Lo que se pesca
El 18 agosto de 1914 se anunció el estreno de otra obra de Baudouin: Lo que
se pesca, estreno que se realizó en el Teatro Municipal
del Callao por la compañía del
aplaudido Paco Ares:
Para mañana miércoles la compañía de verso de Paco Ares que trabaja con éxito superabundante en el Municipal del Callao, a juzgar por los lleno que se repiten, anuncia el estreno de una nueva obra de Julio de la Paz, el aplaudido autor de El Cóndor Pasa y La Cosecha. La nueva producción de Baudouin se titula Lo que se pesca y consta de dos actos. La obra es un cuadro de costumbres nacionales en la que una vez más la observación de nuestros jóvenes autores sacan del medio nacional los inagotables y con vírgenes recursos que ofrece para la escena.
Lo que se pesca se ensaya cuidadosamente y todo hace augurar para mañana una noche de amable éxito. (La Crónica 18.08.1914, p.6).
El estreno fue
diferido debido a que el decorado no fue entregado por la empresa en la oportunidad
debida (La Crónica, 22.08.1914,
p.30).
Su majestad el billeteEn 1915 Baudouin escribió Su
majestad el billete, en colaboración con Origi Galli. Continuó su
producción teatral con Las Tapadas,
escrita con José Carlos Mariátegui, con música de Reynaldo la Rosa, estrenada el 12 de enero de 1916 en el Teatro
Colón. Esta obra no tuvo éxito; Alfredo González Prada, hijo de Manuel,
escribió una crítica bastante dura en la revista Colónida. A Las Tapadas siguió
La mala fama, estrenada también en ese mismo teatro el 23 de
junio del mismo año. José Carlos Mariátegui escribió un largo comentario en La Prensa:
DE
TEATROS
En
el Colón
La mala fama
Anoche estrenó la compañía de Paco Ares, ante público numeroso, la
comedia en dos actos de Julio de la Paz La
mala fama.
La entusiasta labor que en la literatura dramática ha hecho Julio
de la Paz, ha encontrado siempre en el público favorable acogida. Desde que
estrenó El Cóndor pasa… que en un
medio como el nuestro, tan estéril en este género de manifestaciones artísticas,
tuvo el éxito que merecía, todas sus obras han encontrado aplauso, aun aquellas
en que el autor se apartaba de la ruta de su sinceridad literaria y transigía
abiertamente con la vulgaridad del teatro ínfimo.
Un esfuerzo tan perseverante, continuo y modesto, un espíritu tan
estudioso y tenaz y una obra tan noblemente orientada, han sido sin duda
títulos bastantes para formar una reputación de autor, que tiene por supuesto
los atributos propios de un arte en gestación como el de nuestro teatro nacional.
La
mala fama es una comedia que
tiene el mérito indiscutible de ser una obra seria. Su asunto es hondo,
emocionante y está generalmente tratado con inteligencia. Hay un conflicto
intenso, un proceso doloroso, pasiones vibrantes y hondas, caracteres bien
impresos y crítica acerba; y en el fondo de todo, mucha amargura, mucha verdad
y mucha visión de vida y de miserias sociales.
Es discutible que el
problema sea un problema de nuestra realidad cotidiana. El caso de La mala fama es tal vez un caso más
imaginativo que frecuente y cierto, pero no por eso menos bien observado.
El autor nos lleva a un hogar pobre y honrado, en el cual una
madre defiende una tradición de honestidad y de virtud. Dos de sus hijas son
novias de dos mozos pobres, de su condición y de su clase. Otra vive ilusionada
por el amor de un joven elegante y rico. La madre posee la acerba enseñanza de
la experiencia y defiende su hogar. No participa del engaño de su hija y siente
el peligro. También ella, cuando fue joven y hermosa tuvo la seducción de un
amor igual. Y este amor doloroso fue su pecado, el pecado del cual la
redimieron sus naturales orientaciones hacia el bien. Como otrora la madre, la
hija así asediada -Laura- peca también y deja su hogar. Pero en ella la
reacción no se produce y por el contrario goza con el halago de una nueva vida,
suntuosa, alegre y fascinadora. Con el amante de Laura, llegaron al hogar de la
comedia dos hombres, como él jóvenes, elegantes y ricos. Y cuando Laura sigue a
su seductor, la maledicencia rodea y acecha a las hermanas inocentes. La mala
fama las asedia y las encierra. A una de ellas amenaza quitarle el amor del
novio bueno y pobre que se siente opreso por los consejos de su familia. Y
cuando en la casa todo es dolor y tristeza, llega a sus umbrales la pecadora,
que tiende los brazos a la madre y a las hermanas abandonadas. Después de una
escena amarga, en que se acentúa el distanciamiento y la separación, hay un
instante en que la reconciliación parece aparecer. La familia forma un grupo amoroso
y afligido. Suena entonces la bocina del automóvil que espera. Laura siente que
este grito de la bocina es un requerimiento de la existencia placentera y
amable que a ella la cautiva. Y parte. Su sed de vida la vence y puede más que
la debilidad transitoria de un enternecimiento.
