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Licenciado en Educación - Historia por la UNMSM y diplomado en Estudios Musicológicos Peruanos por el Conservatorio Nacional de Música. Estudios de Musicología en el Conservatorio y en la Universidad de Ginebra. Publicaciones: - El Misterio del Cóndor - Método de Guitarra Andina Peruana - Diversos artículos en revistas y periódicos. Conferencia Magistral sobre El Cóndor Pasa… en el VI Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero. Georgetown University (ATP) Y diversas conferencias en el país. Actualmente está enfocado en investigar la historia de la música popular en la ciudad de Lima.
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viernes, 29 de abril de 2011

ACLARANDO ACLARACIONES: QUIEN FUE AGUSTÍN EDUARDO MONTES RIVAS?

ACLARANDO ACLARACIONES: 

¿QUIEN FUE AGUSTÍN EDUARDO MONTES RIVAS?


Eduardo Montes y César Manrique
"La Crónica" 25 de abril de 1912 

     
    La primera vez que escuché de Montes y Manrique, fue hace casi 40 años. Recién había llegado a Lima y asistí a una fiesta en el Rímac en la casa de un tío que tenía una guitarra y muchos otros instrumentos. Como ya “chapaleaba” la guitarra tuve que acompañar a uno de los invitados que cantaba muy bien los valses, y en un momento de la fiesta cantó ese cuya letra dice:
  “Así es mi Lima criolla,
alegre y jaranera la tierra
tres veces coronada
donde nació la marinera,
que con cajón y repique,
en los barrios del Rímac
de antaño, le dieron colorido
Montes y Manrique,
padres del criollismo”.
           
       Los que conocen ese vals del “Chato” Raygada, saben que después de cantar la parte que dice “Montes y Manrique”, hay que hacer un “obligado” en la guitarra, sin lo cual hay un silencio y el vals se cae. El hecho es que en esa oportunidad no hice el “obligado” y la interpretación se detuvo…  me disculparon porque tenía sólo 16 o 17 años y “me faltaba”.

            Fue de esa manera que en mi mente quedaron grabados los nombres, más correcto es decir los apellidos, de estos míticos cantores. Aprendí que eran “padres del criollismo” pero ni siquiera sabía sus nombres, después supe que eran Eduardo Montes y César Manrique (debo confesar que durante un tiempo no recordaba con precisión quién era el cantante y quién el guitarrista) y tuvieron que pasar más veinte años antes que escuchara por primera vez las grabaciones de este dúo: -“Discos marca Columbia…”.

            Con la aparición del “sonido digital” se hizo posible “limpiar los audios”. Algunos discos de Montes y Manrique y las cintas magnetofónicas que de ellos hicieron y conservan algunos coleccionistas fueron digitalizados y grabados en CDs, que no tardaron en aparecer en el mercado negro: “sólo para coleccionistas”. Algunas de los audios llegaron a “Youtube” y de esa manera la casi totalidad del repertorio está accesible, aunque “sólo para coleccionistas”.

            También fue en Internet  que comenzaron a publicarse artículos relacionados a la música criolla, investigadores acuciosos como Darío Mejía, comenzaron a “colgar” artículos de “filigrana”, donde uno podía enterarse de detalles, nunca antes dados a conocer, de las canciones y de la vida de los intérpretes de la lírica popular. Al mismo tiempo comenzaron a salir a flote las “controversias”, los datos que echaban por tierra viejas creencias.  Algunos se sentían confundidos, se quejaban que ciertas publicaciones en vez de aclarar confundían más, pero ya no había marcha atrás, se había iniciado una nueva etapa en el conocimiento de nuestra música tradicional.

            Pero aún así hay grandes lagunas y una de estas está relacionada con el dúo Montes y Manrique. A pesar de que prácticamente no hay artículo o libro en que no se les mencione, al perecer se desconoce o se evita escribir los apellidos maternos de estos personajes. Y sobre sus fechas de nacimiento y otros datos de su vida, existe una gran confusión. Esto se reavivó hace pocas semanas cuando el reconocido periodista Marco Aurelio Denegri, en su programa televisivo “La función de la palabra” del 23 de marzo de este año comentó la publicación de Montes y Manrique 1911 – 2011 Cien años de música peruana (compilación y textos de Fred Rhoner y Gérard Borras). En la página 8 del librito que acompaña los discos se lee:

“¿Quienes fueron Eduardo Montes y César Augusto Manrique? Eduardo Montes nació el 27 de agosto de 1872 en Barrios Altos. Manrique nació en ese mismo barrio (La Huaquilla) en 1880”.

