en el lado B tiene grabado Mi Marta, vals instrumental de Vicente Spina[14]. Ahora es posible hacer una comparación entre la música de la partitura de Luis Enrique el plebeyo y la música del disco Mi Marta, lo que haré en la segunda parte de este artículo.

Fig. N° 15Mi Marta Vicente Spina y su Conjunto
Disco Victor 37236-B. BNP

—Los rollos con El plebeyo: El eslabón perdido

En 1935, El plebeyo fue impreso en rollos para pianola por la firma “Pleyatone”. Alfredo Buckley gerente de la “Buckley,  Santa Gadea & Co.”  que tenía su sede en la calle Zárate  422 y era representante de la firma “Pleyatone” declaró a “La Crónica” en junio de 1952 (Anexo N° 4)  que firmó contrato el 22 de junio de ese año con Montalva. Según ese contrato se hicieron 300 rollos. Isidoro Purizaga, pianista que trabajaba para Buckley “arregló en parte la música de “El Plebeyo”. En “El Comercio” del 28 de junio de ese año he ubicado los anuncios de los rollos de El Plebeyo. En los anuncios no figuran los nombres de los autores.

Fig. N° 16. Anuncio de rollos “Pleyatone” “El Comercio”  28 junio de 1935.

En octubre de 1935, según declaraciones de Buckley, Pinglo acusó de plagio a Montalva:

“A los cuatro meses de la edición de "El Plebeyo" se presentó a mi oficina Felipe Pinglo, y me dijo que aquel vals era suyo, y que Montalva se había plagiado su música. No hubo acaloramiento de ninguna clase, Pinglo serenamente me expuso su caso, Pinglo vestía un terno plomo, era delgado y su rostro estaba muy pálido. Es por esto que ante tal enredo opté por no pagar a ninguno. 
— ¿Apareció nuevamente Pinglo a su oficina? 
— Ni Pinglo ni Montalva volvieron a poner los pies en ella. Y no supe más de ellos” (En: “La Crónica” 7.06.1952)

Los rollos para pianola con la música de El Plebeyo son el “eslabón pedido”, hasta ahora no han sido ubicados y no nos permiten dilucidar cuán diferente de la partitura es el rollo con el arreglo de Isidoro Purizaga.  ¿Purizaga descartó el inicio de la melodía tal como está escrita en la partitura y la cambió por la de Mi Marta? No lo sabemos. Lo único que se puede afirmar es que ya en 1938 El Plebeyo se cantaba con un  diseño melódico igual al de Mi Marta. Jesús Vásquez lo interpretó así en la película El gallo de mi galpón estrenada ese año en Lima.   Una pregunta que queda sin respuesta es ¿Por qué ni Montalva ni Pinglo fueron a cobrar sus regalías por las ventas de los rollos?

Otra posibilidad es que el cambio de melodía pueda haberse hecho a partir de la publicación de El plebeyo por la editorial Maldonado. El problema es que no se puede determinar la fecha en que se publicó esa partitura. Lo más probable es que fue después de la muerte de Pinglo pero ¿Antes o después de El gallo de mi galpón?.


2.- ANÁLISIS DE LOS PRIMEROS OCHO COMPASES DE LA  PARTITURA DE  LUIS ENRIQUE EL PLEBEYO  Y SU SEMEJANZA CON LA MÚSICA DEL VALS MI MARTA.

— Los antecedentes de estudio

           Existen algunos antecedentes de análisis de la música del vals El plebeyo. Quizás el más antiguo es el de Virginia Yep, quien a fines de 1992 presentó «Der valse in Lima, Peru» («El valse en Lima, Perú») como tesis para obtener la Maestría en la Facultad de Musicología Comparada de la Freie Universitát Berlin. El trabajo de investigación consistió en formar una muestra de 113 valses extraídos de grabaciones radiales directas y comerciales. Estos valses fueron analizados de acuerdo a su estructura musical, al curso melódico, a las influencias que presentan de otros géneros, a la armonía, etc. (Yep 1998:11-12) Un capítulo está dedicado a El Plebeyo:

(…) El Plebeyo muestra las características comunes del valse: parte en modo menor y parte en modo mayor, anacrusas, melodías ascendentes, secuencias melódicas, fórmulas arpegiadas, frases melódicas de ocho compases, etc. 
En cuanto a su estructura musical, se pueden considerar las siguientes partes: 
- Una primera parte A en modo menor, que consta de 16 compases, 
- Una parte A1, en menor, cuyos cuatro primeros compases son idénticos con los cuatro primeros compases de A. 
- Un puente, que une la parte menor con la de modo mayor y que consta de cuatro a seis compases, según la duración de los sonidos largos, los cuales pueden durar un compás entero y ser alargados ad libitum. 
- Una parte B, en mayor, que consta de 16 compases. 
- Una parte C, en menor/mayor, que consta de 16 compases, y que concluye con una cadencia de 4 compases. 
(…) Se cumple la siguiente fórmula estructural: 
Introducción A A1 Puente B C Interludio A A1 Puente B C 
(Yep 1998:33)

                Es necesario señalar que las  partes A y A1  corresponden a la primera estrofa —ocho versos—, tal como aparece en la partitura de Luis Enrique el plebeyo, en la hoja mecanografiada dedicada a Ricardo Rivera y en los ejemplares de “El Cancionero de Lima” mostrados líneas antes.

