JULIO BAUDOUIN:
UN MARGINADO DE LA HISTORIA DEL PERIODISMO, LA LITERATURA Y EL TEATRO PERUANOS
Julio Baudouin (Variedades 27.12.1913) |
Aunque en su época fue reconocido como uno de los mejores y más talentosos periodistas y literatos, a este autor se le ha condenado al olvido. En las historias del periodismo, de la literatura y del teatro peruano, sólo algunas pocas líneas hacen referencia a su vida y obra.
Sobre su nombre no cabe duda de que era Julio. Sobre sus apellidos existe mucha confusión: Baudouin, Baudoin, Beaudouin, Boduin, Bodouin, Boudin, Boudoin, son algunas de las variantes con las que aparece el apellido paterno en las diferentes publicaciones que hacen referencia a su persona. Sobre su apellido materno igualmente hay diferentes versiones: Julio Baudouin y Paz o Julio Baudouin de la Paz.
José Varallanos en su obra El Cóndor Pasa, publica datos que le habrían sido proporcionados por Julio Baudouin Laos, hijo de nuestro personaje, y según el cual, fue hijo del ciudadano francés Julio Baudouin Botangue y de doña Constancia Paz y Nieto (Varallanos 1988:96). Sin embargo en la Enciclopedia Ilustrada del Perú (Tauro del Pino 1987 : 267) aparece como hijo de Julio Baudoin Routanye y Constanza Paz Nieto. Ernesto Toledo Bruckmann (2011:54) dice que es hijo del francés Julio Baudouin Routanye. Jorge Baudouin Valverde, nieto de nuestro personaje, me informó que los padres de su abuelo fueron Julio Baudouin Routanyé y Constanza Paz[1].
Su fecha de nacimiento también es imprecisa. Varallanos escribió que nació el 26 de mayo de 1866. En la Enciclopedia Ilustrada del Perú se menciona el 23 de mayo de 1886. Esta amplia diferencia indicaría un error tipográfico en el trabajo de Varallanos. Juan Pedro Paz-Soldán en su Diccionario Biográfico de Peruanos Contemporáneos indica 1888 como año de nacimiento, ratificado también en el Diccionario Manual de Literatura Peruana y Afines (Romero Valle 1966 : 45). En el Diccionario histórico biográfico del Perú, en las dos entradas que existen sobre este autor se señala como año de nacimiento 1888 (Milla Batres 1986 II:6). Manuel Zanutelli afirma que murió en 1925 a los 37 años de edad, (Zanutelli en Milla Batres Id.).
En El Comercio del 19 de abril de 1925, con motivo de su fallecimiento se publicó una nota titulada Los restos de Julio de la Paz donde se lee:
Se han tomado las debidas disposiciones por parte del señor Agustín Olivari, padre del señor Julio Baudouin, para conseguir la repatriación de sus restos, lo que se efectuará muy pronto. (El Comercio 19.04.1925, p.4)
Basado en datos obtenidos del libro El bajo Flores: Un barrio de Buenos Aires (Prignano 1991 : 257), me inclino a sostener que el pariente mencionado podría ser Augustín Bodouin Oliveri, hijo de Nereida Oliveri de Bodouin, quien vendría a ser abuelo y no padre de nuestro infortunado dramaturgo.
Baudouin, viajó muy joven a la Argentina, en 1904. Una nota periodística aparecida en el diario La Unión en diciembre de 1913, con motivo del estreno de El Cóndor Pasa… dice: Hace nueve años cuando apenas era un niño, se marchó a la Argentina… lo que permite inferir esa fecha y también suponer que tenía entonces 16 años. En la versión de Tauro del Pino (1987) habría viajado recién en 1907, aproximadamente los 19 años. En Argentina estudió y comenzó su labor como periodista, trabajando en varias revistas como PBT. Después de recorrer algunos países de América en misión periodística, a fines de 1912 (1913 según Tauro) regresó al Perú, donde continuó su labor profesional trabajando en el diario La Nación, que apoyaba a Billinghurst. Este diario fue fundado y dirigido por un periodista de reconocida trayectoria que se había formado también en la Argentina: Juan Pedro Paz Soldán, a quien le dedicó El Cóndor Pasa…[2].