La obra es valiente. El
final es amargo, es doloroso. No hay esa transacción servil de una amable y
convencional escena de felicidad y de reconstrucción de cuanto la vida derribó.
El mayor acierto está acaso en la verdad triste en que culmina el episodio” (Mariátegui
1991 III : 217-219)
Los niños faites
En 1917 nació su hijo
Julio Baudouin Laos, quien con el tiempo llegó a ser un conocido y prolífico
escritor. El 28 de mayo de
1918 fue estrenada con bastante
éxito la obra Los niños faites, sainete lírico con música de Reynaldo La Rosa, por la compañía de zarzuelas de Manolo Montero Fernández:
Los niños faites, celebró sus primeras cincuenta representaciones en el teatro
Mazzi por la compañía Manuel Alcón, quien la representó durante ese tiempo y
organizó con este motivo un festival en honor a sus autores. Días después de su
estreno en el Municipal Los niños faites
se representaba en el Mazzi siendo la primera vez que una obra nacional ocupaba
el cartel de dos teatros, perdurando en ellos por muchas noches consecutivas. (Variedades Nº 515. En: Borras 2009:37)
En Los niños faites
aparecieron, según consignó un comentario de la revista Sudamérica: el italiano pulpero que hablaba una mezcla de italiano,
español y criollo, estaba enterado de la vida íntima de los vecinos y, con
burla de la ley, hacía ingresar al parroquiano a la trastienda o detrás del-
mostrador para venderle una copa de pisco; el risible celador de la esquina;
los niños faites, terror del barrio, que constituían la "tira" y no
consentían que ningún extraño enamorase a las muchachas de esa zona; el vejete
que, cuando se embriagaba, poníase a recordar la época de los Gutiérrez y la
rebelión gloriosa de 1895 y el peluquero japonés sólo desde hacía muy pocos
años incorporado a la vida limeña. La música de Los niños faites fue del maestro Reynaldo La Rosa.
(Basadre 1970 XVI:
191)
Más allá de las vicisitudes y
popularidad alcanzada por El Cóndor Pasa…
los críticos de la época consideraron como
obra cumbre de Baudouin Sueño de Opio o El peligro asiático. Por ejemplo, Juan Mansilla Flores
escribió:
Pero donde se nos reveló con más intensidad,
a nuestro juicio, fue en su obra maestra Sueño
de Opio o El peligro asiático
donde nos pintó en vivísimos colores un prólogo que es una sentencia para todos
nosotros y que es toda una profecía -El Perú del futuro-completamente entregado
al asiaticismo. Se estrenó en el Colón.
(La
Crónica 23.04.1925)
Otras obras que he podido
identificar de Julio Baudouin son: La
Corte del Sol, El café de los Apaches,
sus dos novelas inéditas El diablo ciego
y Cara de cobre, y el drama en tres
actos escrito en colaboración con el periodista argentino N. Brunner y El dragón de oro. Los únicos libretos de
sus obras dramáticas que se publicaron fueron los de El Cóndor Pasa… (1913) y Los
niños faites (1918), ambos publicados en Lima por la editorial Lecaros. José Varallanos (1988) reprodujo en su
libro una versión mecanografiada del libreto de El Cóndor Pasa... muy cercana al original, la cual
le fue proporcionada por Rodolfo Barbacci. Ernesto Toledo (2011) reprodujo esa misma versión y realizó un amplio
análisis del libreto en base a dicha copia. Lamentablemente, las diferencias
entre esa versión y la original invalidan, al menos en parte, el análisis de Toledo.
|
Última página de El Cóndor Pasa… impresa por la editorial Lecaros en 1913 |
El 24 de agosto de 1918 el Nº 547 de la revista Variedades publicó una foto en cuya leyenda se hace referencia a
una cena de agasajo ofrecida por algunos partidarios
del género chico en el teatro nacional a Julio de la Paz, César Falcón,
Carlos Guzmán y Vera, Pepe Ruete García, Ángel Origgi Galli y otros. En la foto
se puede apreciar que también estuvo
presente José Carlos Mariátegui.