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5
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7
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El amor siendo humano tiene algo de divino
amar no es un delito porque hasta Dios amó
y si el cariño es puro y el deseo es sincero
porque robarme quieren la fe del corazón.
mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo
el alma en que se anida mi incomparable amor
ella de noble cuna y yo humilde plebeyo
ni es distinta la sangre ni es otro el corazón
                
Sigue el puente:

Puente
Trémulo de emoción dice así en su canción

                Musicalmente, el puente, como aparece en la partitura de Luis Enrique el plebeyo, (así como en las versiones grabadas, en la partitura de la casa Maldonado y otras partituras),  está construido sobre una progresión de acordes típica del fandango (Yep 1998) que es la llamada “cadencia andaluza”, progresión que está presente en  otra obra de Pinglo (Agradezco a Rodrigo Sarmiento quien me hizo notar que en el vals Melodías del corazón también se encuentra esa progresión), y que ha sido utilizada por diferentes compositores, siendo quizás el vals Alma, corazón y vida el ejemplo clásico. En la copia de la hoja que compartió Raúl Álvarez están escritos acordes de los que se podría deducir otra progresión armónica (Sarmiento 2017).  Tengo que señalar que en ninguna otra hoja manuscrita o mecanografiada con sus canciones Felipe Pinglo escribió los acordes. La calidad de la imagen dificulta el análisis pero los acordes parecen escritos con una tinta diferente a la de la firma de Felipe Pinglo y probablemente fueron añadidos por otra persona.

                Luego viene la segunda estrofa que Yep designa como partes B y C:
               
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3
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5
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8
El amor siendo humano tiene algo de divino
amar no es un delito porque hasta Dios amó
y si el cariño es puro y el deseo es sincero
porque robarme quieren la fe del corazón.
mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo
el alma en que se anida mi incomparable amor
ella de noble cuna y yo humilde plebeyo
ni es distinta la sangre ni es otro el corazón

                Esta segunda estrofa termina con una cadencia que dura cuatro compases:


Señor porque los seres no son de igual valor

         Después del interludio instrumental, viene la tercera estrofa que se canta con la misma música que A - A1:

Así en duelo mortal  abolengo y pasión,
en silenciosa lucha  condenarnos suelen a grande dolor
al ver que un querer  porque plebeyo es
delinque si pretende la enguantada mano de noble mujer.
el corazón que ve destruido su ideal
reacciona y se refleja franca rebeldía que cambia su humilde faz
y el plebeyo de ayer es el rebelde hoy
que por doquier pregona  igualdad en el amor.

           Y se termina repitiendo B y C y la coda (“El amor siendo humano…”).

        El análisis de la melodía Yep lo hace a partir de una versión de la que no da referencias y que es distinta a la versión de Luis Enrique el plebeyo. Esto lo veremos más adelante.

        Otro trabajo es el que, Renato Neyra, de musicólogo egresado del entonces Conservatorio Nacional de Música, publicó en abril de 2006 en Arariwa N°6 Vocero de la Dirección de Investigación de la ENSF José María Arguedas con el título de “El plebeyo en la discografía nacional. Un análisis entre tres propuestas”. En ese artículo Neyra hace notar las variaciones rítmicas y melódicas de una frase musical de El Plebeyo en las versiones grabadas en discos por Jesús Vásquez, “Los Morochucos” y “Los Embajadores criollos”.

Fig. N° 17. Análisis de tres versiones (Neyra 2006).

                Esas pequeñas variaciones rítmicas e incluso melódicas son el sello personal de cada intérprete y no deben ser consideradas como atentatorias a una “versión original” o “versión correcta”. Esas variaciones son más bien una característica de la transmisión oral.

                Un análisis más detallado fue realizado en 1999 por Chalena Vásquez en: “El Plebeyo vals de Felipe Pinglo. Aproximación analítica” (Vásquez 1999). El análisis es fundamentalmente melódico. No se indica cual es la versión que es analizada. En todo caso no es Luis Enrique el plebeyo. La primera parte la veremos más adelante  y por el momento sólo nos limitaremos a decir que en los últimos compases de la versión trascrita están las sincopas características del vals peruano, ausentes en la partitura de Luis Enrique el plebeyo.

Fig. N° 18El Plebeyo – últimos compases – Transcripción Chalena Vásquez.

Fig. N° 19Partitura de Luis Enrique el plebeyo. – últimos compases

                Rodrigo Sarmiento recientemente ha escrito “Los tres plebeyos. Tras la primera melodía del famoso vals de Felipe Pinglo”, artículo publicado en agosto del 2018 en Antec, revista de la Universidad Nacional de Música. El objetivo de Sarmiento es “encontrar la primera melodía de El Plebeyo”. Para esto analiza  “tres plebeyos”: el de la partitura de Luis Enrique el plebeyo, la versión de Jesús Vásquez  (de la hace una transcripción en la menor) y una tercera versión que él mismo ha realizado tratando de resolver los aspectos conflictivos de las dos anteriores con su propia idea del estilo de Pinglo.
               
— Análisis de los primeros ocho compases de la  partitura de  Luis Enrique el plebeyo y Mi Marta

                Los primeros ocho compases del vals  Luis Enrique el plebeyo se pueden segmentar en dos partes de cuatro compases cada una. Los primeros cuatro compases tienen una figuración rítmica similar: cinco corcheas y una blanca con punto. Las seis primeras notas forman un arpegio de la menor con la nota si intercalada entre las dos últimas notas del arpegio. Estas corresponden al verso: “La noche cubre ya con su negro crespón”[15]. Los siguientes cuatro compases sólo tienen la nota larga al final y corresponden a: “de la ciudad las calles que cruzan las gentes con pausada acción”. La tonalidad es la menor.


Fig. N° 19. Partitura de Luis Enrique el plebeyo - compases 1 al 8.

                Debo destacar que la escritura de esta partitura es más pianística que vocal. Esto se pone en evidencia en el tercer compás en el que  la melodía está escrita a dos voces y tiene un adorno propio de los valses para piano,  pero también en los siguientes 8 compases donde hay todo un pasaje en octavas (compases 13 al 15). Pareciera además que el acompañamiento de la melodía en los compases 6 y 7  está incompleto. En ninguna de las otras partituras ocurre esto.


Fig. N° 20. Partitura de Luis Enrique el plebeyo - compases 9 al 16.

