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Licenciado en Educación - Historia por la UNMSM y diplomado en Estudios Musicológicos Peruanos por el Conservatorio Nacional de Música. Estudios de Musicología en el Conservatorio y en la Universidad de Ginebra. Publicaciones: - El Misterio del Cóndor - Método de Guitarra Andina Peruana - Diversos artículos en revistas y periódicos. Conferencia Magistral sobre El Cóndor Pasa… en el VI Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero. Georgetown University (ATP) Y diversas conferencias en el país. Actualmente está enfocado en investigar la historia de la música popular en la ciudad de Lima.

jueves, 7 de marzo de 2013

LA MARINERA NACIÓ EL 8 DE MARZO DE 1879


LA MARINERA NACIÓ EL 8 DE MARZO DE 1879

"El Nacional" 8 de marzo de 1879

    El Congreso de la República, mediante Proyecto de Ley 1508/2012-PE presentado por el Poder Ejecutivo, designó el 07 de octubre, como el ''Día de la Marinera'', fecha recordatoria del nacimiento de don Augusto Áscuez Villanueva, uno de los principales intérpretes de marinera y también para anteceder al Día de la Marina de Guerra del Perú, que se celebra cada 08 de octubre.

          Pero la marinera “nació”, o quizás es mejor decir "fue bautizada", un  8 de marzo de 1879.

"El Nacional" 8 de marzo de 1879


         La historia comienza en febrero de ese año mismo año: El día 14, tropas chilenas desembarcaron en el puerto de Antofagasta, entonces territorio boliviano.  Esa acción causó hondo rechazo en el Perú. En los periódicos de la fecha se pueden leer versos llenos de premonitoria ira contra Chile:

Antes que Chile
Con saña impía
Nos lleve en pos
Ruega por nos
Santa María
Madre de Dios

Chile no duerme
Cada vapor trae
A lo menos
Un notición
Tiene hoy un hambre
Bárbaro, atroz,
De esos que dicen
¡Catalico!

¡¡Salitre!! Grita
Con gran furor;
Tarapacá?
Corococó¡
Valiente gallo
Como él no hay dos:
General Prado
Golpe al tambor!



Antes que Chile
Con saña impía
Nos lleve en pos,
Ruega por nos
Santa María
Madre de Dios.

Tiene más conchas
El tal Chile hoy,
Y más agallas
Que un tiburón:
Caimán parece
Tendido al sol
Queriendo darnos
Un tarascón

Oreja y ceja
Por estribor
Perú valiente
Mucha atención,
No hay que dormirse;
Y aquí entre nos
General Prado
Golpe al tambor!

(Sigue)

OTRA:

Que me perdone el gobierno
Mi refranear sempiterno:-
Que siempre es bueno un consejo
Aunque sea de un conejo

Que no será cosa incierta
Con Chile que no es babieca
Afirmar a ciencia cierta:-
Que lo que es en arca abierta…
Seguro que el justo peca

Si mi afán a tanto alcanza
Que ya por poco no migro,
Es que se va mi esperanza:-
Pues dicen que en la tardanza…
Se puede hallar el peligro.

(Sigue)

                Esos versos fueron publicados en “El Nacional”, diario en que Abelardo Gamarra “El Tunante” publicaba su columna “Rasgos Pluma” (es probablemente que él fuera el autor) y antecedieron al siguiente artículo –cuya autoría podría presumirse también de Abelardo Gamarra– que puede ser considerado como la partida de nacimiento de la marinera. Lo cito íntegramente y creo es la primera vez que esto sucede. (Se han llegado a escribir libros sobre la marinera pero sin haber leído esa edición de “El Nacional”):

