EL CAJÓN PERUANO: Notas
complementarias I [1]
Luis Salazar Mejía
En el presente trabajo, he reunido un corpus documental ordenado
cronológicamente, que tiene como objetivo ofrecer a los estudiosos información
que complementa los estudios realizados sobre el cajón peruano (Santa Cruz
2004, Denegri 2009). Creo que la información que adjunto va a ser de utilidad
para conocer con mayor precisión al cajón peruano y sus primeros intérpretes.
1671
Juan José Vega, en su artículo “Los
inicios de nuestro cajón” publicado en “La República” (24.06.2001:28), cita a
Rubén Vargas Ugarte, quien en su libro “Historia del Santo Cristo de los
Milagros” escribe:
Auto del 3 de
setiembre de 1671, José Laureano de Mena, Fiscal del Juzgado Eclesiástico; Juan
de Uria Notario Eclesiástico:
“Eran como las
siete de la noche cuando la curialesca comitiva hizo su aparición en el corral
de Pachacamilla, no sin algún revuelo de los asistentes que vislumbraron el
temporal que se amenazaba. Allí pudieron
verificar que en la pared del mismo
estaba pintada una imagen del Cristo Crucificado y que el concurso de
los devotos de ambos sexos vendría a ser como doscientas personas. Como el
intento de los comisionados era sólo darse cuenta de lo que allí ocurría, no se
opusieron en lo más mínimo a que la función siguiese su curso ordinario y así
los músicos, acompañados de arpa y cajón, empezaron a cantar una lamentación, o
como se dice en criollo, un triste y el verso del salmo Miserere: Tibi soli peccavi. (p.19)
Pienso que el texto no es de 1671, sino más bien pertenece a Ugarte. Términos como “curialesca comitiva”, dudo que puedan ser del siglo XVII.
1824
Heinrich
Witt, viajero alemán que estuvo en Valparaíso en setiembre
de ese año escribió en su diario lo siguiente:
(…) Seguí a unos
caballeros chilenos a una chingana donde la gente de clase más baja se divertía
bailando entre ella. La chingana estaba iluminada por varias velas de cera que
colgaban del techo. Los músicos eran un hombre que tocaba la guitarra, otro que tocaba el arpa, el tercero
que golpeaba una caja vacía, y su música estaba acompañada de un canto
discordante. Los bailarines eran un marino chileno y una mujer más o menos bien
vestida, con flores en el pelo y con un pañuelo de bolsillo blanco en la mano,
el cual ella movía con cierta gracia; los bailarines se aproximaban y se
retiraban sin tocarse nunca. Los pasos que hacían eran cortos, no había
movimiento violento y, de no haber sido por lo largo del baile, no hubiera sido
fatigoso. (WITT, 1992:29).
1834
Eugene de Sartigues,
viajero francés que viajó por el Sur del Perú, Arequipa, Cuzco y Puno en 1834. En
Arequipa observa:
Una mañana y casi
en vísperas del día en que debía dejar Arequipa, las campanas empezaron a
repicar. A las diez hubo una gran procesión. Vi salir la imagen de la Virgen
precedida de doce indios grotescamente vestidos y que saltaban como osos, sin
gracia ni compás. Coros de niños, coro de religiosos de San Francisco, coro de indios hombres y
mujeres, de blancos, de negros, todos cantaban en tono diferente,
acompañados por un buen número de violines, de grandes cajones, de arpas y de guitarras. Nada
faltaba a la fiesta. Los espectadores estaban de rodillas. Cohetes y petardos
estallaban por todos lados. (1947:20).
En Lares
Cusco, asistió a una fiesta religiosa donde en los regocijos públicos observó
que:
Cada altar tenía
su orquesta, invariablemente compuesta por una arpa, dos violines y dos
guitarras, además de una
especie de timbalero cuya ocupación era la de golpear con ambas manos sobre la
caja del arpa para acompañar la música. En donde quiera que aparecía una arpa había también un
timbalero. Los indios, hombres y mujeres, pasaron todo el día bailando
tristemente cachuchas y yaravíes, (…) (1947: 96).
José María Blanco,
quién en 1834 acompañó al entonces presidente Orbegoso en su viaje al sur del
Perú, describe los “usos y costumbres” de Ayacucho. Al referirse a las danzas
dice:
“En sus
diversiones y fiestas públicas bailan los indígenas de huailias, danzantes, panalibios y diablos.