MAD (Marco Aurelio Denegri), contrapuso a esos datos las fechas que aparecen en el libro Canción Criolla memoria de lo nuestro de Manuel Zanutelli Rosas:
“A Eduardo Montes lo bautizaron en la parroquia de Santa Ana el 10 de julio de 1876 de cuatro meses y tres días. (…) A César Augusto Manrique le pusieron óleo y crisma el 13  de diciembre de 1878, aunque había nacido  el 27 de setiembre de ese año (pp. 69,70)
 Como Zanutelli cita la fuente de donde tomó esos datos (los libros de bautizos que se encuentran en el Archivo Histórico Arzobispal de Lima) y Rhoner-Borras no lo hacen, MAD, le dió la razón a Zanutelli. Pero ya años atrás Darío Mejía había tocado el asunto y analizado la “historia” de estas confusiones. 

El asunto es que en una entrevista que, en 1936, la revista “Cascabel” hace a Montes y Manrique, éstos mencionan que las fechas de sus "santos" eran: el 28 de agosto de Montes (aunque en “Cascabel” está escrito “18 de agosto”, ellos indicaron que era la misma fecha en que se embarcaron para Nueva York. Darío Mejía encontró el anuncio  publicado en “El Comercio”, que prueba que la fecha de embarque fue el 28 de agosto) y, el 25 de setiembre de Manrique.

Entonces cómo se equivocó Zanutelli? El problema es que Zanutelli no sabía el apellido materno de Montes y en el libro de bautizos de la Parroquia de Santa Ana, correspondiente a 1876, efectivamente figura la partida de bautizo de Eduardo Montes Fernández (Zanutelli en su libro escribe Hernández), Zanutelli creyó que se trataba de nuestro famoso cantante.

Darío Mejía en 2008 ya había ubicado, en la “Sociedad de Beneficiencia Pública de Lima”, el certificado de inhumación de los restos de Eduardo Montes Rivas de “64 años”, documento fechado el 1º de abril de 1939. Faltaba ubicar la “verdadera” partida de bautizo. Nos ha tocado esa tarea y así lo hicimos: El 11 de setiembre de 1874, en la Parroquia de San Lázaro (en el Rímac) fue bautizado Agustín Eduardo de 15 días de nacido, hijo legítimo de Manuel Montes, de Yungay y de Jacoba Rivas de Lima.

      
Fuente: Archivo Arzobispal de Lima.

Como en la partida dice de “15 días de nacido” se pensaba que había nacido el 27 de agosto. Pero, como se ha señalado líneas arriba, la fecha exacta debe ser el 28 de agosto y no el 27. Posiblemente contaron mal o le pusieron 31 días a Agosto. Un argumento más: en el santoral católico el 28 de agosto se celebra a San Agustín. En el Perú no es raro tener, en las partidas de nacimiento y documentos de identidad, una fecha diferente a la fecha de su cumpleaños pero nadie celebra su santo en un día diferente al suyo (a excepción de los nacidos el 29 de febrero).

Lamento que, cuando Marco Aurelio Denegri me visitó para escuchar las primeras grabaciones de cajón realizadas en Lima en 1913 (en su programa del 9 de febrero de este año -2011- había citado mi trabajo donde doy a conocer la fecha en que por primera vez se grabó el cajón, pero él no sabía que yo tenía esas grabaciones), aún no tenía estos datos para dárselos a conocer.

Luis Salazar Mejía

domingo, 19 de septiembre de 2010

RAMBO EN LIMA: Las grabaciones de la “Victor” en setiembre de 1913

RAMBO EN LIMA: Las grabaciones de la “Victor” en setiembre de 1913

Luis Salazar M .

     Hace algunos años, mientras esperaba un “pedido” de libros en el local antiguo de la Biblioteca Nacional, en un estante donde había muchos folletos apiñados descuidadamente, descubrí los catálogos de la Victor Talking Machine Company. Los había desde 1911 a 1928. Hojeándolos me percaté que a partir del catálogo de 1914 aparecía una sección denominada “discos dobles grabados para la República del Perú”. Como mi situación económica no me permitía fotocopiarlo todo, saqué fotocopias de esa sección. Fue una buena reacción ya que hace poco quise volver a consultar esos catálogos pero estaban inubicables (espero que no por siempre). La información contenida era sorprendente: grabaciones de canciones y artistas de los que nunca había escuchado hablar y que ya aparecían en el catálogo de 1914. ¿Cómo pudo ser esto, si para esa época sólo se sabía de las grabaciones de Montes y Manrique? Año tras año iba acumulando las piezas de lo que parecía un gran rompecabezas, hasta que este año y con los últimos datos publicados por la "Encyclopedic Discography of Victor Recordings" (EDVR, on-line), casi he terminado de armarlo.