      No más chilenas.- Los músicos y poetas criollos tratan de poner punto final a los bailes conocidos como chilenas; quieren que lo nacional, lo formado en el país no lleve nombre extranjero: se han propuesto bautizar, pues, los bailes que tienen el aire y la letra de lo que se llamaba chilena, con el nombre de Marineras.
      Tal título tiene su explicación:
      Primero, la época de su nacimiento será conmemorativa de la toma de Antofagasta por los buques chilenos, – cuestión marina.
      Tendrá la alegría de la marina peruana al marchar al combate, –                     cuestión marina.
      Su balance gracioso imitará el vaivén de un buque sobre las ajitadas [sic] olas. – cuestión marina.
      Su fuga será arrebatadora, llena de brío, endiablada como el combate de las dos escuadras, si llega a realizarse, – cuestión marina.
      Por todas estas razones, los nuevos bailes se llamarán pues, marineras en lugar de chilenas.
      El nombre no puede ser más significativo, y los músicos y poetas criollos se hallan ocupados en componer para echar a volar por esas calles, letra y música de los nuevos bailes que se bailan, como las que fueron chilenas y que en paz descansen.
      Sabemos que nuestro fecundo poeta nacional José Alvarado se ocupa en escribir una letra para ponerle música, con aquella sal que tanto le ha conquistado la simpatía de los que han saboreado sus producciones.
      El que compuso cuando la cuestión española aquella celebrada canción, cuyo último estribillo es ja, je, ji, jo, ju, y en que habla del combate del 2 de Mayo,  imposible parecía que no fuese de los primeros en componer una marinera, pues este es el título genérico, cuyo título aun no conocemos.
      Los aficionados a lo criollo están de plácemes.
      El caballero Núñez del Prado, que sin tener conocimiento de una nota musical, es un excelente tocador de piano y un músico de inspiración, pues conocemos romanzas, serenatas y vals y otras piezas musicales debidas a su talento músico, escritas con sentimiento y expresión; este caballero, repetimos, está poniendo música a la siguiente letra, que indudablemente tiene la imperfección de ser de las primeras:

        LA ANTOFAGASTA
              Marinera
Dedicada al Chico Terencio

Ven acá, sol de mi vida
Ven salitrera de mi alma,
Que aunque tu madre no quiera
Tú serás mi Antofagasta.

Desde que te he dado un beso
En ese tu lindo pico
Ya no me importan tus padres,
Negra, yo te revindico. [sic]

Te reivindico, ñata
Flor de canela
Cofrecito de alhajas
Mi salitrera.

Que sí que noque cuando,
Ya voy, que me están peinando.

Mientras que vienen por ti
Déjame comerte a besos,
Ámeme cielo sin nubes
Que después emplumaremos.

Déjame mirar tus ojos
De mi amor, blanca azucena
Ábreme tu corazón
Que allí están mis salitreras.

Mis salitreras, vida,
Vida de mi alma
Tu eres toditita,
Mi Antofagasta

Que sí que no que cuando,
Ya voy, que me están peinando.

"El Nacional" 8 de marzo de 1879


                De lo anterior se puede desprender lo siguiente:

1. Que la propuesta es llamar “marinera” a todo un conjunto de bailes –tondero excluido– “que tienen el aire y la letra de lo que se llamaba chilena”.

2. Que este cambio de denominación es anterior a la declaratoria de guerra. La fecha oficial de la declaratoria de guerra es el 5 de abril, pero en “El Nacional” del 2 de abril de 1879 se publicó lo siguiente:

“Por telegrama fechado ayer 1º de Abril en Valparaíso, nos informa la Agencia de la Compañía en ese puerto que Chile declara la guerra al Perú.
Lima, 2 de Abril de 1879,
Ernani L. Bathalha,
Gerente
Nota.- Las personas que deseen verificar la autenticidad de dicha noticia pueden dirigirse a ésta Agencia.
Las imprentas se han visto igualmente invadidas por multitud de personas que ansiaban tener conocimiento de las últimas noticias recibidas.
Nadie ha visto con desagrado la provocación de los usurpadores de Antofagasta, antes bien se han felicitado de ella.
      Todo el mundo ha esperado con ansia llegar a ese resultado.
      Pudiéramos haber dicho en vista de la inquietud general:
“Todo el mundo se alborota
Los ciegos van dando gritos
¿Qué anuncian esos malditos?
Sin duda alguna derrota”
Lo más que probable de los quijotescos chilenos, que al final y al cabo parece que hallará la norma de su zapato.
Por fin.- vaya pues

3.  3. Que Abelardo Gamarra  es el autor de la letra de La Antofagasta que tiene la imperfección de ser una de sus primeras marineras. (Las estrofas que comienzan con “Desde que te he dado un beso” y “Déjame mirar tus ojos”, no tienen, en esa marinera, la estructura de la seguidilla: 7 y 5 versos, sino son octosílabos).

4. 4. Que la música de esta marinera la creó el señor de apellido Núñez del Prado, cuyo nombre no se menciona.