Quizás  es necesario señalar también que las partituras para piano de música popular peruana no tienen carácter prescriptivo: nadie las tocaría o cantaría exactamente como como están escritas. Al igual que las letras, el “peso” del aprendizaje de la música no está en lo escrito sino en lo oral, dando lugar a versiones que tienen pequeñas variaciones entre sí pero que son entendidas por los músicos y las audiencias como una misma entidad.

        Para observar mejor la línea melódica, voy a trasponer todas las partituras a re menor. Luis Enrique el plebeyo queda así:

Fig. N° 21Luis Enrique el plebeyo - Partitura.

Ahora  voy a referirme ahora al vals Mi Marta que es un “vals criollo”[16] que está ejecutado en una tonalidad que podría ser re menor. En la grabación se escucha casi un semitono más alto, tonalidad difícil de ejecutar, por lo que considero que la tonalidad debe ser re menor o, con una guitarra afinada un semitono más bajo, sería mi menor. Mi Marta se inicia con una introducción cuya melodía es un descenso cromático en un tempo lento seguida de un encadenamiento acordes  que llevan a la Dominante (grado V de la tonalidad) y recién después de eso comienza el vals propiamente. Este consta de dos partes. En la primera parte —en re menor— están los compases que tienen “la misma melodía” que El Plebeyo. La segunda parte comienza en la tonalidad relativa de Fa mayor y, después un encadenamiento modulante de acordes, regresa a re menor.

No he podido localizar una partitura de ese vals y muestro la transcripción que he realizado de Mi Marta[17] (los ocho compases que siguen a la introducción):

Fig. N° 22Mi Marta – Vicente Spina y su conjunto – Disco Victor - 1932.

                Se observa claramente que las seis primeras notas (“antecedente” o “pregunta”) no son las mismas que en la partitura de Luis Enrique el plebeyo. A pesar que ambos fragmentos melódicos tienen una dirección ascendente y terminan en la misma nota larga (FA), el diseño melódico no es el mismo. Mi Marta comienza con un salto melódico de cuarta (La - Re) al que sigue un movimiento ascendente en zig-zag hasta llegar a la nota Fa. Ese mismo diseño melódico lo usó Pinglo en El Huerto de mi amada (pero en tonalidad Mayor) y años mas tarde Eduardo Marquez Talledo en Nube Gris.

            Las seis notas siguientes (“consecuente” o “respuesta”) si son exactamente iguales. En el primer compás de Mi Marta hay una pequeña variación rítmica: hay un tresillo de corcheas que hace que el Fa del segundo compás comience antes. Esto puede atribuirse a la interpretación guitarrística. Las diez primeras notas de los compases 5 y 6 (fase ascendente) tienen el mismo diseño melódico pero desfasado en un intervalo de tercera, con la salvedad de un cromatismo en Mi Marta. Los compases 7 y 8, la fase descendente, difieren ya que si bien las dos versiones tienen como nota más alta un mi, el descenso en Mi Marta es más abrupto ya que llega hasta un mi grave y en Luis Enrique el plebeyo el descenso se detiene en do sostenido, tercera inferior de mi.

Algunos músicos criollos recuerdan haber oído tocar Mi Marta a los guitarristas César Calderón y Jorge Heison (comunicación personal de Carlos Cerquín Hidalgo) y también a Adolfo Zelada (Manuel Acosta en Martínez, 2008).  Estos guitarristas probablemente no lo aprendieron de una partitura sino más bien de la grabación hecha en el disco Victor que fue grabado en junio de 1932 en Buenos Aires. Debo señalar que Mi Marta pudo haber sido compuesto algunos meses o quizás años antes de la grabación. Por el momento no he podido determinar ni el año en que fue compuesta ni cuándo llegó el disco al Perú. Sin poder determinar las fechas exactas de composición de Luis Enrique el plebeyo y Mi Marta, nos quedamos con un  dilema como el de si fue primero el huevo o la gallina.

- Otros plebeyos

Jesús Vásquez interpretó El Plebeyo en la película peruana  El gallo de mi galpón[18], película estrenada en Lima el jueves 16 de junio de 1938. Ella canto ese vals en tonalidad de sol menor.

Fig. N° 23El Gallo de mi galpón El Plebeyo - final.
(Imagen captada de ARCHI - https://www.youtube.com/watch?v=vNFYx3tCQ6c)

Para facilitar el análisis, como he indicado, trascribo la partitura a re menor:

Fig. N° 24El plebeyo - Jesús Vásquez - 1938 

                Como he señalado, las seis primeras notas de Luis Enrique el plebeyo son difíciles de cantar y representan un intervalo grande: una décima. La versión de Jesús Vásquez es similar a Mi Marta y es la que ha perdurado. Debemos resaltar  que la frase “con un negro crespón”, a diferencia de Luis Enrique el plebeyo y de Mi Marta, en la versión de Jesús Vásquez comienza en el segundo compás (la nota mi, negra) y tiene una figuración rítmica diferente a Luis Enrique el plebeyo. Jesús Vásquez con los años volvió su estilo interpretativo más sincopado, según puede escucharse en las grabaciones posteriores que hizo de este vals y en las interpretaciones en vivo que pueden verse en Youtube. Quizás la notación que exprese mejor ese pasaje, como lo ha hecho Sarmiento (2018), sea:

Fig. N° 25. Variación rítmica Jesús Vásquez.

                También he señalado que a fines de 1934 el vals pasa a llamarse simplemente El Plebeyo y que los rollos para pianola —con la música arreglada en parte por Purizaga— se comercializaron a mediados de 1935. Cabe entonces hacer la siguiente pregunta: ¿Jesús Vásquez cantó la versión del rollo? Guardo la esperanza de que al encontrarse un rollo se pueda encontrar las respuestas.