     Desde los primeros años del siglo XX, comenzaron a llegar a Lima los gramófonos, también los discos “Victor” y los cilindros “Edison”, pero ninguno de los discos y cilindros que se ofrecían en los catálogos era de música peruana (salvo dos discos con el Himno Nacional). Siendo la política de las disqueras la creación de repertorios nacionales, el primer paso en ese sentido lo dio la “Columbia Records”, para esto enviaron a Lima a un representante de apellido Hoffai (Eduardo Montes en “Cascabel” Nº 69, 01.02.1936) quien grabó a las Bandas del Primer Regimiento de Artillería, del Regimiento de Gendarmes de Infantería y de la Escuela Militar de Chorrillos y escogió, entre los dúos limeños del momento, a Eduardo Montes y César Augusto Manrique, quienes comenzaron a “impresionar” los tubos de los discos en Lima, “en el popular bazar de Boza, de Flores y Benero” (“Variedades” 17 de febrero de 1912) y luego el 28 de agosto de 1911 se embarcaron en el vapor Urubamba con destino a Nueva York “por cuenta de la casa Holtig y Cía (Basadre 1983, tomo XI, p.259) para –según palabras de Montes– “impresionar doscientas piezas en Estados Unidos, entre tonderos, valses, yaravíes, etc.” (“Cascabel” Nº 69, p. 19). Es probable que haya sido así, pero sólo fueron 91 discos los que salieron a la venta. Los discos llegaron a Lima en cinco series de dieciocho discos, entre febrero y fines de agosto de 1912 (Cinco series de dieciocho disco dan un total de noventa, al parecer un disco –el disco P83 con grabaciones de un triste y un yaraví ecuatorianos– no llegó a Lima). Las primeras series las promocionó la casa “Holtig y Cía” y las dos últimas el “Bazar Pathé”. El éxito de Montes y Manrique fue grande, entre mayo y julio de ese año ofrecieron funciones en el Teatro Olimpo, a teatro lleno.

  Las otras disqueras no se quedaron con los brazos cruzados. El bazar “Pathé” trató de realizar grabaciones con otros artistas. En “La Crónica” se publicó lo siguiente:


El éxito de los artistas peruanos Montes y Manrique, con los discos fonográficos    obtenidos por la Casa Columbia de Estados Unidos, ha movido a los empresarios de la empresa Pathé para contratar a otros cantadores y guitarristas peruanos, que próximamente emprenderán viaje a Paris a echar el resto con su repertorio de tonderos, valses, polkas, mazurkas, tristes y marineras. (…) Los cantantes escogidos son tres mozos de pelo en pecho, capaces de cantar en la punta de una aguja y que destrozan los corazones con sus ayes y sus arrestos. Quienes les han oído declaran que dejarán muy bien puesto el nombre de la patria, y que pronto en Paris, los chicuelos silbarán desde “Ojos negros y hechiceros” hasta el “veintinueve de mayo”. (“La Crónica” 04.07.1912).

     “La Crónica” sólo nos da los apellidos de los cantantes escogidos: Ayllón, Suárez y Ronchi. Es de suponer que el Suarez mencionado es Guillermo Suarez Mandujano. De los otros por el momento no sabemos más, tampoco sabemos los motivos por los que no llegaron a grabar.

    La “Victor” no podía ignorar el mercado peruano y nos envió a Rambo. Nuestro personaje (que nada tiene que ver con el de las películas cinematográficas) era un empleado de la Victor Talking Machine Company: Frank S. Rambo, nacido en Philadelphia el 30 de Junio de 1884 y que en enero de 1913 reemplazó a Henry Hagen como miembro del Staff de grabaciones de la Victor Company. Rambo realizó su primer viaje de grabación a La Habana y como no tenía experiencia en grabaciones fue ayudado por H. O. Sooy. Estuvieron en la isla los meses de marzo y abril de 1913. El 13 de julio de 1913 en compañía de Charles S. Althouse, otro empleado de la compañía, se embarcaron a Lima vía el canal de Panamá para grabar un repertorio peruano. Este fue el primer viaje de grabación realizado por la “Victor” a la costa oeste de América del Sur. (Harry O. Sooy, Memoir of my Career at Victor Talking Machine Company)

     Una vez en Lima, Rambo y Althouse iniciaron sus grabaciones el viernes 5 de setiembre. Algunos detalles todavía no están esclarecidos como por ejemplo, donde instalaron su equipo de grabación y cómo contactaron a los intérpretes. El único dato es una dirección que aparece en una ficha de la EDVR donde está escrito: Carmen Alto 1249 (hoy el jirón Junín de Barrios Altos), que sería la casa en donde vivió Miguel Almenerio, uno de los intérpretes convocados. Las dos primeras grabaciones las realizó el solista de guitarra Alejandro Gómez Morón, quien grabó un huayno y un yaraví. Las siguientes grabaciones de ese día las hicieron las hermanas Gastelú, quienes grabaron cinco valses con el acompañamiento del guitarrista Oscar Andrade.

