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Licenciado en Educación - Historia por la UNMSM y diplomado en Estudios Musicológicos Peruanos por el Conservatorio Nacional de Música. Estudios de Musicología en el Conservatorio y en la Universidad de Ginebra. Publicaciones: - El Misterio del Cóndor - Método de Guitarra Andina Peruana - Diversos artículos en revistas y periódicos. Conferencia Magistral sobre El Cóndor Pasa… en el VI Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero. Georgetown University (ATP) Y diversas conferencias en el país. Actualmente está enfocado en investigar la historia de la música popular en la ciudad de Lima.
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jueves, 22 de noviembre de 2018

EDITH PIAF Y EL VALS CRIOLLO




    El 30 de diciembre de 1958, en la revista “Caretas” se publicó un artículo que hacía referencia al vals “La Foule” grabado en discos  por Edith Piaf “el gorrión de París”. El redactor de la nota destaca que ese vals que era presentado como “valse péruvienne” (vals peruano).





            La versión de Edith Piaf puede escucharse en este enlace:

 https://www.youtube.com/watch?v=6PX1OPPp8fc

Acá muestro imágenes de la partitura de ese vals. Se lee “valse peruvienne” y se señala  a Ángel Cabral como compositor de la música:




Víctor Hurtado Riofrio encontró que Ángel Cabral fue un guitarrista y compositor argentino nacido en 1911 en Buenos Aires y cuyo verdadero nombre fue Ángel Amato. Él compuso la música vals “Que nadie sepa mi sufrir”, la letra fue obra de Enrique Dizeo también argentino.

         “Que nadie sepa mi sufrir” fue grabado para el sello Odeón por la Orquesta de Alfredo De Angelis que tenía como cantante a Carlos Dante. (Disco: 55878-B Matriz:19302. Fecha: 18/12/1953). Puede escucharse en este enlace:


          Si los compositores fueron argentinos ¿Por qué pusieron “vals peruano” y/o “Tiempo de Valse peruvienne”? La respuesta —como la adelanté en 1999 en un escrito titulado “Mecanismos armónico-melódicos del vals peruano”— está en la configuración rítmica usada en la introducción de la canción, tanto de la grabación de 1953 como en la interpretación de Edith Piaf:

1.- “Que nadie sepa mi sufrir” – Introducción:

2.- “La foule” - Introducción:

    Lo que resalta es que ambas introducciones poseen un “ostinato rítmico” formado por negra corchea en el primer caso:



 y corchea negra en el segundo:
      El resultado —en ambos casos— es que se crea una sincopa en el compás de 3/4. Esta figuración rítmica  es peculiar al vals criollo peruano. No existen en los valses peruanos del siglo XIX ni en otro tipo de valses. 

       Por eso para darle el sabor peruano, el compositor y el arreglista utilizaron esas figuras rítmicas.