Otra versión de El Plebeyo es la de la editorial Maldonado, cuya partitura, en do menor, en sus cuatro primeros compases es melódicamente igual  a la versión de Jesús Vázquez y rítmicamente similar a Luis Enrique el plebeyo  y Mi Marta. Los siguientes cuatro compases son parecidos pero no iguales. La partitura no tiene fecha de publicación entonces no se puede dilucidar si fue publicada  antes o después de El gallo de mi galpón.  Lo que sí se puede afirmar es que es la partitura más difundida y de la que se hicieron varias ediciones. En la versión que tengo en mi colección está indicado el nombre del arreglista: Carlos J. Moya[19].

                Las notas de los primeros compases del arreglo de Carlos J. Moya son las siguientes:

Fig. N° 26El Plebeyo - Editorial Maldonado - Año ¿? 
                  
                Los dos primeros compases son iguales a Mi Marta y a la versión cantada por Jesús Vásquez en 1938. Los siguientes compases presentan pequeñas variaciones pero el mismo diseño melódico.

                Otra versión es la que corresponde a la primera grabación discográfica de El Plebeyo. Ésta fue hecha por Los Trovadores del Perú, en Buenos Aires en junio de 1943 para el sello Odeón. La versión de este trío es muy parecida a la cantada por Jesús Vásquez:

Fig. N° 27El Plebeyo.  Los Trovadores del Perú - 1943

                La siguiente versión es la que Nicomedes Santa Cruz, que era también herrero, hizo para la reja del mausoleo de Felipe Pinglo en 1958. La reja es un pentagrama donde está notada la primera parte de la melodía, aunque las seis primeras notas no son iguales a las de Luis Enrique el plebeyo,  contienen el arpegio de re menor con un mi intercalado entre las dos primeras notas. Es evidente la alusión a la partitura:
Fig. N° 28Nicomedes Santa Cruz Mausoleo Pinglo. Foto “La Crónica” 19.08.1958.

En El Valse peruano, Virginia Yep hace una transcripción de la melodía. Como he mencionado anteriormente Virginia Yep no indica la fuente utilizada. Los cuatro primeros compases son iguales a la  partitura de la casa Maldonado. La segunda parte es muy parecida a la versión de Jesús Vásquez:

Fig. N° 29El Plebeyo – Transcripción  de Virginia Yep - 1998.

La transcripción realizada por Chalena Vásquez en 1999 no indica la fuente. Está en la menor. Los primeros cuatro compases son iguales a Mi Marta. Los siguientes compases no son iguales: En esta versión la nota la se repite trece veces, convirtiéndose en un pivote alrededor de cual suena un fa, un si bemol y un re (transcrito a re menor es la nota re):

Fig. N° 30El Plebeyo Transcripción  de Chalena Vásquez.
                        
 Manuel Acosta Ojeda en una de las entrevistas que le hizo Marino Martínez para su libro Manuel Acosta Ojeda Arte y sabiduría del criollismo (Martínez 2008) cantó la melodía de la primera parte de El Plebeyo. Hay que destacar que años antes (1986) en el artículo “Felipe soberano” publicado en el diario “La Republica” había señalado:

“(…) Vamos descubriendo con paciencia, como eran exactamente sus canciones Tuve el honor de estar, no hace mucho en una hermosa reunión con Víctor Correa, Juan Ríos, Alcides Carreño, Abraham Valdelomar. Juanito Ríos cantó el inmortal valse: "El plebeyo". Como en un sueño, recordé la voz de Augusto Ballón, que lo cantaba idénticamente La primera frase musical, no tiene nada que ver con lo que se canta Es lo que podríamos llamar una escala melódica ascendente Lo que se canta actualmente es exactamente igual al vals argentino de esa época "Mi Martha” (En: “La República”, Sábado 17.05.1986 p.5).

Sin embargo, cuando Martínez lo  entrevistó, la melodía cantada por Manuel Acosta, no fue una escala menor melódica sino más bien un arpegio que podría ser una alusión al arpegio de los dos primeros compases de la partitura de Luis Enrique el plebeyo,  partitura que —según su propia confesión— en algún momento tuvo en sus manos: 

La música de El plebeyo por ejemplo, no es como la que se canta. Felizmente con Hayre hemos visto la partitura. Yo sabía música antes que Hayre, sino que cambié la música por una botella mientras que Carlos siguió estudiando. Leí lo que Montalvo había escrito y firmó pero como que él lo había transcrito, y la gente pensó que era obra de Montalvo y Pinglo, entonces le pagaron la mitad de lo que dio la película en México.
La música que conocí es:
Fig. N° 31Manuel Acosta Ojeda Arte y sabiduría del criollismo 
                                 (Transcripción M. Martínez 2008:49).
                       
La melodía cantada tiene  el mismo inicio que  la melodía que usó Felipe Pinglo en su vals "La vuelta al barrio":

Fig. N° 32. Felipe Pinglo La vuelta al barrio.
          
        Las seis últimas notas tienen una figuración rítmica diferente a las de Luis Enrique el plebeyo. Manuel Acosta canta con la sincopas características del vals criollo.  Esta figuración rítmica es muy parecida a las versiónes de Jesús Vásquez.  (Ver arriba).

       
3.- Sinfonía inconclusa

                La partitura Luis Enrique El Plebeyo es un texto musical que necesita ser analizado minuciosamente, lo que escapa al objetivo de este artículo. Considero  que  la partitura entera de Luis Enrique el plebeyo  merece un estudio detallado —el cual no ha sido todavía realizado— ya que este emblemático vals ha sido esquivado en los estudios sobre el vals y la música criolla en general (estudios que abarcan desde fines del siglo XIX hasta mediados de la década del 30), salvo expresas ocasiones que han sido comentadas en este texto. Ese estudio debería ser hecho por un equipo interdisciplinario.
           