|
"Variedades" 24 de agosto de 1914
|
Poco después Baudouin retornó a la Argentina en donde continuó su carrera periodística con mucho éxito, escribiendo para La Nación y para la revista Atlántida. Viajó a Europa en 1922, para realizar entrevistas y reportajes para Atlántida y que se reprodujeron en la limeña Variedades. Retornó a Buenos Aires, donde falleció súbitamente el 17 de abril de 1925, después de asistir a un match de box entre Alberto Icochea (peruano), y Orlando Reverberi (italiano).
Ese mismo día llegó a El
Comercio un cable enviado por el periodista peruano Jorge Adrianzén Díaz,
que fue publicado en la edición de la tarde:
Ha muerto Julio de
la Paz
Sentidas necrologías de los diarios argentinos
Buenos Aires 17 de abril -El Comercio-Lima.- A la una y treinta
minutos de la mañana de hoy falleció, repentinamente, el periodista peruano
señor Julio de la Paz.
Anoche asistió conmigo al match de box entre
Icochea y Reverberi, habiéndonos separado al finalizar el espectáculo.
Me ha contado la viuda Estrella Corrales de
Paz, que su esposo llegó a la casa a la una y veinte minutos, se acostó y pidió
que le frotara la espalda con alcohol. En los momentos que lo hacía, Julio se
incorporó y al hacerlo se desplomó en el lecho, falleciendo instantáneamente.
Se presume que Julio, tomó alimentos que lo
envenenaron.
La asistencia pública retiró el cadáver y lo
condujo a la morgue, para hacerle la autopsia.
El sepelio se realizará mañana.
Los diarios le dedican sentidos artículos
necrológicos, ilustrados con su retrato.
Entre los elementos de la colonia peruana, la
muerte repentina y prematura del distinguido periodista, dramaturgo y crítico
teatral, ha producido gran sentimiento.
Jorge Adrianzén Díaz
|
(Variedades, 25.06.1925) |
El
Comercio del día siguiente (18 de abril), publicó una nota que finalizaba
diciendo que Julio Baudouin dejaba en Lima a su anciana madre y a una hermana,
a quienes él sostenía.
El
siguiente perfil publicado con motivo de la proximidad del estreno de El Cóndor Pasa… puede cerrar el esbozo
biográfico de nuestro personaje:
¿Quién es Julio de la Paz? El secretario de redacción del diario La Nación, literato peruano. Hace nueve
años cuando apenas era un niño, se marchó a la Argentina, confiando sólo en su
espíritu grande y vigoroso. Ocho años estuvo allí. En ese lapso, estudio, hizo
labor vasta y meritoria y triunfó en la iniciación. Ya formado, sale de Buenos
aires en misión periodística por los países de América. En su gira llega a sus
lares, y el cariño materno y solicitaciones ventajosas lo establecen nuevamente
entre los suyos.
Durante su ausencia, de la Paz no ha perdido el cariño al terruño,
ni la visión dolorosa de sus miserias, así como el recuerdo de sus costumbres
pintorescas. De vuelta, observa de cerca
la vida que imaginaba a través de la distancia y, ebria el alma de sinceridad,
modula cuentos y crónicas primorosas, llenas de vida y palpitantes de emoción.
La menguada condición social en que sucumben nuestros aborígenes
bajo la explotadora voracidad de los amos extranjeros, le arranca páginas en
las que, veladas por la prosa sencilla y elegante, se estampa, a manera de
protesta valiente, la figuración descarnada de las exacciones que se cometen en
las profundidades tenebrosas de las minas.
Entregado a la agitada labor del diario, aún tiene tiempo para
mirar con detención la vida de esos desgraciados, y forja, en compañía de otro
espíritu selecto y genial: Daniel Alomías (sic.)
Robles, un boceto dramático El Cóndor
pasa.
(La Unión 04.12.1913, p.4).
En la solapa de la carátula de una
de sus obras, se reproducen unas palabras de la poetisa cubana Marta Vignier
(1922-1973): El profesor Julio Baudouin es hijo de Julio de la Paz –autor de ‘El
Cóndor Pasa’ y ‘Las Tapadas’– que tuvo destacada actuación en la Argentina y en
su última gira por Europa. / Julio
Baudouin sigue la huella de su señor padre que le dejó la herencia más
preciada, el pensamiento (Baudouin Laos 1947).