Finalmente trascribo el artículo de CARETAS

EDITH PIAF Y EL VALS CRIOLLO

En: CARETAS 30 de diciembre de 1958 -20 de enero de 1959

                Un valse peruano, posiblemente inspirado en la veta inmortal de Pinglo, está haciendo furor en París. Los triunfos internacionales de nuestra música popular son tan frecuentes que tal noticia no debe llamarnos la atención. Pero, hay que admitir que la grata nueva tiene sus particularidades.
                Desde hace mucho tiempo, el Music Hall Olympia es el templo donde lucen las diosas de la canción bella y ligera. Visitar a la Ciudad Luz, por eso, es acudir allí para embriagarse en la melodía y aplaudir, una vez más, a Edith Piaf, aquella diva de lo popular para quien, ya en la cincuentena, no llega el crepúsculo.
                Pues bien, esta temporada, Edith apareció ante su público y volvió a triunfar con un repertorio heterogéneo y especialmente con una novedad: un valse quimboso, bonito e importado. No son raras estas incursiones de la genial cantante, y precisamente la variedad es uno de los factores que contribuye a inmortalizarla ante un gran público que la aplaude en la Ciudad Luz, en Nueva York o en cualquier otra urbe mundial. Pero, aquella noche, si cabe el término, el éxito fue mayor, y también distinto el sabor de la melodía. Cuando finalizó la fiesta, porque eso fue, uno de los concurrentes se acercó a la correcta estrella y le hizo algunas preguntas. Una de ellas acerca del origen de aquel valse. Edith, con una sonrisa en los labios, dijo: "Es un valse peruano". Y agregó: "Está inspirado en una pieza de Felipe Pinglo...".                  
                Hay que imaginar la alegría del concurrente al Olimpia, si además de aficionado era nacido aquí, a orillas del Rímac. Siguió inquiriendo sobre el simpático motivo, y supo entre otras cosas, que la canción de moda esta temporada gustaba mucho a la intérprete y a los parisienses. Una explicación acotó la estrella: “Solamente le hemos cambiado letra...".
                CARETAS escuchó la triunfal composición y seguramente muchos de sus lectores comparten esta satisfacción, puesto que ella está corriendo por el mundo entero en un long play. En la voz un poco madura de Edith, la pícara interpretación adquiere más brillo; es, sin exageración, un poco más linda. Figura corno su autor A. Cabral. Sobre este verso ha surgido el arreglo exitoso de la Piaf. Varios nombres se mezclan en este torneo, en el cual, y de todos modos, sale ganando nuestra música que ya con mucha frecuencia va por los caminos de la tierra, segura y hermosa y con rubricas famosas: Pinglo, Chabuca Granda, Alicia Maguiña, Márquez Talledo, y muchos más.
                La Piaf es sinónimo de buen gusto y de fama internacional. Si ella seleccionó y puso unas galas en la producción oriunda del Perú, evidentemente es por algo. La advirtió con elegancia y solicitud el diablillo de la inspiración. De no ocurrir así, el valse jamás habría triunfado en el Olimpia juntamente con la ilustre artista. Si algunas personas dudan de la aseveración habrá que contarles lo ocurrido con "El Acordeonista". Su autor dice que llevó la composición, escrita especialmente para ella, a las 7 de la noche, y que, al volver a las 4 de la madrugada siguiente, la encontró cantando por vigésima vez esa melodía, más tarde transformada en una de sus grandes creaciones. Todo esto sucedió en 1940.
Acaso, para precisar un poco más el tamaño del acontecimiento del Olimpia, haga falta hablar un poco de la intérprete, de su calidad, de su persona.
La Piaf, que es hija de saltimbanquis, vio la primera luz en Argel, y hace rato pasó los maravillosos 30 años de que hablaba Balzac; como su amigo y admirador Chevalier, ella es una vieja muy joven. En Casablanca las gentes hace mucho que la conocen. Algunos veteranos la vieron en las aceras y la oyeron cantar desde que vivía su abuelita, artista también. En esa época una tragedia envolvió su vida, estuvo a punto de quedar ciega. Luego, hubo de sobrellevar otra; como las canciones callejeras no producían lo suficiente para vivir, Edith fue mariposa de la noche, compañera de solitarios y aburridos. Estos la pagaban también por cantar.
Edith, según sus numerosos biógrafos, empezó a cantar en 1935. Las gentes en París y cien ciudades recuerdan sus entradas triunfales y la tempestad de ovaciones que arrancaba "Mon Légionnaire", un aire sentimental sobre la existencia de aquellos ex-hombres, con los cuales la vida, la novela de aventura y el cine ha hecho tantísimo. La taquilla fue fiel con la artista y sus triunfos se convirtieron en corrientes.
De la acera dio un salto formidable, hacia ciertas salas importantes, y después a Paris. Después de la muerte de Marcel Cerdan, campeón de box, y vencedor del corazón de Edith, ella se dedicó a coleccionar cantantes, explican sus desenfadados "estudiosos". En realidad, ella que sabe cantar, los seleccionaba.
Muchos son los hits de la estrella de luz inextinguible. Así "El gran viaje del pobre negro", "El pequeño señor triste", "Ella frecuenta la calle Pigalle", y otros. Enumerarlos sería señalar hitos de una carrera casi sin imitadores. Al lado de Patachou, Juliette Greco, y muchas otras, se alza particular e inconfundible, es Edith Piaf.  
Sobre sus costumbres algunas revistas suelen escribir con desenfado. Aseguran que presenta en el Olimpia en cada temporada un cantante apuesto, y a quien da su visto bueno a cambio de ciertos favores. Pero en París estas cosas no se recuerdan, en cambio sí que, con Chevalier, Edith es, en el género, lo más grande que tiene Francia.
El valse "péruvien" se llama "El Gentío" (La Foule). Y, como repetimos, es tan lindo, que luego de que la Piaf lo arregló y puso en su repertorio internacional, ha gustado y sigue siendo el preferido de un público exigente y conocedor.
LA MUCHEDUMBRE
Vuelvo a ver la vida en fiesta y en delirio,
sofocante bajo el sol, bajo la luz.
Esperando, en la música, las risas,
que estallan y rebotan junto a mí.
Y perdida entre esa gente, que me aprieta,
aturdida, solitaria, quedo allí
y de pronto me doy vuelta, él se da vuelta,
y me quedo entre sus brazos enlazada

Llevada por la gente, que nos deja
y nos regresa,
apretados uno al otro,
no formamos sino un cuerpo.
Y el impulso sin esfuerzo nos empuja encadenados
Y nos deja agotados, enervados y felices...