                La partitura de Luis Enrique El Plebeyo pudo haber sido publicada en 1933, como lo afirmara Pedro A. Montalva. Menos creíble es la fecha que dio como año de creación (1926 - 1927). La participación de Montalva al menos como arreglista y no simple copista, no puede ser negada.

                Con respecto a la similitud entre los ocho primeros compases  de Luis Enrique El Plebeyo con un fragmento de Mi Marta, se puede afirmar que, a pesar de la diferencia existente en los cuatro primeros compases, se constata una relación. Los dos primeros son diferentes, pero esa diferencia que pudo haber sido hecha de manera expresa. Los compases 3 y 4 son idénticos. Los compases 4 al 8, parecen iguales: a pesar de no tener las mismas notas tienen el mismo diseño melódico. Sin conocer a ciencia cierta la fecha de creación de estos valses estamos  ante un dilema indescifrable por el momento.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

ACOSTA OJEDA, Manuel (1986) “Felipe Soberano”. En: La República 10.05.1986
COLLANTES, Aurelio (1977) Pinglo inmortal Lima, Imprenta La Cotera
MARTÍNEZ, Marino (2008) Manuel Acosta Ojeda Arte y sabiduría del criollismo. Lima, ENSF”JMA”
MEJÍA, Darío (2016) http://nalochiquian.blogspot.com/2016/06/primera-partitura-de-el-plebeyo-por.html
NEYRA, Renato (2006) “El plebeyo en la discografía nacional. Un análisis entre tres propuestas”. En: Arariwa N°6 Vocero de la Dirección de Investigación de la ENSF José María Arguedas. Lima. ENSFJMA.
RASILLA MORENO, Juan (1945) “Felipe Pinglo: el alma del pueblo hecha canción”.  En: La Crónica 31.05.1945.
SALINAS, Roberto (2016) Amor y desamor en Felpe Pinglo Alva. Lima. Elmer Buleje Agüero.
SARMIENTO, Rodrigo (2018) “Los tres plebeyos. Tras la primera melodía del famoso vals de Felipe Pinglo”. En: Antec, revista de la Universidad Nacional de Música.
VÁSQUEZ, Chalena (1999) “El plebeyo vals de Felipe Pinglo. Aproximación analítica”
YEP, Virginia (1998) El valse peruano. Lima, Juan Brito.



ANEXOS

ANEXO N° 1.- “ÚLTIMA HORA”, lunes 26 de mayo de 1952

Por derechos fílmicos de “El Plebeyo”
VIUDA DE PINGLO METE JUICIO A UN EMPRESARIO

Lío entre viuda de Pinglo y editor Maldonado no deja filmar “El plebeyo”
La filmación de "Luis Enrique El Plebeyo" en la cinematografía mexicana, sufriría un serio retraso, porque acaba de aparecer como concesionario de los derechos del popular vals, el editor musical y empresario Carlos Maldonado, quien alega poseer un documento firmado por el mismo Felipe Pinglo. Maldonado ha notificado al productor mexicano Luis Manrique que se abstenga de firmar contratos con otras personas, porque él posee la exclusividad de los derechos de las composiciones de Felipe Pinglo Alva.
Ante el problema planteado por Maldonado, la señora de Pinglo le ha iniciado juicio, en el que también están comprendidas la Productora Galindo Hermanos de México y la Editorial "Select" de Buenos Aires, quienes tienen contratos firmados por Carlos Maldonado quien se encuentra radicado en Buenos Aires por el momento.
Por parte de la familia de Pinglo, el periodista César Augusto Huertas que dirige el programa "Micro—Cine" por Radio Central, había concedido los derechos de "El Plebeyo", al productor mexicano Luis Manrique. Ahora y momentáneamente, el negocio que le hubiera permitido a César Augusto Huerta viajar a México, ha quedado paralizado hasta que los tribunales decidan quien tiene la razón.
En México, las composiciones de Felipe Pinglo son las más populares y están cotizadas monetariamente mejor que las de Agustín Lara, porque han batido todos los records de venta por medio de grabaciones R.C.A. Victor y "Peerles".

Compositor Montalva dice ser coautor de “Plebeyo”: pide parte
Desde el 9 de mayo, está en poder de este diario, una carta dirigida al columnista Guido Monteverde, en la que el señor Pedro A. Montalva, le comunica desde Chepén que él también es el autor del vals "El Plebeyo". La mencionada carta no fue publicada anteriormente para evitar dificultades a la venta del popular vals de Felipe Pinglo, que estaba efectuando con una poderosa empresa cinematográfica de México, el periodista César Augusto Huertas.
Pero ahora que se han paralizado todas las gestiones porque el empresario Carlos Maldonado afirma que él tiene todos los derechos para la explotación de la mencionada composición criolla, damos a conocer e] texto íntegro de la carta enviada por Pedro A. Montalva.

Chepén, 9 de mayo de 1952.
Señor Guido Monteverde.—
Lima.
Muy señor mío:
Acabo de leer en el diario "Ultima Hora", en la sección "Qué Pasa en Radio", del día 8 de mayo del presente mes, que el señor César Augusto Huertas, está preparando su viaje a México para firmar el contrato de "Luis Enrique el Plebeyo-. Le agradecería que me hiciera el favor de decirle al señor Huertas, que no solamente Felipe Pinglo A. es el autor. Yo tengo en mi poder varios comprobantes como autor de "Rosa Luz”, "Pasión y Odio". "El Huerto de Mi Amada" y "El Plebeyo", hechas con Felipe Pinglo Alva y la próxima vez que vea anuncios de estas composiciones sin que también lleven mi nombre, voy a verme precisado a iniciar el juicio correspondiente. He sido bastante prudente con la Vda. de Felipe Pinglo, pero esto ya no se puede tolerar. Ella no tiene ningún derecho de borrarme de las composiciones y debe fijarse bien en el registro de la Biblioteca Nacional en el que las composiciones que menciono más arriba están a nombre de Pedro Montalva y Felipe Pinglo.
De Ud. soy su atento y S.S.
Pedro Montalva.
Nota. Le envío un ejemplar de "Pasión y Odio" que fue publicada hace 18 años[20]. De los otros no le puedo mandar porque sólo tengo uno de cada uno.