La marinera surgió en el ambiente bélico-triunfalista que se vivió en Lima en ese entonces. Los días siguientes continuaron apareciendo en los periódicos artículos y versos del mismo tono. El 15 de ese mes, es decir una semana después de la aparición del artículo arriba citado, se publicó en “El Nacional” lo siguiente:

Marineras.- Las marineras han comenzado a hacer furor.
El simpático Alvarado ha compuesto la siguiente letra a la que ha puesto música.
¡Bravísimo, poeta popular, bravísimo,  bravísimo!
Sabemos que se ocupa en escribir algunas otras marineras, este festivo poeta.
Lo celebramos infinito.
“El chico Terencio”, tiene también en campaña algunas marineras preciosísimas.
Ya las publicaremos

CIRUELAS DE CHILE
           MARINERA
Letra y música de José Alvarado                   
                    1ª.
Ya no te quiero chilena
Porque me causan recelo
Tu conducta, nada buena
Y el jugo de tu ciruelo…!

Aunque en rica canasta
Me des ciruelas,
Con lo de Antofagasta
Me desconsuelas...!

Me desconsuelas, ñata
Corre, ve y dile
Que por las salitreras
Da un ojo Chile.
Cara–coles–sin comba
Roto toro, saldrá bomba.

                       2ª.
Cuando yo estuve en la escuela
Me enseñaba el a, b, c,
Un roto maestro-ciruela
Más testarudo que usté!

Decía con voz hueca
Sobre el pupitre:
“Chile quiere manteca,
Guano y salitre!”

Guano y salitre, mamá
Como si fuera
Coger conchas y yuyos
En la ribera
Ahí se vasu flota
Con los rotos… siempre rota


                   3ª
Hoy las peras y ciruelas
Caro cuestan a Bolivia
Y los huasos tantas muelas
Las pasan por agua tibia!

Si no hay pero que valga,
Los bolivianos
Les lanzarán su galga
Con ambas manos

Con ambas manos, taita
Pongan curtiembre
Los que asocian sus glorias
De su Setiembre
Dime –Chile–¿qué hay de eso?
Ya no me gustas- por leso!

                   4ª
De fanfarronadas basta,
No me inflames el carrillo
Pues si marcho a Antofagasta
Tengo que hacerte huesillo!

Si tus ciruelas tienen
Miel hasta el hueso,
Mis huesillos contienen
Trampa con queso.

Trampa con queso, mi alma
Ya te lo digo
Invasor codicioso
No es buen amigo!
Linche –con lonche–en lancha
Cuidado con la revancha!
            
El cambio de denominación no fue automático –no podría serlo- sin embargo rápidamente fue aceptado. En el “Diario Oficial”, uno de los periódicos que publicaron los chilenos durante la ocupación de Lima, del 20 de enero de 1883 se encuentra este anuncio:

Teatro Principal función organizada por el célebre tenor cómico señor Serrano, a beneficio  de la familia Mellet que perdió todo en un incendio.
                      PROGRAMA
                ¡EL RELÁMPAGO!
                ¡Canción cómica!
                CASTILLOS EN EL AIRE
                LA MARINERA
                (Concluirá el espectáculo con la aplaudida MARINERA bailada por el gracioso profesor PAUL).

            Rodrigo Chocano en su libro ¿Habrá jarana en el cielo? Cita a Carlos Vega quien en su muy documentado libro La Zamacueca escribe:

“Para el 9 de agosto de 1883 se anuncia [en El Comercio de Lima] que la pareja de baile Ortega-Iglesias ejecutará en el Salón del Comercio el "baile de la Marinera, muy apreciada»... y dos días antes se promete "el aplaudido baile 'la Cueca' por la pareja José Ortiz y la Srta. Iglesias". Muy interesante resulta observar que, en la crónica del día siguiente, el diario comenta la ejecución de la tal Cueca pero dándole el nombre de Marinera: "La pareja de baile Ortega estuvo como siempre muy bien y dejó contentos a todos los aficionados y a los que no lo son a la popular marinera".
El 21 de febrero de 1883 las carteleras indican que en la zarzuela "Por amor al prójimo o mueran los negreros" se bailarán Tangos y danzas cubanas y, además "El popular baile 'La Zamacueca' por la pareja Sánchez-Ortega". Una semana antes, en el teatro principal, "La Samacueca" se bailará, pero con S inicial. Y el 21 de enero de 1883, en el Teatro del Callao, "Paul bailará la aplaudida 'Marinera' con la gracia que le es propia". (Vega 1953:89. En Chocano 2012:107-108)