     El sábado 6, las grabaciones se iniciaron con la “Estudiantina Chalaca”, cuarteto instrumental dirigido por Justo Arredondo, quien tocaba la bandurria, e integrado por Miguel Almenerio (bandurria), Pablo Valenzuela (guitarra) y Vélez (guitarra, sólo figura su apellido). Ese día grabaron tres valses. Después se continuó con la grabación del dúo Almenerio-Vélez, integrado por Manuel Almenerio y el guitarrista Vélez (quien hacía la segunda voz), Oscar Andrade fue el encargado de tocar la guitarra. Grabaron 7 valses, dos polkas y una “canción”.

    Rambo y Althouse, no creían en la mala suerte, así que continuaron grabando el domingo 7. Ese día, las grabaciones estuvieron a cargo de la Estudiantina Chalaca, quienes grabaron un vals, dos polkas, dos marineras un tondero y una marcha.

     El lunes 8 fueron convocados otros artistas. El dúo Ramírez - Monteblanco (por el momento no conocemos los nombres de éstos cantantes) quienes con Justo Arredondo a la guitarra grabaron 6 valses. Luego le siguió el turno a Rogelio Soto y José S. Cobián quienes grabaron cuatro “episodios de la Guerra del Pacífico”.

      El martes 9, fue el turno de la Banda de la Escuela Correccional de Lima, integrada por jóvenes internos bajo la dirección de N. Tapia, quien además era compositor. Grabaron tres marchas, un paso doble, un triste y cachaspare, un cachaspare, un himno, una marinera y un tondero.

     El miércoles 10 se grabaron 14 canciones. El dúo Suárez-Espinell formado por Guillermo Suárez (primera voz), Eduardo Espinell (segunda voz) y Justo Arredondo (guitarra) grabaron seis valses, una danza, una polka y una mazurka. Las demás grabaciones del día estuvieron a cargo del dúo Herencia–Capoxi (Luis Capoxi y Pedro Herencia, con el acompañamiento en la guitarra de Justo Arredondo), quienes realizaron cuatro grabaciones del género “canción”.

       El jueves 11, volvieron a grabar los dúos Ramírez-Monteblanco y Almenerio-Vélez. Los primeros grabaron tres polkas, una “canción” y cinco valses. Almenerio-Velez grabaron ese día diez marineras y tuvieron como guitarrista a Justo Arredondo y como cajonero a J. Olaza. Este día probablemente fue la primera vez que se grabó un cajón.

      El viernes 12, se volvió a grabar a una estudiantina, esta vez fue la Estudiantina Lima, dirigida por el “Maestro” Aníbal (no figura su apellido), quien además tocaba la bandurria. Los integrantes eran Justo Arredondo (bandurria), Vélez (guitarra) y Valenzuela (guitarra). Como puede verse ean prácticamente los mismos músicos de la “Estudiantina Chalaca”. Grabaron una marcha, dos tonderos y dos marineras. Las grabaciones de ese día finalizaron con las del dúo Cobián-Díaz, quienes habían grabado los diálogos de los “episodios de la Guerra del Pacífico” y esta vez cantaron dos tonderos y dos valses con el acompañamiento de Oscar Andrade en la guitarra y J. Olaza en el cajón.

    El sábado 13 continuaron las grabaciones. El dúo Suarez-Espinell, esta vez con el acompañamiento de Manuel Reynaga en la guitarra grabaron dos polkas, dos mazurkas y cuatro valses. Después de estas grabaciones continuó el dúo de cantantes ecuatorianos formado por Alfonso Dougard y Rodolfo Martínez quienes grabaron nueve pasillos ecuatorianos. Apenas terminados de grabar estos pasillos le tocó el turno a Alejandro Ayarza y L. Romero quienes grabaron tres diálogos cómicos.

    El domingo 14, hubo descanso, pero el lunes 15 se continuaron las grabaciones. Los primeros en grabar fueron los cantantes ecuatorianos, quienes grabaron ocho aires de su país. Lo que siguió fue la grabación de diez resbalosas por el dúo Almenerio-Vélez, acompañado siempre por Arredondo en la guitarra y Olaza en el cajón.