Y envueltos por la gente
que se lanza y que danza
una loca farándula,
nuestras dos manos unidas
al igual que nuestros cuerpos
que se caen o se evaden,
agotados, enervados y felices...

viernes, 26 de octubre de 2018

Carlos Alberto Condemarín Vásquez y el vals "Hermelinda"

Carlos Alberto Condemarín Vásquez y el vals "Hermelinda"


 En las primeras grabaciones del vals “Hermelinda” (sellos ODEÓN, DION y SONO RADIO), vals cuya letra comienza con: “Escucha amada mía la voz de mis cantares”, se menciona a Felipe Pinglo como autor y compositor. de ese vals.





(Fotos de la colección discográfica de Darío Mejía)


    Lo mismo sucedió en la partitura publicada por la editorial“LAUREANO MARTINEZ”, probablemente en la segunda mitad de la década de 1940.




                En un artículo publicado en “La Crónica”, 14 de septiembre de 1952, Carlos Alberto Condemarín Vásquez rectifica algunos de los errores más repetidos  sobre este vals, afirmando que él y no Felipe Pinglo, “al que los profanos dan la paternidad”,  es el compositor de ese vals.



Carlos Alberto Condemarín  (que aparece en el titular como "Felipe") afirma también que  compuso "Hermelinda" en 1921, inspirado en Hermelinda Blanco “hermosa muchacha de diecisiete años de edad” y no en la esposa de Pinglo como hasta ahora, equivocadamente, se repite.


Reproducimos íntegramente el artículo, señalando que, en ese artículo, Condemarín no dijo que la letra de ese vals no era suya, sino que es parte del poema “Acuérdate de mí” del poeta español Enrique Príncipe y Satorres, publicado en Madrid en 1903. Darío Mejía Sifuentes aclaró esto en su artículo “El origen español del vals peruano Hermelinda”. (Se puede consultar el artículo en: https://eruizf.com/musica/varios/hist_hermelinda.html

Felipe Condemarín afirma que el Vals “Hermelinda” es de él, y no de PingloY añade: la viuda es ajena a estos malos manejos


                Carlos Alberto Condemarín Vásquez, compositor nacional de 54 arios, autor del Celebrado vals "HERMELINDA" que dice: "Escucha amada mía la voz de mis cantares que brotan de mi lira porque sonados son", y al que los profanos dan la paternidad de Felipe Pinglo debido a que éste compuso un vals del mismo nombre dedicado a su esposa, refiriéndose a su sentida composición dice:
                —"El vals Hermelinda lo compuse en el año 1921 a raíz de un gran amor que me inspiró Hermelinda Blanco, hermosa muchacha de diecisiete años de edad, que moraba en el callejón en que vivo. Varios días después de crearlo lo hice conocer en la bodega de los hermanos Queirolo, lugar donde nos reuníamos los muchachos de Los Naranjos para celebrar nuestros triunfos criollos. Luego mi vals fue cantado por otras barriadas; pero se hizo muy popular cuando lo grabaron los Morochucos, a pesar de no conocerlos personalmente".
                Carlos Alberto Condemarín fue amigo íntimo de nuestro malogrado compositor Felipe Pinglo Alva. Ambos llevaron una intensa vida de bohemios, de callejón a callejón, de barrio a barrio, hicieron conocer juntos las pie-zas brotadas de sus almas bajo la inspiración de una morocha coqueta o de una "blanquita" pretenciosa. Una amistad comenzada en 1917 que terminó a la muerte de Pinglo, en 1936. Inició su vida de compositor en 1917 con el vals titulado "Mi Linda Rosa" cuna letra pertenecía a Augusto Rojas Fernandini, debido a que ambos estaban enamorados de Rosa María Huby, el primero, y de Rosa Elvira Ávila, el segundo. Condemarín pasó su infancia embriagado por el ritmo sensual de las jaranas de los callejones El vals lo ganó y comenzó a canturrear incipientes compases que con el tiempo plasmó en sus celebradas piezas, en especial HERMELINDA.

PINGLO – CONDEMARÍN
                Sobre su vida bohemia al lado de Pinglo, añade: "Todos los 1ºde Mayo nos reuníamos los criollos en la casa de la Familia Aibar, del jirón Huari, para festejar el cumpleaños de uno de los miembros de la familia. En esta casa estrenábamos nuestras piezas. Pinglo y yo, días antes del cumpleaños componíamos nuestros valses. Y después, cuando, por lo menos, ya se habían dado unas quince serenatas, llegábamos nosotros y tocábamos lo nuestro, siempre era algo nuevo, para sobresalir. En esta casa se ponían en boga nuestras canciones. La casa era visitada por los compositores Manuel Cobarrubias, los hermanos Ascues, Acevedo. Noé, Pedro Castillo, Pedro Lavalle, Samuel Joya Neri y otros que mi memoria por la acción del tiempo ha borrado.
                 "Felipe Pinglo cuando componía una nueva pieza criolla se dirigía al barrio de Mercedarlas para divulgarla y los que se encargaban de ella eran el famoso trío compuesto por Samuel Joya, Jorge González y Nicolás Manríquez (sic). Con Pinglo hicimos un dúo, en que él hacía de voz segunda".