                Veinte años después, Abelardo Gamarra en su libro Rasgos de Pluma, publicado en 1899 reivindicó ser el autor de la iniciativa “bautizar los bailes que tienen el aire  y la letra de lo que se llamaba chilena” con el nombre de Marineras:

“No vamos á escribir un estudio acerca del baile nacional: el presente artículo, es una simple notación, que acompaña, a la pieza musical que ofrecemos á los lectores de esta obra.
El baile popular de nuestro tiempo se conoce con diferentes nombres: se llama tondero, moza mala, resbalosa, baile de tierra, zajuriana y hasta el año 79 era más generalizado llamarlo chilena: fuimos nosotros los que, una vez declarada la guerra entre el Perú y Chile, creímos impropio mantener en boca deI pueblo y en sus momentos de expansión semejante título y sin acuerdo de ningún concejo dé Ministros,  y después de meditar en el presente título, resolvimos sustituir el nombre de chilena por el de marinera; tanto por que en aquél entonces la marinera peruana llamaba la atención del mundo entero y el pueblo se hallaba vivamente preocupado por las heroicidades  del “Huáscar”; cuanto por que el balance, movimiento de popa, etc., etc., de una nave gallarda dice mucho con el contoneo y lisura de quien sabe bailar, como se debe, el baile nacional” (Gamarra 1899:25-27).
                                                                                                                                                                                             
  
              Gamarra, al parecer no recordaba exactamente la fecha y motivaciones de la iniciativa del 8 de marzo de 1879. La marinera que publica en “Rasgos de Pluma” (escrita por Rosa Mercedes de Ayarza en compás de 2/4) lleva precisamente ese nombre. En una segunda publicación de la partitura, años más tarde,  apareció como “Marinera” (La Decana), bautizada por el pueblo con el nombre de “La concha de perla” y luego se hizo popular como “La concha’e perla” o “La conchaperla”. Esa marinera ya no portaba ardores bélicos en su letra, como las primeras, ni tampoco la rígida estructura en sus versos:


     “RASGOS  DE  PLUMA”
 Marinera
Acércate preciosa
que la luna nos invita
sus amores a gozar.
Acércate preciosa
Concha perla de mi vida,
como no la brota el mar.

Abre tu reja
por un momento
decirte deja
mi pensamiento

Si oyes benigna
mi inspiración
si la crees digna ¡zamba!
de tu atención
ahora no te vas
si tienes plata maña te irás
ahora no te vas
si tienes plata maña te irás
si no la tienes mándate mudar
Abre tu reja
por un momento
decirte deja
mi pensamiento

Si oyes benigna
mi inspiración
recibe en premio
la fineza de mi amor
de la luna el resplandor
¡Ay! la fineza de mi amor


martes, 14 de agosto de 2012

MÚSICA Y MÚSICOS EN LIMA 1830 – 1890


MÚSICA Y MÚSICOS EN LIMA 1830 – 1890

                Pongo a disposición de los interesados en profundizar sus conocimientos sobre la historia de la música peruana, un artículo aparecido en “Perú Artístico”, quincenario literario dirigido por Abelardo Gamarra, el 15 de octubre de 1893. El artículo titulado “Don José L. Cadenas” es una biografía de este poco conocido músico peruano y brinda abundantes datos sobre la vida musical en la Lima de la segunda década del siglo XIX.


"El Perú artístico " - BNP


Don José I. Cadenas.

Don José I. Cadenas nació el 8 de Julio del año de 1826, hijo legitimo de don José M. Cadenas y de doña Petronila Carlín y Arias. Su vocación era para la ciencia, pero ciertos contratiempos de fortuna hicieron que permaneciera poco tiempo en las Aulas, que así se titulaban los colegios en los que se daba instrucción media. A los alumnos más adelantados se les daba el nombre de Monitores y su mérito consistía en ganar un gran puntero de alambre o de plata, el cual se lucía vestido de cintas rojas y blancas, llevando en el mango una argolla de acero, en la que se colocaban medios y reales del Rey o de la Patria. Cadenas obtuvo con frecuencia esta distinción. A la edad de 15 años el joven Cadenas comenzó a manifestar inclinación a la música y principió su aprendizaje bajo la dirección del reputado maestro nacional Manuel Zúñiga, gran ejecutor en flauta, guitarra, monocordio clavecín, que se ejecutaban como el piano.