Por la carta anterior se puede deducir que el señor Montalva tiene intenciones de entablar querella, con la señora de Felipe Pinglo, ignorando seguramente que el editor musical y empresario Carlos Maldonado, por el solo hecho de haber editado el vals "El Plebeyo” se arroga el derecho de explotar económicamente las obras del famoso autor criollo.



ANEXO N° 2.- “LA CRÓNICA”  viernes 6 DE JUNIO edición de la mañana p.1:

“He venido a defender a la viuda de Pinglo”, dice el coautor de “El Plebeyo”
Se desempolva una auténtica novela de amor en torno al disputado vals

MONTALVO, el coautor de “El Plebeyo”, famosa y disputada composición criolla, hace declaraciones a uno de nuestros redactores, quién lo entrevistó en el Callao “He venido –nos dijo- a defender a la viuda de Pinglo” En su relato sobre la forma como compuso el vals, revela que fue inspirado en su profundo amor, siendo él quien creó la música y Pinglo la letra.

Página 4:
“He llegado a defender a la viuda de Pinglo” afirma Pedro Montalva
Coautor de “El Plebeyo” dispuesto a dar batalla

Pedro Montalva compositor, que puso música al celebrado vals “El Plebeyo” llegó de Trujillo al Callao con el objeto de defender a la viuda del malogrado Felipe Pinglo, a raíz del pleito sobre el citado vals. Encontramos a Pedro Montalva en casa de los esposos Olsen, quienes lo agasajan con una champañada.
Rodeado de amigos, entrevistamos a Pedo Montalva, quien nos acogió amablemente y nos hizo conocer muchos aspectos no conocidos sobre la vida de Pinglo, al que le unió gran amistad
“Fuimos dos bohemios” –dijo- que hicimos música por inspiración y no con afán de enriquecernos. No puedo precisar cuándo lo conocí. Apenas nos vimos por primera vez, nos sentimos unidos por esos lazos que sólo unen la verdadera amistad. Sólo puedo precisar que lo busqué para que pusiera letra a una de mis músicas. Felipe trabajaba como Secretario de una institución militar. Yo tenía breves referencias sobre su persona. Una de sus composiciones me gustó así que decidí que creara la letra de un vals mío. Esto ocurrió entre los años 1926-27.
Luego, refiriéndose a la visita a la capital, nos dijo que ello se debía a que llevaba el propósito de ayuda a la viuda de Felipe Pinglo. Explica que no hay motivo para que la casa Maldonado y subsidiarias se crean con derecho sobre la composición “El Plebeyo”. Debiendo hacerse presente que esa música, por estar impresa era ya conocida, y fue registrada en la biblioteca nacional, en defensa de los derechos de autor.
Cuando apareció “El Plebeyo” no llamó la atención porque el público estaba habituado a ritmos extranjeros, dice Montalva.
-Yo fui quien en 1933 realicé la impresión del citado vals, por intermedio de la casa “La Rosa Hermanos”, 200 ejemplares a razón de 24 soles. Sólo puedo decir que aquella impresión nos produjo pérdidas. Ignoro la razón por la que la casa Maldonado se crea con derecho a “El Plebeyo”. No se me ha consultado pese a que yo soy el que puso música al vals.

HISTORIA DE EL PLEBEYO
“El Plebeyo” nació a raíz de un amor imposible. Yo estaba por aquél entonces enamorado de una dama de sociedad, así que animé a Felipe a que creara una letra conforme a una idea mía. Felipe trabajó gustoso en ello, y cuando terminó la obra, lo demás corrió por mi parte.
“El Plebeyo” lo hicimos conocer por radio Nacional, pero desgraciadamente no gustó al público. Luego firmé un contrato con la “Bacle[21] y Santa Gadea”, que hacía rollos de pianola. No sé si hasta ahora existirá la firma. Cuatro rollos del vals fueron regalados a la dama de la inspiración. Trataré de verme con ella para que me los dé, y poder ayudar a la viuda en el juicio con la casa Maldonado.

AYUDA PARA LA VIUDA
-Vengo pues- agrega nuevamente- a apoyar a la viuda de Pinglo y trataré de que las emisoras, cantantes y la Asociación Peruana de Autores y Compositores hagan algo económicamente por ella. No es posible que Felipe Pinglo, que ha enriquecido la música criolla, haya dejado a su viuda en la miseria.

COMPOSICIONES INÉDITAS
Pedro Montalva y Felipe Pinglo, han compuesto quince piezas criollas muchas de ellas aún inéditas. Y referente a ello Montalva nos dice que tratará de hacerlas conocer  “La viuda de Pinglo, a quién todavía no he visto, tiene un álbum de letras que Pinglo dejó para que les ponga música”.
Montalva se sienta al piano y toca el vals “Pobre madre mía” que no quiso dar a conocer porque era muy triste.
      Pedro Montalva nació en Trujillo en 1905 y llegó al Callao a los tres meses de nacido. Se educó en  el Instituto Chalaco que dirigía el profesor Gerónimo Zúñiga. Comenzó su carrera artística en Lima en el año 1923.
      (…)

ANEXO N° 3.- “LA CRÓNICA” 7 de junio:

CARTA DE LA VIUDA DE PINGLO CONTRA LO QUE DIJO MONTALVA
P. 5
VIUDA DE FELIPE PINGLO EXPRESA QUE SON INEXACTAS AFIRMACIONES DE MONTALVA
SEÑALA QUE LA INSPIRACIÓN LLEVA EL SELLO DE PINGLO.- RECONOCE SUS DERECHOS Y LO ACUSA DE DIFAMADOR. – “NO ESTAMOS EN LA MISERIA”.