Los diablos se
visten de varios colores y cuernos, llevando todos ellos espuelas grandes en
los pies y quijadas de borrico en las manos con campanillas, acompañando con
todo esto el compás de la caja
y guitarra con que bailan” (1974:70).
1844
Max Radiguet, estuvo en Lima entre 1844 y 1845. En Souvenirs de l'Amérique Espagnole
(Paris, Michel Levy Fréres, Libraires Editeurs,
1856, Biblioteca Digital Andina), escribe:
L'orchestre, si l'on peut nommer ainsi la force instrumentale qui jetait aux
danseurs le mouvement rhythmique, se composait de deux guitares dont on faisait vibrer toutes les cordes
à la fois, d'une table sur laquelle on tambourinait avec /60/ les poings, et
d'un chœur de voix discordantes.
(La
orquesta, si se puede llamar así, a la fuerza instrumental que lanzaba a los
bailarines el movimiento rítmico, se componía de dos guitarras, de las que
se hacían vibrar todas las cuerdas a la vez; de una mesa sobre la cual se tamborilleaba
con los puños; y de un coro de voces discordantes). (p.38)
JOSÉ MANUEL VALDEZ Y
PALACIOS en su VIAJE
DEL CUZCO A BELEN EN EL GRAN PARA (POR
LOS RIOS VILCAMAYO, UCAYALI Y AMAZONAS)
Editada en Río de Janeiro entre 1844-1846, al describir las quebradas de Taray, Calca y Urubamba y
de los valles de Santa Ana, desde la población de Lary hasta la misión de
Cocabambilla escribe:
El
baile popular se divide en diferentes clases, cada una con una denominación
propia, como la zamacueca, la mariquita, la mariposa, etc., es en su letra una
especie de pie quebrado. La guitarra rompe primero con un sonido suave y
melancólico en mi mayor, pasando alternativamente y sin variación a mano
izquierda de una posición a otra, y la derecha hiriendo las cuerdas a lo rasgado primero dulce y blandamente y
luego después fuerte y estrepitosamente, según la intención de la copla. Al
comenzar el canto entra la bailadora sola o acompañada por su pareja y los
músicos imprimen en las cuerdas su buen gusto y su sensibilidad. En ese momento,
el que canta o el que toca y la que baila, se unen con sentimiento propio, se
exaltan, se entusiasman, el primero con sus trémolos, el segundo con sus
suspiros y tristísimos gorjeos y la tercera con sus mágicos movimientos
arrebatan de tal modo a la concurrencia que todos prorrumpen en monosílabos de
placer y en gritos de entusiasmo. Entretanto, algún decano, ya por sus años, ya por su voz averiada,
lanzado como un pseudo cantor u otro aficionado que espera a su vez desvelar su
copla, con los dedos sobre la mesa o con palmadas, marca el compás y la medida
de la orquesta. (p.32)
1848
BOTMILEAU,
A. de escribe:
(…) Estamos, por fin, en la pampa de Amancaes.
Hombres y mujeres han echado pie a tierra. Pasado el primer momento de
confusión los carricoches han sido desenganchados y los caballos se atan a las
ruedas sin que nadie tenga que ocuparse de ellos hasta el anochecer. Entonces
se reúnen las partidas, los amigos se buscan, se extienden las provisiones
sobre la hierba y la vihuela de notas estridentes deja oír los primeros acordes
de la zamacueca. Este baile, el único que conoce el pueblo en el
Perú, merece quizá ser descrito con algunos detalles. La orquesta, de las más
primitivas, se compone infaliblemente de la guitarra que uno de los
asistentes, con un admirable valor en realidad, rasguea con todas sus fuerzas,
mezclando a los acordes una voz muy poco armoniosa y palabras muy a menudo
insignificantes, cuando no son de una grosera libertad que va hasta el cinismo.
Cerca del guitarrista, con
un cajón
desfondado entre las piernas, otro músico de la misma categoría, o en todo caso
un cantor no menos implacable, marca el compás sobre la caja con fuertes
golpes, sin duda a guisa de acompañamiento. (…) (p.137-141) (Tomado de: Dos viajeros franceses en el Perú
republicano EN: (1959) VIAJEROS,
Festival de Lima IX, Concejo Provincial de Lima).