El piano era poco conocido en Lima. El maestro Zúñiga también era reputado como compositor. En esa misma época existía en Lima otro maestro nacional hijo del italiano Barberi, quien se distinguía como notable maestro de capilla, igualmente como compositor.

Cadenas estudió dos años bajo su dirección las 7 claves en solfeo y todas las escalas; mas habiendo fallecido Barberi por los años 1845 pasó a la Academia del Convento de San Agustín, que hacía años estaba fundada y cuya dirección entonces corría a cargo de fray Cipriano, lego profeso y nacido en el Perú, el que se distinguía como compositor de música religiosa. De los que aprendieron en San Agustín existen Cadenas y José Ramírez, uno de los primeros violinistas nacionales de nuestro teatro y decano en el mismo.

Al mismo tiempo estudiaba el joven Cadenas con el notabilísimo maestro don José Lártiga, chinchano, cuyo maestro contaría por entonces 28 años. Este profesor ilustrado y célebre compositor de estilo lirico y clásico, se distinguió por sus bellas producciones y sobre todo en música religiosa, pues, actualmente se canta en toda la República el trisagio de la Virgen y grandes vísperas y misas escritas por él. A los 20 años principió a ejercer Cadenas su profesión, alentado por su maestro Lártiga. Por esa época, existían asimismo profesores de otro género entre los que resaltaban Bonifacio Yaque (sic), Tena gran melodista, Ericour, reputado organista de la Catedral, Pedro Zavala que se distinguía por sus composiciones, de las que en el Convento de la Buena Muerte, en el archivo de música, deben existir todas, entre ellas muchas inéditas, pues, era maestro de capilla de la iglesia del mismo nombre, la que gastaba fuertes sumas de dinero para estrenar en cada fiesta de San Camilo, eligiendo, un repertorio nuevo.

Por esa época descollaba también el gran maestro nacional Manuel Ballón, el mismo que en 1835 escribió y dedicó a Salaverry la brillante marcha militar titulada Ataque de Uchumayo. En Bañón resalta un hecho notable: sus composiciones llegaron hasta Rossini, con el que tuvo frecuente comunicación.

También merecen ocupar un lugar preferente en nuestro parnaso musical los reputados maestros nacionales Miguel Távara, quien hizo sus estudios en el Conservatorio de París, y que hoy es el decano de los maestros nacionales y extranjeros, así como los finados Carrillo, notable clarinete; Burgos, eximio flautista, y Rosas buen ejecutante de piano y compositor.

Entre otros no deben olvidarse tampoco a los maestros Ignacio Bravo y Panizo, así como los hermanos Carballo, y como cantante de gran voz de tiple el malogrado Salazar.

Del año de 1846 al 50 llegaron a esta capital los maestros Antonio Neuman, Herz, y Sivori, notable discípulo de Paganini. El primero brilló como director de la ópera italiana. El maestro Neuman ejecutaba en el piano y dirigía con él. Enrique Herz, alemán, fue un gran compositor y concertista, autor de los pianos que son conocidos hasta hoy como de los mejores y que llevan su nombre. Su reputación la adquirió en toda Europa, y hoy mismo su nombre se ha inmortalizado entre los artistas de nota. El célebre Sivori, gran concertista en el violín, era de ejecución admirable.

Por aquel entonces el cultivo de la música en Lima estaba mucho más adelantado que ahora, contribuyendo no poco a su desarrollo la presencia de tan notables artistas y los conciertos vocales é instrumentales que con frecuencia se verificaban.

Cadenas ya gozaba del tratamiento de joven maestro, adquiriendo su reputación en el salón del Gabinete Óptico, situado en la calle de Bodegones  adonde acudía nuestra sociedad todas las noches de rigurosa etiqueta. En esos mismos elegantes y espaciosos salones daban todos estos artistas menos el maestro Neuman, que era de la Opera, sus conciertos antes de exhibirse en el teatro. La entrada a dichos conciertos se pagaba en oro en cuartos de onza.

Cadenas entonces principió a adquirir posesión en la ejecución del piano, escribiendo composiciones sobre temas de óperas líricas italianas. Esto le valió el aprecio del maestro Herz, quién lo alentaba, dándole lecciones y consejos en el arte y obsequiándole de su puño y letra algunas variaciones de las que él tocaba. El cariño que tomo a Cadenas, era puede decirse paternal, pues quiso llevárselo hasta Europa, pero contratiempos fortuitos e inesperados lo impidieron.