Varallanos dice que Baudouin pasó temporadas en Cerro de Pasco donde visitó algunas minas (Varallanos 1988 : 96). Allí, y probablemente en otros lugares de la sierra, vio la dolorosa situación de los trabajadores mineros sometidos al oprobioso sistema del enganche, por ello escribió varios artículos de denuncia. Esta sensibilidad social repercutió por ejemplo en la nota que el tipógrafo Juan Mansilla Flores escribió con motivo de su fallecimiento: …Como periodista de fuste, se dio a conocer en muchas oportunidades defendiendo a la clase obrera, por lo que le debemos gratitud inmensa (columna Vida obrera del diario La Crónica, 24.04.1925).
En 1954, Julio Bauoduin Laos, publicó Microbiografías Peruánicas. En ese opúsculo incluye, con el título de Julio de la Paz, de cuerpo y alma, presente, una semblanza de su padre, sin mencionarlo como tal, y de la que he copiado el siguiente fragmento:
Nos dio esa obra que ha durado muchos años en cartelera, que ahora mismo lleva llenos importantes: “El Cóndor Pasa”.- Dando origen a un teatro verdaderamente nacional, con entrañas sacadas de la misma raza, del fondo del músculo prepotente de la vieja nacionalidad! Quién no ha visto “El Cóndor Pasa! Esa pelea entre el hombre dueño del suelo, y el extranjero poderoso, que arranca las entrañas de oro de los montes con el sudor de los esclavos, y hace suyos los derechos más sagrados, a manera de señor, dueño del derecho de pernada, ha servido luego, de amplio venero para crear obras y para conseguir triunfos; más la obra de Julio de la Paz es la sustantiva, es la que inauguró la serie de esas obras con huaynos, cachuas y cachaspares que han indigestado en esta hora meliflua del teatro nacional.(Baudouin Laos 1954 : 147-148).
Su obra
Luis Alberto Sánchez en el tomo VI de La Literatura Peruana hace un breve balance de la obra de Baudouin, destacando la que tuvo mayor éxito (con temática indígena) frente a la que tuvo más adversa crítica (con temática colonial):
También se hallaba en Buenos Aires, como periodista Julio Baudouin (1880?), cuyo pseudónimo “Julio de la Paz” se hizo popular en el Perú, a raíz de estrenar una zarzuela vernácula con acertada música de Daniel Alomía Robles, titulada “El cóndor pasa...,” probablemente la obra de teatro nacional que mayor número de presentaciones ha alcanzado en el país, desde 1912. Entusiasmado por el éxito folklórico de aquella primicia, Julio de la Paz, en colaboración con José Carlos Mariátegui, compuso una zarzuela de tipo virreinal, titulada “Las tapadas”, cuyo estreno en el Teatro Colón de Lima, 1916, fue un fracaso, a pesar del elegante verso de Mariátegui y los conocimientos escénicos de Baudouin. En el buen resultado de “El cóndor pasa...” influyeron diversos elementos: la oportunidad del tema acerca de la explotación de los gamonales contra los indios; la música acertadamente inspirada en auténticos motivos vernáculos; la actuación de un grupo de actores identificados con el tema, entre ellos los actores Hernández, Romero, Castillo, Ureta, Revolledo, y las actrices Arce, Járquez. Zamorano, Puro, Valle. (Sánchez 1951 VI : 381).
La obra de Baudouin sin embargo, fue más amplia, tanto en el ámbito de la literatura como del periodismo. Antes de El Cóndor Pasa… escribió Cuentos de callejón (cuento) y Del alma limeña (novela). Seguramente conoció a Alomía Robles poco tiempo después, no he podido determinar cuándo y en qué circunstancias, solo hago notar que en 1913 (cuando se estrena la obra de ambos) era un joven de unos 25 años mientras el maestro huanuqueño frisaba los 42 y era un personaje ya reconocido.