1861
Grandidier, Ernest (1861) Voyage dans l'Amérique du Sud:
Pérou et Bolivie Michel Lévy Frères, París
“La samacueca o sambacueca, danza nacional, de aires libres y poses lascivas, está
hoy día relegada en la clase baja: La contradanza ha hecho su irrupción en el Perú y ha destronado en parte
a la zamacueca. Para estudiar las costumbres he tenido la curiosidad de asistir
a varias fiestas de negros, con la intención de ver bailar la zamacueca. Yo me
contentaré de describir la composición de la orquesta, sin hablar de las poses
de los danzantes pocas, en relación con la castidad de nuestras costumbres y el
respeto de las conveniencias. La música, al son de la que el cholo o el negro
ejecuta las figuras de su danza predilecta, es monótona y un poco lúgubre, lo
que se puede juzgar por la siguiente enumeración: la viguela o guitarra es el instrumento indispensable, las negras
cantan en coro, con sus voces estridentes y roncas, los versos de circunstancia
y palmean, mientras que
una chola bate en cadencia una tableta poco espesa que da sonidos más o menos
armoniosos. La chicha y la aguardiente incitan a los danzantes, renuevan
su energía y su verbo dándole nueva inspiración.” (p.28, 29)
1867
Manuel Atanasio Fuentes
Delgado, en Lima: apuntes históricos,
descriptivos, estadísticos y de costumbres. 1867, Paris: Librería de F.
Didot., escribe:
“Hemos dicho que
el baile de Amancaes es la zamacueca; la orquesta para ese baile se compone de
arpa y guitarra, y a estos instrumentos se agrega una especie de tambor, hecho
regularmente de un cajón
cuyas tablas se desclavan para que el golpe sea más sonoro. Tocase este
instrumento con las manos o con dos pedazos de caña, y es difícil formarse idea
de la pericia y oído con que el negro que toca el cajón sigue el compás de la
música y anima a los bailarines. Como el cajón es el alma de la orquesta, la
plebe ha dado a la zamacueca el nombre de 'polka de cajón'”. ()
1890
Carlos Prince en su obra Lima Antigua, publicada
en 1890, en el capítulo de "Fiestas Religiosas y Profanas", dice:
“En aquellos
buenos tiempos era de rigor, al ir a Amancaes, el bailar la zamacueca,
que era el baile nacional más eminentemente popular: la orquesta se componía de
harpa
y guitarra,
y á estos instrumentos se agregaba una especie de tambor hecho regularmente de un cajón, cuyas tablas
desclavadas producían un golpe más sonoro”. (Prince 1890:32)
1905
Adolfo Vienrich, en sus Azucenas
Quechuas, describe el siguiente baile:
“Los diablos por sus máscaras de cuero
estravagantes con infinidad de cuernos, nos han recordado más de una vez los
/39/ relieves i pinturas de los huacos,
i sobre todo los del monolito de Chavin i los de Tiahuanacu, cubiertos de
serpientes enroscadas, que les brotan hasta de las mejillas. Probablemente al
verlos los españoles les calificaron de diablos, porque sólo a esas figuras
podían comparárseles por la fealdad de sus disfraces. Además su música orijinal
i de lo más primitivas: un individuo con un cajón suspendido del cuello sobre el que cajea con dos
piedras desiguales acompasando con el ruido producido por otro, que lleva una
quijada de asno (1) en cuyo ángulo golpea con el dorso de la mano
haciendo vibrar el hueso é inmediatamente desliza un otro hueso pequeño por los
molares, rastrillando y golpeando alternativamente. El sonido es un char, char del maxilar con el tun,
tun del cajón. (1905:38,39)
1928
“La Crónica” 3 de Noviembre
La casa F. W. Castellano y Hno. recibió ayer y
pondrá hoy a la venta el tercer lote de discos nacionales Victor de grabación
ortofónica
LAS CHINAS,
Marinera, Salerno y Gamarra vuelven con sus alegres coplas llenas de picardía
en esta sin par Marinera, Almenerio entusiasmado con el “guapeo”, Pericote con el cajón y
el AS del acompañamiento de piano Julio Gonzáles, haciendo flores con el divino
instrumento, forman una jarana capaz de hacer bailar a un muerto.