Después de esto se dedicó bajo la dirección del notabilísimo y recordado maestro Antonio Neuman al estudio de las óperas líricas italianas.

Cuando el maestro Neuman seguía en viaje con las compañías. Cadenas quedaba como agente de éste en Lima.

En esos intermedios fue el primero Cadenas que dio el 28 de julio de 1830 un festival por bandas militares y orquesta escribiendo una marcha titulada Victoria que fue muy aplaudida.

De 1850 a 1860 llegaron a esta capital excelentes compañías de óperas líricas italianas entre cuyos artistas se distinguían la Sconchia, Basuri, Buli, Paoli, Viscaschantte. Filatoff, Rossiguelli y otros.

En esa hermosa temporada llegaron también compañías dramáticas y de zarzuela como las de Ologlin, Cortéz, y Flores.

Nunca se ha despertado más afición al teatro y al drama que entonces.

La bohemia literaria y poética la componían Nicolás Corpancho, José Toribio Mansilla, Segura, dramaturgo nacional, los hermanos Mariano é Isidro Pérez, Carlos  Augusto Salaverry, Arnaldo Márquez, Luis B. Cisneros, Ricardo Palma, Juan Vicente Camacho, Julio Arboleda, Juan Héros, Adolfo García, La-Riva, Manuel M. B del Mazo, Asisclo Villarán, Trinidad Fernández, Casós y Juan Francisco Pazos.

A dicha bohemia se agregaban algunos artistas pintores como Lazo, Masías, Montero, Merino, siguiendo a entre los aficionados a la música, Souza Ferreyra, Pasapera, Raborg, Bieytes, Cadelago, Paz, padre de Ernesto, artista hoy de zarzuela, Pereyra jefe después de Suavos y otros. Cadenas aunque no era literato ni poeta, formaba como músico en las filas de esa juventud literaria. Las primeras butacas del teatro eran ocupadas preferentemente por todos esos jóvenes aficionados al cultivo del Arte.

Por entonces, brillaban también por su gran talento, afición y dotes artísticas algunos jóvenes distinguidos de las colonias extranjeras en esta capital, cosechando aplausos en los salones y los conciertos los hermanos Reinaldo y Claudio Rebagliatti, Francisco de Paula Francia, Beriola, y en las orquestas de teatros los jóvenes nacionales José Santos Ramírez, Timoteo La-Rosa, el primero como excelente violinista y el segundo sobresaliente en el pistón. De esa misma escuela salió también el gran clarinete Quezada y Lorenzo Castillo, que en la viola y violín, ha hecho progresos. Entre los jóvenes de aquella época ocupa un lugar honroso por su buena escuela, dotes musicales y otras cualidades artísticas Eduardo Neuman hijo del gran director de orquesta Antonio Neuman, que dejó gratos recuerdos en esta capital.

A la fecha, todos los caballeros mencionados, son maestros en su mayor parte de reputación y debido a ellos ha progresado en música nuestra sociedad.

En 1862 el joven Cadenas ya había adquirido en parte prestigio de maestro: ora como fundador del Colegio Peruano Francés, donde el primer año de examen escribió algunas composiciones para canto, con buen éxito; ora como profesor con nombramiento del Gobierno, en la Escuela Normal, Colegio de Guadalupe y San Carlos antes que fuera Universidad. Siendo Rector el Sr. Dr. José Gálvez durante su periodo y con motivo de los sucesos que amenazaban con una invasión extranjera la autonomía nacional de Méjico, puso en música el himno patriótico "libertad, luz divina" etc. escrito por el esclarecido vate José Toribio Mansilla, y publicado en los periódicos de esta capital. Como dicho acontecimiento tuviera un éxito victorioso para esa República y Juárez fuera el héroe de ella, se dio a luz el himno que hemos mencionado, el cual no solo se ha cantado en el Perú sino en Méjico y hasta en algunos puntos Sud-Americanos. En Lima se estreno el 15 de Julio del año de 1862, en el Teatro Principal, en una función dada por la Sociedad Defensores de la Independencia Americana, que se fundó con motivo de los sucesos de Méjico, y a la que Cadenas dedico su himno. La noche que se cantó tomaron parte en la función los notables artistas de la compañía de Rosiguelli. Con motivo de las buenas noticias que se recibieron en esta capital respecto a Méjico el 28 de julio de ese mismo año se celebró el aniversario de nuestra independencia con una solemnidad nunca vista. El himno se canto por todos los alumnos de las escuelas y colegios de Lima inclusive los carolinos, fernandinos, escuelas naval, militar, Guadalupe y Normal y más de 400 caballeros que formaban la sociedad Defensores de la Independencia: 2,000 voces saludaron la aurora del 28 de julio, con los himnos de Alcedo y Cadenas, dirigidos por el último.