El libreto de El Cóndor Pasa… |
La Cosecha
El éxito obtenido por El Cóndor Pasa… empujó a Julio Baudouin a continuar escribiendo. El martes 16 de junio de 1914 estrenó La Cosecha en el teatro Olimpo. Aunque fue anunciada con música de Daniel Alomía Robles, se estrenó con música de Américo Bracesco. No he podido averiguar el porqué de ese cambio, pero con el Cóndor Pasa… empezó y terminó la colaboración de Daniel Alomía Robles con Baudouin, quien siguió escribiendo obras que fueron musicalizadas por otros compositores. La crítica vio en La Cosecha un complemento de El Cóndor Pasa…:
El estreno de la nueva producción teatral del señor Julio Baudouin (Julio de la Paz) despertó mucho entusiasmo en el público que concurrió numerosísimo, llenando la sal de la calle Concha. El éxito indudable que tuviera El cóndor Pasa… del mismo autor y que alcanzó más de cuarenta representaciones –lo que para Lima significa un número respetable– fue un aliciente más para el interés general despertado por la nueva obra del señor Paz.El autor que iniciara así tan brillantemente su carrera teatral entregó a la compañía de Laura Obregón, que actúa en el Olimpo, su nueva obra La Cosecha que después de ser ensayada cuidadosamente ha sido puesta en escena el martes, en vermouth y en segunda de la noche.El señor de la Paz, entre los jóvenes autores nacionales, es hasta ahora al que con más derecho se le puede llamar autor de teatro nacional. En El Cóndor Pasa… y en La Cosecha, estrenada recientemente, se ha explotado con felicidad un ambiente netamente nacional y una vida regional que ha tenido para el público el aliciente de ser un tema novedoso e interesante hasta ahora no traspuesto a escena.Hacer teatro nacional no es, en el verdadero sentido de la palabra, estrenar obras teatrales cuya acción pueda desarrollarse sin diferencia en el Perú o en cualquier parte, como tantas que se han estrenado en estos últimos tiempos y que –si exceptuamos las de Yerovi en las que el autor ha sabido darles un genuino ambiente limeño– las demás por regla general, han tenido de nacionales el que su primera presentación se haya efectuado en un teatro de Lima. El señor Julio de la Paz ha sabido dar a sus dos obras que se han estrenado en Lima ese ambiente netamente peruano a que acabamos de hacer referencia y acciona y vive en ellas la misma raza potente y fuerte que la vida misma ha tornado en dócil y humillada. Es la misma raza indígena que vibra en las escenas de El Cóndor Pasa…, la que vuelve a aparecer en escena en La Cosecha. El escenario de la mina y del infeliz indígena explotado del dueño o contratista extranjero, vuelve a reaparecer, idéntico en la nueva obra teatral que se ha estrenado; pero a la mina sustituye el inmenso y amarillo campo del trigal y a la tiranía del contratista la no menos odiosa del gamonal. El conflicto subsiste hondo y dominador y bajo esa fórmula, que pesa sobre la pobre raza indígena explotada, se realiza la obra en una acción unida y sin desfallecimiento hasta su culminación en el último cuadro, que es de particular interés y colorido.Se descorre el telón ante la expectativa general. Un aire indígena en el que la quena da su melancólico quejido, inunda el escenario. Es la hora de la cosecha y las espigas amarillas preñadas del grano se doblan por las hoces de los labriegos que entonan alegres himnos. El conflicto surge rápido y sin rodeos ni muchas escenas preparatorias. Hilario, el indígena y cultivador del trigal no puede pagar al dueño de éste, don Ramón lo que le adeuda por la semilla que se le ha dado y por el valor del terreno que usufructúa. La exigencia del gamonal es cruel y odiosa y al pobre Hilario no le queda más expectativa que pagar o ir a la cárcel (aunque no hay cárcel por deudas) y no puede porque los tiempos están muy malos y el valor de lo debido por las malas cosechas