“Las obras de un artista llevan el sello de su personalidad. No pude negarse la inspiración de Pinglo en el popular vals “El Plebeyo”, nos dijo ayer el Dr. Recoba, asesor jurídico de la Asociación de Autores  y Compositores y representante de la viuda de Pinglo, quien nos trajo una carta, relacionada con las declaraciones de Montalva, que insertamos ayer. Montalva ha manifestado ser coautor de la obra, y que Pinglo fue autor de la letra, siéndolo él el de la música.
A este respecto el Dr. Recoba dice: “La obra de Pinglo es tan conocida y su estilo tan singular que no puede dársele crédito a esta afirmación, “Jacobo el leñador”, “El huerto de mi Amada” y otras más son composiciones que revelan identidad de autor. Por otro lado, el Sr. Montalva en conversación particular me confesó que él no era autor, no me explico, pues, sus declaraciones”.
Respecto al conflicto con Maldonado, nos dijo el Dr. Recoba que ya está por fallar el tribunal. “Por lo demás, hemos logrado hacerle paralizar a Maldonado los pagos en Chile y en México”.
Seguidamente insertamos la carta de la viuda de Pinglo:

Lima 6 de junio de 1952
Señor Director del diario
La Crónica.- Presente.
Señor Director: Ruego a Ud. insertar en las columnas de su prestigioso e importante diario la siguiente aclaración con relación a la información publicada en la edición matinal de la fecha bajo el rubro: “He llegado a defender a la viuda de Pinglo, afirma Pedro Montalva”. Por lo que le anticipo mi sincero agradecimiento.
Profundo estupor me ha causado las declaraciones de Pedro Montalva, vertidas en una entrevista solicitada por el diario de su digna dirección. Yo, a través de las buenas referencias que mi abogado me había dado de Montalva, tenía otra impresión de él, pero su conducta me ha demostrado, precisamente, lo contrario., me apena constatarlo. La torpeza de sus declaraciones resulta flagrante cuando dice que todavía no ha visto y sin embargo clama por una ayuda a mi favor porque me encuentro en la miseria. Si no me ha visto ¿Cómo le consta que estoy en la miseria?  Además, estoy bien informada por mi abogado, a quien Montalva visitó apenas llegó a esta Capital, que aquél le explicó con todo detalle la decencia y absoluto decoro en que vivo; esto quiere decir que Montalva ha formulado deliberadamente declaraciones a sabiendas de que no era cierto lo que afirmaba. No es cierto, pues, que yo viva en la miseria como injusta y temerariamente afirma Montalva. Mis hijos y yo trabajamos. Tengo un hermano legítimo que es comerciante honorable y disfruta de expectable posición económica, establecido hace muchos años en el Callao. Si yo viviese en la miseria, sería precisamente mi hermano quien no lo permitiría. Mi asombro se colma al pensar en las razones que Montalva haya tenido para declarar en la forma que lo ha hecho. Lo desmiento públicamente y lo sindico como un difamador.
Ahora bien, respecto de los antecedentes u origen de “El Plebeyo”, las declaraciones de Montalva adquieren respecto de mi difunto marido, la más grave ofensa a la verdad y a su recuerdo. Conozco perfectamente la paladina declaración que Montalva hizo a mi abogado en su primera visita, que duró más de dos horas, en el sentido de que Felipe le pidió SOLAMENTE la escritura de la partitura para piano, limitándose él a distribuir las notas musicales en el pentagrama. Mi abogado que conoce bien esta verdad, le aclaró a Montalva que a pesar de tal convicción le asistía indiscutible derecho a las perspectivas económicas por la edición del vals, toda vez que mi marido había inscrito aquella producción a nombre de los dos, es decir Pinglo y Montalva, tal como aparecía en la constancia de depósito en la Biblioteca Nacional en el año de 1935, que el profesional le mostró en ese mismo momento. Montalva aceptó los consejos de mi abogado y le encargó definitivamente que también a su nombre continuase las gestiones legales para materializar la explotación del mencionado vals. Ante esto, señor Director, cuán extrañas resultan las declaraciones de Montalva respecto de la inspiración del vals “El Plebeyo”. Felizmente el gran público conoce de sobra el entusiasmo, dedicación, verdadera emoción social y estilo que caracterizó las obras musicales de mi marido, de tal manera que no podrá dar crédito a los cursis antecedentes que sostiene Montalva.
Sin otro particular reitero mis agradecimientos.
Hermelinda Vda. De Pinglo


ANEXO N° 4.- LA CRÓNICA” 7 de junio:

Pinglo acusó a Pedro Montalva de  haber plagiado el vals “El Plebeyo”
Formula la sensacional revelación el señor Alfredo Buckley quien grabara el rollo con el vals de paternidad discutida

Con motivo, de discutirse la paternidad de la música de "El Plebeyo", vals en disputa, entrevistamos ayer, al señor Alfredo Buckley que fuera representante de la fenecida casa musical "P1eyatone Music Co", con la que según documento que posee Pedro Montalva, supuesto coautor del celebrado vals, daba a esta casa los derechos de exclusividad de música perforada en rollos para pianola, contrato fechado el 22 de junio de 1935. El señor Alfredo Buckley, nos recibió amablemente en su residencia de San Isidro, y en primer término, refiriéndose al contrato firmado con Pedro Montalva, que aparece como autor del vals "El Plebeyo", nos dijo: —Recuerdo que un día se presentó a mi oficina Pedro Montalva, cuyo rostro no he conservado en la memoria, portando un manuscrito musical. Yo, amante de la música criolla, lo hice tocar con Isidoro Purizaga, pianista de la oficina. El vals me gusto, entonces firmé contrato con él. 