    El martes 16 apenas se grabaron tres valses en las voces del dúo Farfán-Miranda, formado por Miguel Miranda y por Farfán (no se conoce su nombre) en las voces, y el acompañamiento en la guitarra de Justo Arredondo.

    El miércoles 17, las grabaciones las inició la Banda del Regimiento de Gendarmes de Lima quienes grabaron un yaraví, un triste y huayno, una marinera y dos tonderos. Las nueve grabaciones siguientes fueron los aires ecuatorianos grabados por el dúo Dougard-Martínez.

    El jueves 18, los cantantes ecuatorianos continuaron grabando. Fueron seis aires ecuatorianos. El día finalizó con la grabación de cinco marineras que cantaron Suárez-Espinell con el acompañamiento de Manuel Reynaga en la guitarra (No hubo cajón). Estas marineras nunca de prensaron en discos, desconocemos los motivos.

    El viernes 19 no se grabó. 

    El sábado 20, Rambo y Althouse, iniciaron las grabaciones de música arequipeña. Ese día el dúo Escobedo-Núñez, formado por los quenistas Mariano Escobedo y Domingo Núñez, con el acompañamiento en la guitarra de Emilio Sirvas grabó cinco yaravíes.

    El domingo 21 -ya no quedaba tiempo que perder- Escobedo-Núñez grabaron cuatro yaravíes más.

    El lunes 22, el dúo Escobedo-Núñez continuó grabando. Ese día grabaron dos huaynos, un yaraví y dos serenatas. Ese mismo día inició sus grabaciones de yaravíes de Mariano Melgar el dúo Velarde-Medina, dúo integrado por Rafael Velarde (primera voz), Ángel Medina (segunda voz) con en el acompañamiento de Emilio Sirvas en la guitarra. Fueron cinco los yaravíes grabados.

    El martes 23, el dúo Velarde-Medina continuó grabando. Fueron siete yaravíes de Melgar, dos valses, cuatro “canción”, un huayno, un triste, un pasacalle (carnaval) y un yaraví los grabados ese día.

     El martes 24, finalizaron las grabaciones hechas por Velarde-Medina. Ese día grabaron un yaraví, una canción y un triste de Mariano Melgar, un vals, una “canción” y un huayno.

     El miércoles 25 fue el último día de grabaciones con dos diálogos cómicos y recitación dialogada grabados por A. Ayarza y L. Romero.

  Terminadas las grabaciones, Rambo y Althouse iniciaron su viaje de regreso embarcándose en el Callao rumbo a Panamá, pero se detuvieron en Colombia donde realizaron más grabaciones. Llegaron a los Estados Unidos en 11 de diciembre de 1913.

      Fueron 180 las grabaciones de música peruana las realizadas el mes de setiembre. La mayoría de ellas fueron prensadas en discos de doble cara de etiqueta negra y diez pulgadas de diámetro. 84 de ellas aparecieron en los 42 discos que figuran en el catálogo de 1914; 66 de ellas en 33 discos aparecidos en el catálogo 195/1916, y 4 en 2 discos en el catálogo de 1916/17. Las restantes no se prensaron en discos.

     Los géneros musicales más grabados fueron: vals (50), seguido por el yaraví (28), la marinera (22), “canción” (12), polka (10), resbalosa (10), tondero (8), huayno (5), mazurka (5) y triste (5).

      En cuanto a los intérpretes que más grabaciones realizaron está el dúo Almenerio-Velez que realizó 32 grabaciones (10 marineras, 10 resbalosas, 9 valses, 2 polkas y 1 “canción”), el dúo Velarde-Medina que realizó 30 grabaciones (14 yaravíes, 6 “canción”, 3 tristes, 3 valses, 2 huaynos, 1 mazurka y 1 “pasacalle”), el dúo Suárez-Espinell que realizó 24 grabaciones (11 valses, 5 marineras, 4 mazurkas, 3 polkas y 1 danza), el dúo Ramírez-Monteblanco que realizó 15 grabaciones (11 valses, 3 polkas y 1 “canción”), el dúo Escobedo-Núñez que realizó 14 grabaciones (10 yaravíes,, 3 huaynos y 1 serenata), la Estudiantina Chalaca que realizó 10 grabaciones (4 valses, 2 marineras, 2 polkas, 1 marcha y 1 tondero) y la Banda de la Escuela Correccional de Lima que realizó 9 grabaciones (3 marchas, 1 cachaspare, 1 himno, 1 marinera, 1 paso doble, 1 tondero y 1 triste y cachaspare).