anteriores asciende a cantidad respetable. El grano sigue madurando en la espiga, tentador y objeto de los desvelos del indígena Hilario y ante él, echando por tierra sus más caras ilusiones se presenta el gamonal implacable reclamando la tierra que es suya aunque se pierda la cosecha. Y el conflicto, latente desde tiempo atrás, estalla con la inconmovible tenacidad de don Ramón, quien ordena que se tale el campo. Hilario loco de desesperación, prende fuego al trigal viéndose vencido en esa lucha desigual y el incendio del campo, llenando la escena de sus resplandores siniestros es como un grito de protesta de la raza, de la pobre raza indígena que parece estar condenada a una derrota eterna.L.G. (La Crónica 18.06.1914 pp.6-7)
"La Crónica" 18 de junio de 1914 |
José
Carlos Mariátegui era entonces redactor de La
Prensa, y bajo el pseudónimo de Juan Croniqueur
publicó un comentario donde entre otros elogios escribe:
A nuestro juicio, La cosecha supera a El cóndor pasa... que tan enorme éxito alcanzara. Hay mayor ambiente, mayor armonía, mayor originalidad y hasta, tal vez, mayor fuerza dramática.(La Prensa, 18.06.1914)
En este mismo ánimo, en enero de 1915, en su artículo Nuestro teatro y su actual período de surgimiento. Autores y obras, escribiría:
…La segunda obra de Baudouin es tal vez menos intensa, si bien más rica en sentimiento y poesía que la primera. En ella se perfila más el temperamento del autor y su inspiración es a ratos rebelde a las exigencias de la técnica teatral, tan cuidadosamente atendidas en El Cóndor. En La Cosecha la imaginación del autor se desborda y sus hondas exquisiteces de poeta y artista encuentran vasto campo. (La Prensa, 02.01.1915)
La Cosecha se repuso el 3 de julio de 1914 en el teatro Olimpo.
"Huayno" - Pedro López- Colección Jesús María Talledo El disco se puede escuchar en el enlace: |
Huayno peruano |
Victor matrix B-21076. Huayno peruano / Orquesta Víctor. (2021). En Discografía de grabaciones históricas estadounidenses . Obtenido el 23 de abril de 2021 de https://adp.library.ucsb.edu/index.php/matrix/detail/700006184/B-21076-Huayno_peruano .
El 18 agosto de 1914 se anunció el estreno de otra obra de Baudouin: Lo que se pesca, estreno que se realizó en el Teatro Municipal del Callao por la compañía del aplaudido Paco Ares:
Para mañana miércoles la compañía de verso de Paco Ares que trabaja con éxito superabundante en el Municipal del Callao, a juzgar por los lleno que se repiten, anuncia el estreno de una nueva obra de Julio de la Paz, el aplaudido autor de El Cóndor Pasa y La Cosecha. La nueva producción de Baudouin se titula Lo que se pesca y consta de dos actos. La obra es un cuadro de costumbres nacionales en la que una vez más la observación de nuestros jóvenes autores sacan del medio nacional los inagotables y con vírgenes recursos que ofrece para la escena.Lo que se pesca se ensaya cuidadosamente y todo hace augurar para mañana una noche de amable éxito. (La Crónica 18.08.1914, p.6).
El estreno fue diferido debido a que el decorado no fue entregado por la empresa en la oportunidad debida (La Crónica, 22.08.1914, p.30).
Su majestad el billeteEn 1915 Baudouin escribió Su majestad el billete, en colaboración con Origi Galli. Continuó su producción teatral con Las Tapadas, escrita con José Carlos Mariátegui, con música de Reynaldo la Rosa, estrenada el 12 de enero de 1916 en el Teatro Colón. Esta obra no tuvo éxito; Alfredo González Prada, hijo de Manuel, escribió una crítica bastante dura en la revista Colónida. A Las Tapadas siguió La mala fama, estrenada también en ese mismo teatro el 23 de junio del mismo año. José Carlos Mariátegui escribió un largo comentario en La Prensa:
DE
TEATROS
En
el Colón
La mala fama
Anoche estrenó la compañía de Paco Ares, ante público numeroso, la
comedia en dos actos de Julio de la Paz La
mala fama.