TRESCIENTOS ROLLOS
¿Cuántos rollos de “EL Plebeyo” se hicieron? —Bueno, en este contrato en que el  autor recibiría el 5 por ciento por rollo vendido, mi fábrica hizo 300 rollos y  todos fueron vendidos. Purizaga arregló en parte la música de "El Plebeyo". Y yo vendía a razón de S/. 2.00 cada rollo.
¿Llevaban dedicatorias los rollos?
—No. Nunca he permitido que se dedicaran las piezas que yo adquiría.
—¿Tiene algún ejemplar de aquella impresión?
—No. Desde el año 1936 que liquidé con el negocio, no conservo nada de aquél.
PINGLO ACUSA A MONTALVA DE PLAGIARIO
—¿Cuánto recibió Montalva por derecho a venta? —inquirimos.
—Nada, porque a los cuatro meses de la edición de "El Plebeyo"[22] se presentó a mi oficina Felipe Pinglo, y me dijo que aquel vals era suyo, y que Montalva se había plagiado su música. No hubo acaloramiento de ninguna clase, Pinglo serenamente me expuso su caso, Pinglo vestía un terno plomo, era delgado y su rostro estaba muy pálido. Es por esto que ante tal enredo opté por no pagar a ninguno.
—¿Apareció nuevamente Pinglo a su oficina?
—Ni Pinglo ni Montalva volvieron a poner los pies en ella. Y no supe más de ellos.
LA MUSICA CRIOLLA
Minutos antes de terminar nuestra entrevista el señor Alfredo Buckley, nos cuenta que en aquellos tiempos la música criolla no tenía aceptación dentro de la gente. Más compraban piezas extranjeras. La música criolla vino a difundirse gracias a la radio. De esta manera damos fin a la interesante entrevista.


ANEXO N° 5 CUADRO COMPARATIVO DE LOS PRIMEROS COMPASES.







[1] Puede escucharse en: https://soundcloud.com/luis-salazar-48/programa-el-heraldo-musical-15-07-2015.
[2] 26 de mayo de ese año había sido publicado en primera plana: “Viuda Pinglo mete juicio a un empresario. Por derechos fílmicos de “El Plebeyo” y en la página 3 dos artículos más: “Lío entre viuda de Pinglo y Editor Maldonado no deja filmar “El plebeyo” y “Compositor Montalva dice ser co-autor de ”El Plebeyo. Pide parte”. (Anexo N° 1).
[3] En: http://nalochiquian.blogspot.com/2016/06/primera-partitura-de-el-plebeyo-por.html.
[4] La partitura de El plebeyo había sido publicada  por la editorial Maldonado. Se hicieron por lo menos dos ediciones.
[5] Asociación Peruana de Autores y Compositores.
[6]Yo fui quien en 1933 realicé la impresión del citado vals, por intermedio de la casa “La Rosa Hermanos”, 200 ejemplares a razón de 24 soles. Sólo puedo decir que aquella impresión nos produjo pérdidas. Ignoro la razón por la que la casa Maldonado se crea con derecho a “El Plebeyo” (Montalva en “La Crónica” del 7 de junio de 1952. Anexo N° 2).
[7] Sin embargo en la programación de los conjuntos que debían presentarse el 24  junio de 1936 en las pampas Amancaes  se anunció  al “conjunto juvenil “Felipe Pinglo”, formado por Nicolás Henríquez (guitarra); Augusto Vásquez (cantor) y Alberto Pérez (guitarra) quienes ejecutarán:-Concejos de amigo (Vals) y Luis Enrique “El Plebeyo” (vals)” (“La Crónica” 22.06.1936).
[8] El 27 de octubre de 2016, en diario “El Correo” de Arequipa, Guillermo Carpio Muñoz escribió un artículo donde señala las diferencias de las letras de las versiones actuales con la letra de la partitura de Luis Enrique el plebeyo que él posee. Agradezco a Don Adrián Apaza por dar a conocer ese documento en su Facebook.
[9] “(…) mi mamá me contó que fue escrita para su hermano, mi tío Ricardo, que pasó por esa experiencia. Ellos eran muy unidos y compartió con mi papá el dolor de haber sido rechazado por su condición  más modesta en comparación con la de la mujer de quien estaba enamorado” (Entrevista publicada en Anubis N°2, 2008). 
[10] Las primeras partituras editadas por “La Rosa Hnos.” no tienen número. No he podido determinar en que año comenzó esa editorial a numerar sus publicaciones.
[11] Darío Mejía ha escrito al respecto. Los audios de Vestales del sol y  Aury Lena pueden escucharse en su cuenta en SoundCloud.
[12] Puede consultarse en: https://adp.library.ucsb.edu/index.php/matrix/detail/800034158/BAVE-66825-Mi_Marta
[13] Darío Mejía hace un tiempo hizo ver que el N° 283 de la “Lira Limeña” no se publicó en 1930 sino más tarde.
[14] Mi Marta se puede escuchar en: https://www.youtube.com/watch?v=d-bD5KT0FJI
[15] “con un negro crespón” en la partitura de Luis Enrique el plebeyo (El resaltado es mío).
[16] En Argentina se utilizaba el término “criollo” para denominar la música mestiza de las ciudades. Carlos Gardel era llamado “El zorzal criollo”.
[17] Para la trascripción he tomado el fragmento que corresponde a 0’30’’ - 0’39’’ segundos del disco.
[18] “En 1980,  un extracto del film fue incluido por el cineasta Jorge Reyes en su documental Los Pioneros y recuperado en 1992 por el Archivo Peruano de Imagen y Sonido (ARCHI)
[19] Collantes en Pinglo inmortal escribió: “Para escribir el pentagrama de ésta pieza y ser editada por la Editorial Maldonado del Pasaje Carmen (hoy Correo), solicitó Pinglo a Pedro Montalva para transcribir la pauta musical de la edición Maldonado a Montalva”, lo que queda demostrado no fue así.
[20] 1934
[21] Buckley
[22] Octubre de 1935