En el teatro las señoritas y caballeros hicieron los coros.

                Cadenas mereció una corona de laurel, por su himno, y Víctor Hugo le escribió una carta de felicitación.

El Congreso, Municipalidad y Corporaciones oficiales alentaron a los autores suscribiéndose todos ellos a los ejemplares del Himno Cadenas Mansilla, siendo Presidente de la Cámara de Diputados el Dr. Carpio.

Lima ha tenido sus épocas de historia musical. La de Sivori, el célebre violinista, discípulo de Paganini, la de Paul Julien, White, Sarasate, también celebridades en el mismo arte de Paganini.

Después la de Balabasic, eximio flautista, la de Hernández, notable saxofonista, la de Filiu, el gran guitarrista La Cova. El sin rival maestro pianista Gottshalk con quien el profesor Cadenas se perfecciono en el estudio del pedal. Después han venido otras notabilidades no inferiores a los nombrados. Cadenas, con tan buena escuela ha sabido aprovechar y formar numerosos discípulos, ya en los colegios particulares, ya en otros gratuitos, como colaboradores, siendo Rector el Dr. Cesáreo Chacaltana, ya en el Club Alemán, en nuestra sociedad y finalmente en la Sociedad de Preceptores donde nueve años consecutivos, sin faltar un solo minuto, se ha dedicado, a la enseñanza de los jóvenes pobres en dicha institución.

Cadenas mereció una medalla de oro como fundador de la primera Sociedad Filarmónica que se fundó en Lima compuesta de caballeros, señoritas de nuestra sociedad y de algunos maestros de música.

El año 1887 recibió otra de oro en el Ateneo por la Sociedad de Preceptores, y últimamente en las fiestas patrias, recibió una medalla de plata y fue coronado en la Sociedad de Preceptores.

Estos premios han sido por sus desvelos, contracción y desinterés en la enseñanza de música en instituciones gratuitas.

Don Manuel Pardo y otros Gobiernos le han dispensado cariño personal; pero jamás ha solicitado de ningún puesto que se relacionaran con su profesión.

Para el centenario de Santa Rosa escribió una composición religiosa titulada "Un responsorio, Rosa en el monte Livano" y tiene actualmente un tratado de armonía y mucho inédito.

Para el centenario de Colon redactó un proyecto para la instalación de un Conservatorio de Música, dedicado a la Municipalidad y bien aceptado por todos, sin embargo dicha institución ni las gracias le ha dado, por fortuna Cadenas es despreocupado, y mira con indiferencia todo aquello que no está conforme con su carácter de hombre recto, servicial y bien intencionado.

El año 1890 escribió para la velada, que la Universidad Mayor de San Marcos dio con motivo de los restos de los mártires que fallecieron en la última guerra, una apoteosis sobre el Himno Nacional. Ha escrito algo de música religiosa entre la que figuran un trisagio y una misa arreglada por él para una fiesta de Santa Cecilia, patrona de la Sociedad Filarmónica en la que tomaron parte los aficionados de Lima.

Ha puesto en música composiciones poéticas de los señores Carlos Augusto Salaverry, Abelardo M. Gamarra, el Chico Terencio, Juan B. Fuentes, y algunas del inmortal Julio Arboleda.

Entre los maestros que hemos citado, de los que existen en la actualidad y antes de terminar, de los nacionales agregaremos al reputado y brillante ejecutor en piano señor Benjamín Castañeda, en violín al señor Aguilar, como director de bandas a Eugenio Ramírez, como sobresaliente ejecutor en acompañamientos; Pedro Fernández, en sus composiciones de baile puede decirse que es el Strauss peruano, también merecen mención especial en guitarra el maestro Filiu como decano, y en bandurrias, guitarras el notable ejecutante Sr. Brenner, que además es un buen concertador en los expresados instrumentos. Tal es el molesto profesor, que bien merece engalanar con su retrato este periódico, en que deseamos tributar homenaje a los que son como Cadenas artistas de corazón y ciudadanos ejemplares.