La entusiasta labor que en la literatura dramática ha hecho Julio
de la Paz, ha encontrado siempre en el público favorable acogida. Desde que
estrenó El Cóndor pasa… que en un
medio como el nuestro, tan estéril en este género de manifestaciones artísticas,
tuvo el éxito que merecía, todas sus obras han encontrado aplauso, aun aquellas
en que el autor se apartaba de la ruta de su sinceridad literaria y transigía
abiertamente con la vulgaridad del teatro ínfimo.
Un esfuerzo tan perseverante, continuo y modesto, un espíritu tan
estudioso y tenaz y una obra tan noblemente orientada, han sido sin duda
títulos bastantes para formar una reputación de autor, que tiene por supuesto
los atributos propios de un arte en gestación como el de nuestro teatro nacional.
La
mala fama es una comedia que
tiene el mérito indiscutible de ser una obra seria. Su asunto es hondo,
emocionante y está generalmente tratado con inteligencia. Hay un conflicto
intenso, un proceso doloroso, pasiones vibrantes y hondas, caracteres bien
impresos y crítica acerba; y en el fondo de todo, mucha amargura, mucha verdad
y mucha visión de vida y de miserias sociales.
Es discutible que el
problema sea un problema de nuestra realidad cotidiana. El caso de La mala fama es tal vez un caso más
imaginativo que frecuente y cierto, pero no por eso menos bien observado.
El autor nos lleva a un hogar pobre y honrado, en el cual una
madre defiende una tradición de honestidad y de virtud. Dos de sus hijas son
novias de dos mozos pobres, de su condición y de su clase. Otra vive ilusionada
por el amor de un joven elegante y rico. La madre posee la acerba enseñanza de
la experiencia y defiende su hogar. No participa del engaño de su hija y siente
el peligro. También ella, cuando fue joven y hermosa tuvo la seducción de un
amor igual. Y este amor doloroso fue su pecado, el pecado del cual la
redimieron sus naturales orientaciones hacia el bien. Como otrora la madre, la
hija así asediada -Laura- peca también y deja su hogar. Pero en ella la
reacción no se produce y por el contrario goza con el halago de una nueva vida,
suntuosa, alegre y fascinadora. Con el amante de Laura, llegaron al hogar de la
comedia dos hombres, como él jóvenes, elegantes y ricos. Y cuando Laura sigue a
su seductor, la maledicencia rodea y acecha a las hermanas inocentes. La mala
fama las asedia y las encierra. A una de ellas amenaza quitarle el amor del
novio bueno y pobre que se siente opreso por los consejos de su familia. Y
cuando en la casa todo es dolor y tristeza, llega a sus umbrales la pecadora,
que tiende los brazos a la madre y a las hermanas abandonadas. Después de una
escena amarga, en que se acentúa el distanciamiento y la separación, hay un
instante en que la reconciliación parece aparecer. La familia forma un grupo amoroso
y afligido. Suena entonces la bocina del automóvil que espera. Laura siente que
este grito de la bocina es un requerimiento de la existencia placentera y
amable que a ella la cautiva. Y parte. Su sed de vida la vence y puede más que
la debilidad transitoria de un enternecimiento.