LAMPARA
MARAVILLOSA, Marinera, Salerno y Gamarra, acompañamiento de guitarras, piano y
cajón), quién no la conoce y quién no conoce al popular “Chino y a su
compadre”… pues ellos la cantan, la guapea Almenerio y el pelón Julio Gonzáles
la acompaña al piano… ¿Queréis más?... Regalado redobla el cajón… creemos que basta
1946
En "El Comercio" del 25 de junio de 1946 fue publicado un artículo sobre Victor Arciniega. El artículo, escrito por el periodista Jaime López Raygada fue publicado en 1947 en el libro 32 reportajes y una Crónica por la Empresa
editora peruana S.A. Transcribo lo escrito:
CON VICTOR ARCINIEGAS, CAJONERO CRIOLLO
El solar, con su portón descabalado. donde acampan mujeres que preparan viandas y fritos, y su "caño" gorgoteante, que congrega mañana y noche a la vecindad, se desplaza. entre los cuartos semiderruídos, en un camino barroso hasta el corral. Allí, hace años. cuando el barrio era más campestre. con sus huertas y molinos, existía una parra, que. ha dado nombre al callejón donde ahora se cruzan cañas y alambres sosteniendo prendas resumantes de humedad, en espera del sol mañanero del invierno.“En el “Callejón de la Parra”, todos conocen a Arciniegas, quien, cuando no trabaja en la estación del ferrocarril inglés, golpea el cajón en el conjunto “Ricardo Palma”, que se integra con Pancho Estrada, Francisco Ballesteros y Samuel Márquez, guitarristas y cantores de los más “mentaos” entre la Cinco Esquinas, el Prado y Maravillas. El, es un moreno clarón, peinado “raya al medio”, que separa en bucles rebeldes el cabello entrecano y que recibe al cronista, con afable hospitalidad en su departamento pequeño y limpio, /64/ donde está en compañía de un amigo muy hablador y conocedor de nombres y tradiciones del criollismo.-El que suscribe es del año noventa y se crió en Cinco Esquinas…Desde muy chico escuché tocar la “herramienta”, sobre todo a mi padrino don Felipe Palomera, en las fiestas y reuniones.-Bueno Arciniegas. ¿Pero quién te enseñó a tocar el cajón?-Eso no se aprende, nace con el hombre, le sale a uno nomás.En medio de la habitación entre las dos camas y el ropero, está el cajón pequeño, de fina madera, bien lustrada, con sus ángulos encolados, sin clavos, donde todavía se puede leer una leyenda borrosa “Scotch Whisky”.-Cualquier cajón sirve dice Arciniegas, con tal que sea encolado. Pero mi herramienta yo la he mandado hacer, para mi uso.….-Es así como se toca. ¿Ve usted? Los de ahora no se saben sentar en el cajón. Pero yo aprendí de los “viejos” Jesús García, “Cochino” Bravo; Sósimo y Víctor Regalado, “Seviche”; Manuel Quintana, “Canario Negro”… Esos sí que eran buenos… Todos son finados.-Pero te olvidas Arciniegas, dice el amigo, de Norberto Mendiola, “Membrillo”, que fué el más grande cajonero; de Luis Foñoli, “Ojo de Diablo”; del “Chino” Monteverde y de Luis Romero “Pindongo”…-Y que me dices de Manongo Avilés, de Tomás Tití, de Beúnza y de Benites, “cajón de muerto”…
DOCUMENTOS
GRÁFICOS
1780-90
Martínez de Compañón
Estampa 145: Ydem de los Diablicos. En esta acuarela tomada del códice Trujillo del Perú del obispo Baltasar Martínez de Compañón, que data de fines del siglo XVIII, se muestra el instrumento, usado actualmente, denominado “cajita”. Una hipótesis que se puede elaborar es que la “cajita” descendió al suelo y se hizo más grande para convertirse en el cajón. Es de remarcar que antiguamente los cajoneros no se sentaban sobre él.
Estampa 159: Ydem (danza) del Chusco. Como puede verse en la acuarela tomada del códice Trujillo del Perú ya existía la costumbre de “cajear” o “cajonear” sobre el arpa, que consiste en golpear con los nudillos y/o las palmas de la mano la superficie del arpa al compás de la música. Esta costumbre se mantiene hasta el presente, sobre todo en la sierra y se hace también sobre la guitarra o cualquier objeto de madera. Si tenemos en cuenta que, años más tarde, los instrumentos con que se tocaba la zamacueca eran el arpa y el cajón, deberíamos considerar como hipótesis que el cajón es un derivado de la costumbre de “cajear” o “cajonear” sobre el arpa.
1840 -1850
Acuarela de Ignacio Merino: un músico tocando el "checo".