PUNTOS CARDINALES DE LA LIMA JARANERA
                Antes los compositores criollos — añade Condemarín — hacíamos música porque nos gustaba y por rivalidad de barrios. Cada zona quería sobresalir sobre las otras y la mejor manera era mejores valses. Los cuatro puntos cardinales de la Lima criolla fueron Malambo, El Camal, 5 Esquinas y La Victoria. Cuando había "candela" los muchachos de algún barrio visitaban a otro para ver quién tenla los mejores cantantes".

PIEZAS EDITADAS
                —¿Cuántas piezas ha editado o grabado
                —Bueno, grabadas tengo cuatro, dos valses y dos polkas. Las polkas son "Celajes de oro", "Dora la gitana", grabadas en el año 1938 por el dúo Monteverde-Acosta y las Hermanas Montenegro. Pero Ud. no comprende cómo se aprovechan los piratas cuando no existen leyes que respeten los derechos del compositor. Dichas grabaciones no me produjeron ni un ápice económico.

SU HERMELINDA GRABADA CON EL NOMBRE DE PINGLO
                "Mis valses grabados son: "MI Rosa Linda" y "Hermelinda". El representante en Lima de los discos Peerles, señor Leoncio Gutiérrez Solís me ha pagado varias liquidaciones con toda honradez, pero hace más o menos dos años que no vienen discos de México. La firma Philco también ha quedado en abonarme las liquidaciones correspondientes. Las otras grabaciones de Hermelinda llevan como autor a Felipe Pinglo careciendo de autorización puesto que la viuda de éste no ha firmado ningún contrato con estas grabadoras que dicen que Hermelinda. No teniendo la señora de Pinglo culpa de estas irregularidades”.
                Finalmente Condemarín nos dice que: El vals Hermelinda me ha producido hasta la fecha la cantidad de CUATROSCIENTOS SOLES ORO, y que el vals “MI linda Rosa” grabada en Chile, la modesta suma de ciento sesenta pesos chilenos.





sábado, 7 de abril de 2018

ADIÓS A LIMA: un yaraví de Abelardo Gamarra "El Tunante"

Hace algún tiempo publiqué un artículo titulado 


en ese artículo figuraban algunas marineras cuya letra fue escrita por don Abelardo Gamarra "El Tunante". En esta ocasión comparto con ustedes la letra de uno de sus yaraviés,  yaraví que fue publicado en el diario "El Nacional" el 6 de abril de 1879




Adiós Lima, adiós hermosa
Cuidad de tantos encantos,
Bendita copia del cielo,
Joya del Perú, paraíso,
Con el llanto de sus ojos
Te dice adiós el soldado,
Que va a buscar un laurel
Para poner en tus manos
Adiós, virgen adorada,
Adiós, adios, ya nos  vamos.

Nos llaman desde Bolivia
Los que son nuestros hermanos,
Que miran entristecidos
Su pabellón enlutado,
Y atravesando los mares,
Playas y  cerros cruzando
Vamos a probar gustosos
Que todavía hay peruanos.
Adiós, virgen adorada,
Adiós, adiós: ya nos vamos.

Tu nombre, nombre bendito,
Sera siempre recordado:
¡Ayl para el alma es tan dulce
El nombre de lo que amamos,
Y tan solo te pedimos
Que no olvides al soldado,
Que al despedirse te deja
Su corazón en pedazos.
Adiós, virgen adorada,
Adiós, adiós: ya nos vamos.

Si morimos, en la tumba
No nos dejes olvidados,
Una lagrima siquiera
Te pedimos, como en pago:
Que al regar tus lindos ojos
los sepulcros solitarios
Habrán flores en los templos,
Como flores en los campos.
Adiós, virgen adorada,
Adiós, adiós: ya nos vamos.

Si una palma, una corona,
Arrancasen nuestras manos,
Esa palma será tuya, 
Pobre ofrenda del soldado....
Nuestras madres, nuestros hijos: 
Todo, todo te dejamos;
Que felices si algún día
¡Ay¡ volvemos a abrazarlos.
Adiós, virgen adorada,
Adiós, adiós: ya nos vamos.
.
EL ÚLTIMO HARAVEC.

El aporte de "El Tunante" a la música peruana no ha sido valorado adecuadamente, Se desconocen la mayoría de los artículos que escribió ya sea en "El Nacional", "La integridad" y otras publicaciones, en la medida de nuestras posibilidades los iremos compartiendo.