La obra es valiente. El final es amargo, es doloroso. No hay esa transacción servil de una amable y convencional escena de felicidad y de reconstrucción de cuanto la vida derribó. El mayor acierto está acaso en la verdad triste en que culmina el episodio” (Mariátegui 1991 III : 217-219)
Los niños faites
En 1917 nació su hijo Julio Baudouin Laos, quien con el tiempo llegó a ser un conocido y prolífico escritor[3]. El 28 de mayo de 1918 fue estrenada con bastante éxito la obra Los niños faites, sainete lírico con música de Reynaldo La Rosa, por la compañía de zarzuelas de Manolo Montero Fernández:
Los niños faites, celebró sus primeras cincuenta representaciones en el teatro Mazzi por la compañía Manuel Alcón, quien la representó durante ese tiempo y organizó con este motivo un festival en honor a sus autores. Días después de su estreno en el Municipal Los niños faites se representaba en el Mazzi siendo la primera vez que una obra nacional ocupaba el cartel de dos teatros, perdurando en ellos por muchas noches consecutivas. (Variedades Nº 515. En: Borras 2009:37)
En Los niños faites
aparecieron, según consignó un comentario de la revista Sudamérica: el italiano pulpero que hablaba una mezcla de italiano,
español y criollo, estaba enterado de la vida íntima de los vecinos y, con
burla de la ley, hacía ingresar al parroquiano a la trastienda o detrás del-
mostrador para venderle una copa de pisco; el risible celador de la esquina;
los niños faites, terror del barrio, que constituían la "tira" y no
consentían que ningún extraño enamorase a las muchachas de esa zona; el vejete
que, cuando se embriagaba, poníase a recordar la época de los Gutiérrez y la
rebelión gloriosa de 1895 y el peluquero japonés sólo desde hacía muy pocos
años incorporado a la vida limeña. La música de Los niños faites fue del maestro Reynaldo La Rosa.
(Basadre 1970 XVI: 191)
Más allá de las vicisitudes y popularidad alcanzada por El Cóndor Pasa… los críticos de la época consideraron como obra cumbre de Baudouin Sueño de Opio o El peligro asiático. Por ejemplo, Juan Mansilla Flores escribió:
Pero donde se nos reveló con más intensidad,
a nuestro juicio, fue en su obra maestra Sueño
de Opio o El peligro asiático
donde nos pintó en vivísimos colores un prólogo que es una sentencia para todos
nosotros y que es toda una profecía -El Perú del futuro-completamente entregado
al asiaticismo. Se estrenó en el Colón.
(La Crónica 23.04.1925)
Otras obras que he podido identificar de Julio Baudouin son: La Corte del Sol, El café de los Apaches, sus dos novelas inéditas El diablo ciego y Cara de cobre, y el drama en tres actos escrito en colaboración con el periodista argentino N. Brunner y El dragón de oro. Los únicos libretos de sus obras dramáticas que se publicaron fueron los de El Cóndor Pasa… (1913) y Los niños faites (1918), ambos publicados en Lima por la editorial Lecaros. José Varallanos (1988) reprodujo en su libro una versión mecanografiada del libreto de El Cóndor Pasa... muy cercana al original, la cual le fue proporcionada por Rodolfo Barbacci[4]. Ernesto Toledo (2011) reprodujo esa misma versión y realizó un amplio análisis del libreto en base a dicha copia. Lamentablemente, las diferencias entre esa versión y la original invalidan, al menos en parte, el análisis de Toledo[5].
Última página de El Cóndor Pasa… impresa por la editorial Lecaros en 1913 |
El 24 de agosto de 1918 el Nº 547 de la revista Variedades publicó una foto en cuya leyenda se hace referencia a una cena de agasajo ofrecida por algunos partidarios del género chico en el teatro nacional a Julio de la Paz, César Falcón, Carlos Guzmán y Vera, Pepe Ruete García, Ángel Origgi Galli y otros. En la foto se puede apreciar que también estuvo presente José Carlos Mariátegui.
"Variedades" 24 de agosto de 1914 |
Poco después Baudouin retornó a la Argentina en donde continuó su carrera periodística con mucho éxito, escribiendo para La Nación y para la revista Atlántida. Viajó a Europa en 1922, para realizar entrevistas y reportajes para Atlántida y que se reprodujeron en la limeña Variedades. Retornó a Buenos Aires, donde falleció súbitamente el 17 de abril de 1925, después de asistir a un match de box entre Alberto Icochea (peruano), y Orlando Reverberi (italiano).
Ese mismo día llegó a El Comercio un cable enviado por el periodista peruano Jorge Adrianzén Díaz, que fue publicado en la edición de la tarde:
Ha muerto Julio de
la Paz
Sentidas necrologías de los diarios argentinos
Buenos Aires 17 de abril -El Comercio-Lima.- A la una y treinta
minutos de la mañana de hoy falleció, repentinamente, el periodista peruano
señor Julio de la Paz.