Pancho Fierro
|
1897
Esta sería la foto más antigua de un cajón sería la tomada después de un almuerzo en el "Jardín de la Exposición" en 1897. "Pepe" Ezeta, integrante de "La palizada" toca el cajón:
1912
En “Música Peruana” revista musical de Alejandro Ayarza un músico toca la guitarra y otro cajonea sobre ella:
1913
En la siguiente foto se aprecian dos tocadores de "cajita" en Ancón en 1913
“Carnaval al son
de los diablos (Ancón 1913)”
Colección
Humberto Currarino (Tomado de Muñoz Cabrejo 2001)
|
1913: LAS
PRIMERAS GRABACIONES DE CAJÓN
Fueron realizadas por J. Olaza (no se menciona nombre)
en Lima para el sello VICTOR. Fueron 24 grabaciones. 23 fueron prensadas en
discos (Cuadro realizado en base a la información de la EDVR online):
Matrix
|
Nº de disco
|
Título
|
Género
|
Intérpretes
|
Fecha de
grabación
|
65627
a
|
Chalaca
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
65628
a
|
La
barranquina
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
65805
a
|
El
huevo
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
65806
a
|
La
huachafa
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
65990
a
|
Plaza
de Hacho
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
67006
a
|
El
gringo
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
67007
a
|
La
malambina
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
67015
a
|
La
colmena
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
65993
a
|
La
victoria
|
Marinera
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
65994
a
|
Magdalena
del mar
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/11/1913
|
|
65642
b
|
De
Lambayeque a Chiclayo
|
Tondero
|
Cobián
y Díaz
|
09/12/1913
|
|
|
La
jarra de oro
|
Tondero
|
Cobián
y Díaz
|
09/12/1913
|
|
65645
a
|
La
alondra
|
Vals*
|
Cobián
y Díaz
|
09/12/1913
|
|
67004
a
|
Gotas
de rocío
|
Vals cantado
|
Cobián
y Díaz
|
09/12/1913
|
|
65627
b
|
Fuera
los chinos
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
65628
b
|
Al
trote
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
65805
b
|
Las
regiones del tormento
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
65806
b
|
Allégate
junto a mi
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
65990
b
|
Vente
conmigo al mar
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
67006
b
|
Cuántos
años hace
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
67007
b
|
Bella
mujer
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
67015
b
|
María
Francisca
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
65993
b
|
La
policía
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
|
65994
b
|
De
tus encantos
|
Resbalosa
|
Almenerio
- Vélez
|
09/15/1913
|
* No se escucha el cajón
1917
El
28 de septiembre de 1917 el dúo Almenerio
– Velez realizó las siguientes grabaciones, acompañadas por piano y “slats
table” (En las notas de la EDVR no figuran los nombres de los instrumentistas):
G-2305
|
73250
|
Matraca
|
Marinera
|
G-2306
|
73250
|
La
huanchaguera
|
Tondero
|
G-2307
|
77132
|
Amor ajeno
|
Tondero
|
G-2308
|
72093
|
Café con leche
|
Tondero
|
G-2309
|
72459
|
Mis ilusiones
|
Vals
|
1922
En la revista "Mundial del 13 de octubre se publicó una foto de un cajón de gasolina que, según Fernando Romero, se utilizaba como instrumento
1926
"La Crónica" 25 de junio de 1926 "La corte angelical, lo mejor de los cantores criollos, en quinteto con el imprescindible cajón" |
1927
En esta foto de "La Crónica" se ve lo que podría ser un "tamborete" ("slat table"):
En el registro de concursante publicado por “La Crónica” figura “Quinteto de Francisco Ballesteros, Samuel Márquez, Alejandro Goicochea, David Carreño y Víctor Samamé”.
Mundial Nº 369, 08.07.1927 |
En "La Crónica" se publicó una foto de los hermanos Aguirre Condemarín "Los Coyuscos" que participaron el el concurso de Amancaes de ese año:
Grabaciones 1928
“Nº 81555 “Las Chinas”, marinera. Salerno y Gamarra vuelven con sus
alegres coplas llenas de picardía en esta sin par Marinera, Almenerio
entusiasmado con el “guapeo”, “Pericote” con el cajón y el “AS” del acompañamiento de piano
Julio Gonzáles, haciendo flores con el divino instrumento, forman una jarana
capaz de hacer bailar a un muerto.”
“Nº 81557
“Lámpara Maravillosa”, Marinera, quién no la conoce y quién no conoce al
“chino” y a su compadre… pues ellos la cantan, la guapea Almenerio y el pelón
Julio Gonzáles la acompaña al piano. ¿Queréis más? …Regalado redobla el cajón… creemos que
basta. (La Crónica 03.11.1928)
1936 En el semanario "Cascabel" se publica esta foto: 1946 "El Comercio", 25 de junio de 1946 ANEXO EL CAJÓN EN CUBA La Rumba: Part 1 of 3 |