Anoche asistió conmigo al match de box entre
Icochea y Reverberi, habiéndonos separado al finalizar el espectáculo.
Me ha contado la viuda Estrella Corrales de
Paz, que su esposo llegó a la casa a la una y veinte minutos, se acostó y pidió
que le frotara la espalda con alcohol. En los momentos que lo hacía, Julio se
incorporó y al hacerlo se desplomó en el lecho, falleciendo instantáneamente.
Se presume que Julio, tomó alimentos que lo
envenenaron.
La asistencia pública retiró el cadáver y lo
condujo a la morgue, para hacerle la autopsia.
El sepelio se realizará mañana.
Los diarios le dedican sentidos artículos
necrológicos, ilustrados con su retrato.
Entre los elementos de la colonia peruana, la
muerte repentina y prematura del distinguido periodista, dramaturgo y crítico
teatral, ha producido gran sentimiento.
Jorge Adrianzén Díaz
(Variedades, 25.06.1925) |
El Comercio del día siguiente (18 de abril), publicó una nota que finalizaba diciendo que Julio Baudouin dejaba en Lima a su anciana madre y a una hermana, a quienes él sostenía.
El siguiente perfil publicado con motivo de la proximidad del estreno de El Cóndor Pasa… puede cerrar el esbozo biográfico de nuestro personaje:
¿Quién es Julio de la Paz? El secretario de redacción del diario La Nación, literato peruano. Hace nueve
años cuando apenas era un niño, se marchó a la Argentina, confiando sólo en su
espíritu grande y vigoroso. Ocho años estuvo allí. En ese lapso, estudio, hizo
labor vasta y meritoria y triunfó en la iniciación. Ya formado, sale de Buenos
aires en misión periodística por los países de América. En su gira llega a sus
lares, y el cariño materno y solicitaciones ventajosas lo establecen nuevamente
entre los suyos.
Durante su ausencia, de la Paz no ha perdido el cariño al terruño,
ni la visión dolorosa de sus miserias, así como el recuerdo de sus costumbres
pintorescas. De vuelta, observa de cerca
la vida que imaginaba a través de la distancia y, ebria el alma de sinceridad,
modula cuentos y crónicas primorosas, llenas de vida y palpitantes de emoción.
La menguada condición social en que sucumben nuestros aborígenes
bajo la explotadora voracidad de los amos extranjeros, le arranca páginas en
las que, veladas por la prosa sencilla y elegante, se estampa, a manera de
protesta valiente, la figuración descarnada de las exacciones que se cometen en
las profundidades tenebrosas de las minas.
Entregado a la agitada labor del diario, aún tiene tiempo para
mirar con detención la vida de esos desgraciados, y forja, en compañía de otro
espíritu selecto y genial: Daniel Alomías (sic.)
Robles, un boceto dramático El Cóndor
pasa.
(La Unión 04.12.1913, p.4).
[1]
Comunicación personal, Lima, 09.11.2013
[2] Pedro
Paz Soldán fue hijo de hijo de Pedro Paz Soldán y Unanue, el popular Juan de Arona, quien en 1892 trató de ridiculizar
a Clorinda Matto de Turner a través de
una serie de cartas ficticias firmadas por El sobreno de so tía, que publicó en El Chispazo en 1892 (Denegri 2004 : 217).
[3] En la solapa de la carátula de una de sus obras, se reproducen unas palabras de la poetisa cubana Marta Vignier (1922-1973): El profesor Julio Baudouin es hijo de Julio de la Paz –autor de ‘El Cóndor Pasa’ y ‘Las Tapadas’– que tuvo destacada actuación en la Argentina y en su última gira por Europa. / Julio Baudouin sigue la huella de su señor padre que le dejó la herencia más preciada, el pensamiento (Baudouin Laos 1947).
[4] Barbacci entrevistó a Alomía Robles en marzo de 1940 para
escribir una reseña biográfica en su Revista
Musical Peruana.
[5] Véase el
acápite Un cóndor para Yapac (Toledo
2011 : 144-147)
excelente!!!
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